viernes, 31 de mayo de 2024

 

LA REALIDAD DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA

La economía española primero iba como una moto y ahora ya, en unos días, va como un cohete, según manifestaciones de nuestro presidente del gobierno. Las declaraciones económicas las ha hecho tras lo que él considera un triunfo en las elecciones catalanas.

Este calificativo tan populista de la situación de la economía y tan falto de sentido económico, pues se basa como único parámetro en que España será la nación que más crezca de la UE en 2024 y 2025, olvida aspectos muy importantes de la situación económica española cuyo examen lleva a la conclusión de que el cohete tiene poco impulso.

Olvida que, aunque ahora crecemos más que el resto de la UE, en la pandemia nuestro PIB se redujo más que cualquier otro país de Europa, hasta el 11 %. Y ahora vamos recuperando posiciones muy lentamente.

Recientemente la OCDE ha publicado los datos de evolución de la renta disponible en los diversos países integrados en ella. España es el país europeo en el que la renta disponible ha experimentado una evolución peor.

Durante el año 2022, España ha perdido un 8 % de su renta disponible, siendo el país de nuestro entorno con peores datos. El país europeo más cercano a nosotros en esta evolución negativa es Irlanda (-5,1 %) y por detrás están, Eslovenia (-3,5%), Portugal (-3,4 %), Finlandia (-3,3 %), Reino Unido (- 3 %), Bélgica (-2,4 %) e Italia (-1.3). Otros países de nuestro entorno cercano han experimentado aumentos en la renta disponible: Alemania (+0,2), Austria (+1,7 %), Noruega (+3,4 %) y en lugar destacado Polonia (+7,8 %). La media de los países de OCDE ha perdido -1,8 % de la renta disponible.

Si se analiza la evolución de este parámetro en países europeos entre el tercer trimestre de 2019 y el tercer trimestre de 2022, comprobamos que España (- 7,4 %) es el país que más renta disponible ha perdido en Europa. Nos siguen Reino Unido (- 3,9 %) y Portugal (-3,8 %). En positivo destacan Grecia (+ 9%), Polonia (+7,6 %) y Noruega (+6,5 %) aunque también Eslovaquia, la República Checa, Eslovenia, Francia e Italia han aumentado su renta disponible.

Como puede verse somos con diferencia el país de Europa en el que peor han ido las cosas.

La situación del desempleo en España, a pesar del trampantojo de los trabajadores fijos discontinuos, que disminuye por arte de birlibirloque el número de desempleados, lleva a situar a España como el país con más paro de la zona euro. El paro real se estima en 3.330.000 desempleados. Con un desempleo del 11,1 % nos situamos como los últimos de la clasificación muy lejos de la media europea que se sitúa en el 6,1 %. Y también lideramos el paro juvenil con cifras del orden del 28 – 30 %.

En productividad estamos 25 % por debajo de la media de la Unión Europea. Esto implica que la unión capital, salarios y tecnología no es precisamente las más adecuada lo cual es un signo negativo para nuestra economía.

 La deuda alcanza niveles nunca vistos. La última estimación alcanza los 1,613 billones de euros, el 109 % del PIB. Esto representa para cada español un importe de 33.600 €, 9.000 € per cápita más que cuando Sánchez llegó al poder. Diversos analistas dudan de que podamos embridar el déficit al 3 % según exige la UE.

La inflación continuará por encima del 3 %, lo que supondrá costes adicionales para las familias especialmente afectadas en la cesta de la compra, que ya ha experimentado espectaculares incrementos los últimos ejercicios. Esto ha implicado un cambio en el modelo alimentario familiar, si se quiere llegar a fin de mes. El incremento experimentado en el importe de los salarios queda por debajo del incremento de los precios, lo que disminuye el poder adquisitivo de las familias.

Los jóvenes encuentran serias dificultades para emanciparse. Los alquileres o la compra de una vivienda son prohibitivos para el poder adquisitivo del salario de los jóvenes, que se encuentran muy desplazados de lo que sus padres habían conseguido a su edad.

Los Bancos de Alimentos se encuentran en las últimas, con sus estantes casi vacíos de cara a la campaña de verano. Ha aumentado el número de usuarios y se han reducido las donaciones, lo cual es un síntoma de que la cosa no va tan bien como aseguran las fuentes gubernamentales.

Y Cáritas da cuenta de que muchas personas que solicitan ayuda son trabajadores, con salarios bajos cuyo poder adquisitivo no cubre sus necesidades mensuales.

Estos anuncios tan optimistas del gobierno creo que tienen poca influencia en la opinión de los españoles. Las capas bajas de la sociedad no se creen nada de lo que dicen porque experimentan en sus carnes la realidad de la reducción de poder adquisitivo de sus salarios y las dificultades crecientes para llegar a fin de mes.

En las capas sociales de más renta y nivel de formación sometidas a un alto esfuerzo fiscal menos todavía, porque el análisis de los datos reales demuestra la discordancia entre lo que anuncia el gobierno y la situación real. Los datos matan el relato gubernamental.

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