viernes, 12 de abril de 2024

 

EXTREMADURA, TRENES QUE SE ETERNIZAN

Lo que ocurre en Extremadura en materia ferroviaria es algo inaudito. Creo que no hay ninguna comunidad autónoma en España en la que se produzcan los esperpentos que ocurren con el ferrocarril en la región extremeña.

Líneas cuya construcción no termina nunca. Chapuzas y averías frecuentes en los convoyes que son material de desecho de otras regiones. Ausencia de una planificación temporal seria y creíble. Engaños continuos a la ciudadanía.

Incluso se permitieron inaugurar a bombo y platillo, tramos que no estaban totalmente ejecutados como ocurrió hace unos meses en el tramo Badajoz - Plasencia en la línea de alta velocidad en construcción. La cual mantiene un tramo en el túnel de Santa Marina que no cumple la normativa. Supongo que lo estarán solucionando.

La última hazaña del Ministerio de Transporte que dirige el inefable Oscar Puente, hombre más proclive a la bronca que al consenso, es que la finalización de la línea de alta velocidad entre Badajoz y Madrid se retrasa hasta 2032, cuando hace unos pocos meses el presidente del gobierno aseguraba en una visita a Extremadura que se terminaría en 2030. Dos años más de regalo. No se olvide que se prometió que el AVE extremeño estaría operativo en 2010. Lo que se prevé para 2032 no es un AVE (300 km/h) sino un tren de alta velocidad (200 km/h).

Una vez más la discriminación más absoluta con la región más pobre de España, que mantiene los indicadores macroeconómicos como el PIB o la Renta disponible más bajos de la nación, la única comunidad autónoma que todavía no ha recuperado los niveles de PIB prepandemia, que precisamente necesitaría disponer de unas buenas infraestructuras ferroviarias, para facilitar su desarrollo y poder converger con el resto de España.

Como en Extremadura somos pocos y protestamos menos - aquí no hay kale borroka ni tsumanis independentistas susceptibles de posterior amnistía - desde Madrid se dedican a tomarnos el pelo de manera continuada, sin que desde los poderes regionales se tomen medidas drásticas contra esta falta de respeto a la región.

Y así año tras año. Unas infraestructuras ferroviarias cuya construcción se eterniza en el tiempo y que nunca se acaban. Son el cuento de nunca acabar.

Y los parlamentarios extremeños afines al régimen votando como borregos, para mantener sus chollos, poniendo por delante su interés personal sobre el de su región y el de sus habitantes.

Para completar el desastre de infraestructuras ferroviarias que padecemos, una línea férrea como es la Ruta de la Plata fue cerrada al tráfico de viajeros entre Plasencia y Astorga en 1985 y al de mercancías en 1995, en base a una pretendida falta de rentabilidad.  

Cualquier persona normal que contemple un mapa ferroviario de España, podrá comprobar que la vía férrea del Corredor Oeste – Ruta de la Plata es un eje fundamental para la comunicación directa entre el norte y el sur de la península sin tener que pasar obligatoriamente por Madrid que es un cuello de botella y de alta concentración de tráfico ferroviario.

A pesar de la presiones y peticiones sigue pendiente de una reapertura que la sociedad civil está pidiendo a gritos y que los políticos socialistas postergan una y otra vez, sin querer solicitar su inclusión en la Red Básica Ampliada Transeuropea de Transporte, lo que permitiría aspirar al horizonte 2040 para su terminación.

Las últimas manifestaciones en la Comisión de Transporte y Movilidad Sostenible del Congreso del portavoz socialista son de aurora boreal. Asegura que votará en contra de una proposición no de ley del PP, para solicitar de la UE la incorporación de la vía férrea Ruta de la Plata a la Red Básica Ampliada Transeuropea de Transporte, porque en diciembre se terminó el plazo para hacerlo.

Y por qué si tanto interés tenían los socialistas en la cuestión, no solicitaron la inclusión en el plazo previsto que finalizó en diciembre. ¿O es que realmente no tienen interés alguno?

Como se ve el oeste de España está proscrito y las inversiones ferroviarias se desvían al Corredor Mediterráneo, manejado por los catalanes, favoreciendo a las regiones más ricas y centrifugando inversiones y población hacia el este de la nación, para dejar en el más absoluto abandono a la España vaciada del oeste hispano.

La reapertura del tramo Plasencia – Astorga con una inversión aproximada de unos 2.000 M€, de los cuáles unos 900 M€ corresponderían al tramo Plasencia  - Salamanca que permitiría unir los dos brazos del Corredor Atlántico, sería una oportunidad para todo el oeste español, ya que se convertiría el Corredor Oeste – Ruta de la Plata en un corredor multifunción: ferroviario de pasajeros y mercancías, energético , telemático y tecnológico, lo que permitiría la atracción de empresas para recuperar el oeste de España, hoy en acusado declive.

Quizás muchos habitantes del oeste español deberían repensar su voto.

 

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