viernes, 26 de abril de 2024

 

RESIGNACIÓN Y FELICIDAD EN EXTREMADURA

Extremadura es una comunidad autónoma que se caracteriza por su resignación ante el pasado, el presente y el futuro.

Abandonada de los poderes centrales españoles a lo largo de la historia, ha sido una región periférica a la que los poderes públicos nunca han hecho caso en sus débiles reivindicaciones.

Aislada en la raya de Portugal durante un largo período de tiempo, sus abundantes recursos naturales: agua, tierras, sol y energía vienen siendo explotados por el capitalismo español externo a la región, de modo que se ha convertido en suministradora de recursos naturales para que otras regiones de España se beneficien y desarrollen.

Con pocos habitantes actualmente, algo más de 1 millón, tras fuertes emigraciones sobre todo a lo largo del siglo XX y perdiendo población de forma prácticamente continuada, sus propios políticos han apostado por conseguir una región verde, mediante la adopción de políticas ambientalistas absurdas, que han constituido un corsé para el desarrollo regional.

Ignoro las razones por las que los políticos regionales se han dejado engañar por estas políticas verdes que han traído consigo que, Extremadura, en lugar de converger en desarrollo con la media española, se encuentre ubicada en los últimos lugares de los indicadores macroeconómicos como PIB, renta disponible y es abanderada del desempleo.

Eso sí, por el territorio extremeño campan a sus anchas los seres vivos que constituyen su fauna y su flora se encuentra protegida, mientras sus hombres y mujeres, jóvenes especialmente, se ven obligados a abandonar la región buscando mejores horizontes personales. Hay bastantes municipios con el 100 % de su territorio protegido.

Pero todo lo llevamos con resignación.

La resignación extremeña no tiene límites. Se prometió un AVE (el de 350 km/h) que teóricamente estaría destinado a unir a través de Extremadura dos grandes conurbaciones como son Madrid y Lisboa. Era una inversión lógica, destinada a unir dos capitales europeas, que carecen hoy día de un enlace directo por ferrocarril.

Pues bien, la cuestión ha ido degenerando, y del AVE clásico, el que circula entre Madrid y Sevilla o Barcelona, hemos pasado a tren de alta velocidad, a tren de velocidad alta, a tren de altas prestaciones y por último a tren digno. En cada cambio de denominación la velocidad de proyecto ha ido disminuyendo, de modo y manera que al final será un tren Alvia que circulará como máximo a 220 km/h.

Es indudable que se trata de una mejora sobre lo que había, que venía del siglo XIX, pero no es lo que se prometió inicialmente, un AVE, que debería haber circulado por la región en 2010. El nuevo señor ministro de Transporte con la desfachatez que le caracteriza pone ahora el final completo de esta degenerada línea Badajoz – Madrid en 2032. Cuando el presidente del gobierno había fijado como objetivo el año 2030.

Su argumento es que en Castilla La Mancha y concretamente en Talavera y Toledo no se ponen de acuerdo con el trazado. Pero a al tratarse de una obra de interés nacional que rebasa los intereses autonómicos, la decisión del trazado es responsabilidad del Estado. Aunque sea conveniente llegar a un consenso con las comunidades autónomas afectadas. Pero esto no puede suponer más retrasos en la terminación de esta obra que acumula años y años de demora.

Todo este proceso de degeneración AVE - Tren digno lo ha aguantado Extremadura con paciente resignación. Hay que destacar que algún sector de la sociedad civil de Extremadura, considerando que el AVE es un lujo por el alto coste de los billetes - ya se está viendo que la entrada de competidores con Renfe lo que hace es disminuir el coste de estos - se conforman con este tren de digno. Somos pobres hasta para pedir.

Los convoyes que sirven este tren digno serán de tipo Alvia, procedentes de los que circulaban en Galicia y Asturias, que nos los endilgarán a los extremeños. Trenes de segunda mano y como dicen los carteles taurinos para las novilladas: de desecho de tienta y defectuosos. Eso sí, convenientemente tuneados.

Y de este modo entramos en un círculo vicioso que llevará a la destrucción de Extremadura y su despoblamiento. No se invierte porque no hay población y así…hasta la derrota final.

Pero aquí no terminan lo despropósitos ferroviarios. Los europarlamentarios socialistas votan para que la reapertura de la vía férrea Corredor Oeste – Ruta de la Plata quede en le Red Global con el horizonte 2050, en lugar de incluirlo en le Red Básica Ampliada con límite el año 2040, y ganancia de 10 años en los plazos de ejecución. Y Extremadura se resigna y aguanta. No he visto actuaciones contundentes de los políticos extremeños en esta materia.

El disparate continúa con un ejemplo más. Siendo Extremadura la principal productora de energías renovables y exportando el 80 % de la producción a otras regiones, resulta que el proyecto CCGreen, un campus tecnológico con centro de proceso de datos a ubicar en Cáceres con 800 millones de euros de inversión no podrá disponer de energía en la cantidad necesaria como alto consumidor hasta al menos el año 2026.

Pero por estas tierras, al parecer, somos muy felices. Hay festivales y fiestas de guardar y no guardar para dar y tomar. Panem et circenses, que diría un hispano romano afincado en la noble Emérita Augusta. Comenzamos con las fiestas de Navidad que empiezan en noviembre y las rebajas de invierno, los antruejos, los carnavales, la Semana Santa con grados de interés regional, nacional e internacional, mercados medievales, el Womad cacereño, certámenes sobre el queso, el vino, las aceitunas y el jamón, festivales de cine en corto y en largo, ferias y fiestas en todos los pueblos y ciudades con sus espectáculos taurinos, la playita y las rebajas de verano y cerrando el ciclo Halloween (antes Todos los Santos). Como se ve gozamos de una gran felicidad llena de resignación.

Pero es lo que hay.

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