viernes, 30 de septiembre de 2016

UN FERROCARRIL DIGNO (Y EFICIENTE)

Por segunda vez en Extremadura parece que empieza a gestarse la realización de una manifestación ciudadana en demanda de un ferrocarril digno para la región
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La primera protesta en relación a la situación del ferrocarril en Extremadura tuvo lugar en Cáceres en 1985 y a ella asistimos poco más de 100 personas. Su objetivo era manifestar la repulsa por el cierre parcial de la línea Ruta de la Plata que unía (y debería seguir uniendo) Plasencia con Salamanca y Gijón. En realidad esta vía unía (y debería seguir uniendo) Sevilla con Gijón.

31 años han pasado sin que los extremeños hayamos dicho esta boca es mía en relación al ferrocarril indigno del siglo XXI que sufrimos en esta región periférica abandonada de la mano de Dios y de los políticos. Convoyes con más kilómetros “que el baúl de la Piquer” desechados de otras líneas, velocidades tipo carreta en muchos tramos, línea única sin electrificar y, en consecuencia, frecuentes averías y retrasos que hacen de los viajes auténticas aventuras.

Hace unos años nos deslumbraron con la línea del AVE, Madrid – Lisboa que se ha ido al garete porque los lusos han desistido de su construcción dado su elevado coste. Por lo que en la actualidad continuamos igual, solo que peor. Porque ha desaparecido el tren Lusitania Madrid – Lisboa que circulaba por Extremadura, para hacerlo ahora vía Salamanca. En fin un desastre.

Dado que la línea del AVE sólo tiene sentido si une Madrid con Lisboa, parece sensato olvidarse, aunque sea por unos cuantos años, de él.

Las distancias de las principales ciudades extremeñas con Madrid y otros destinos aconsejarían la construcción de líneas electrificadas dobles, servidas por convoyes tipo Alvia (velocidad del orden de 200 km/h). Podría aprovecharse la infraestructura del AVE ya construida. Por estas líneas habrían de circular tanto trenes de viajeros como de mercancías. Este último aspecto es de fundamental importancia para la región. Habría que buscar además de dignidad, eficiencia.

Hay tres trayectos fundamentales que hay que conseguir transformar con las condiciones anteriormente descritas para que Extremadura quede suficientemente servida en materia de ferrocarriles.

Primero la línea Badajoz – Mérida – Cáceres – Plasencia – Madrid. Vertebra Extremadura y es la salida hacia la capital de España. Sería además el trayecto del futuro AVE Madrid – Lisboa si es que alguna vez se construye.

Segundo la línea Ruta de la Plata entre Plasencia y Salamanca. Debe restablecerse con urgencia este tramo para enlazar en la capital salmantina con el eje Atlántico transeuropeo (camino más corto para alcanzar Europa). También hay que reconstruirlo entre Mérida y Sevilla (salidas a Huelva y Algeciras) que son puertos fundamentales para exportación de bienes y equipos extremeños.

Tercero la línea Mérida – Brazatortas que permitiría la conexión con el Levante español y con el eje Mediterráneo de carácter transeuropeo.

Este sería el esquema que, en mi opinión, tendrían que defender los extremeños con la Junta de Extremadura al frente. Es evidente que comporta elevadas inversiones pero muy inferiores a las del AVE.  

Además la solución que se propone abarataría el precio de los billetes que serían mucho más caros en la alternativa de construirse el AVE.

La realidad es que Extremadura lleva desde siempre soportando un ferrocarril tercermundista y es de justicia solucionarle el problema ya. Los Fondos Estructurales Europeos como el FEDER, de los que Extremadura será la única región beneficiaria en España dado su nivel de renta, podrían emplearse para conseguir estos objetivos. Sería una inversión rentable para la región y para el país.

La chapuza que ha ofrecido Madrid y aceptado Extremadura en la anterior legislatura, de un denominado “tren de altas prestaciones” tipo diesel con línea única, es pan para hoy y hambre para mañana. Seguirá condenando a Extremadura a tener un ferrocarril limitado y no de altas sino de bajas prestaciones “per saecula saeculorum”.

Hay que exigir un ferrocarril moderno, digno y eficiente con proyección de futuro y esto sólo se consigue con línea doble electrificada y con convoyes modernos tipo Alvia que permitan el trayecto Cáceres – Madrid en algo menos de dos horas y situar a los viajeros de Badajoz en Madrid en algo menos de tres. Lo demás son componendas que perpetuarán en el tiempo un mal servicio férreo en Extremadura condenándola a permanecer en el subdesarrollo. La Junta de Extremadura apoyada por todos los extremeños no debiera consentirlo.

Si en Extremadura se pagan los mismos impuestos que se abonan en otras regiones españolas deberíamos disponer de un ferrocarril de similares características al que estas disfrutan ¿o hay que seguir aguantando?

  

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