UTILIZACIÓN DE LOS FONDOS EUROPEOS NEXT GENERATION
Da
la impresión de que existe bastante opacidad con los fondos Next Generation que
por importe de 140.000 Millones de euros han sido adjudicados a España por la
Unión Europea. La mitad de ellos vendrán
en forma de subvención a fondo perdido y el resto será un préstamo a devolver
en cómodos plazos.
No
se sabe a ciencia cierta, ni qué cantidades de esos fondos han llegado hasta
ahora a España, ni su distribución real, ni qué tipos de proyectos se financian
con ellos, ni el ritmo de ejecución de las inversiones. Da la impresión de que
la ingente cantidad de dinero concedida nos está superando. Y que tendremos
dificultades para invertir los fondos a tiempo y en proyectos racionales.
Esta
enorme cantidad de dinero que ha puesto a nuestra disposición la UE, es una
especie de Plan Marshall - que se aplicó
en Europa una vez finalizada la II Guerra Mundial, no participando España en sus
beneficios por su aislamiento internacional tras nuestra Guerra Civil - que han
de servir para recuperarnos de esta pandemia que ha degradado fuertemente
nuestra economía - España en 2020 perdió
un 10,8 % del PIB y ha recuperado solamente el 5 % en 2021 – así como para
modernizar nuestro modelo productivo adaptándolo a las nuevas tecnologías y a
la digitalización.
En
varios países se ha optado, con acierto en mi opinión, porque los fondos sean
distribuidos por un órgano independiente creado al efecto y del que forman
parte expertos que aseguran que, por lo menos, habrá imparcialidad en el
reparto y en la selección de las inversiones a financiar por los mismos.
En
España no ha sido así y se ha dejado en manos del gobierno la selección y
distribución de estos cuantiosos fondos. Esto tiene el alto riesgo de que se
politice el reparto, buscando los votos para próximas elecciones en lugar de
que sea el interés general el que guíe las actuaciones.
Estos
fondos deberían destinarse, además de a reforzar nuestro sistema de salud y
modernizarlo, a cuestiones vitales para nuestro desarrollo como pueden ser la
modernización de infraestructuras de transporte especialmente los ferrocarriles
que es el tipo de locomoción menos contaminante; las de telecomunicación que
faciliten la digitalización de nuestras actividades y la introducción de las
nuevas tecnologías y, paralelamente la formación de especialistas en
inteligencia artificial o uso de big data y de aplicación de las nuevas
tecnologías en general.
De
igual modo aspectos como las energías renovables han de ser abordados con estas
inversiones, buscando mejorar los procesos de descarbonización de la sociedad,
apostando por nuevos tipos de energía como el hidrógeno verde o la utilización
de biocombustibles para reducir las emisiones de CO2 y otros gases de efecto
invernadero.
El
buen uso de estos fondos es una oportunidad única para España con vistas a modernizar
y digitalizar nuestra agricultura y mejorar la eficiencia y tecnología de
nuestros regadíos, remozar y renovar nuestra industria introduciendo nuevos
tipos como los vehículos eléctricos y sus componentes, el hidrógeno verde y la
biotecnología o la nanotecnología, que den un vuelco a la misma y la sitúen en
vanguardia.
Nuestro
turismo también se beneficiaría de estas inversiones para mejorar y modernizar
sus infraestructuras hoteleras, de restauración y las de ocio de modo que se
aumente la calidad de la oferta a los usuarios para hacerla más atractiva.
Sería
un gran fracaso el volver a utilizar mal estos cuantiosos fondos en inversiones
absurdas (rotondas, carriles bici y estupideces similares) que ni generarán
empleo estable ni servirán para poner nuestra economía en línea con las otras
de Europa, mejorando nuestra productividad para poder competir en condiciones
de igualdad con el resto de países de la Unión Europea.
Puede
ser que haya razones de política al medio, pero hay partidos que están
denunciando un reparto sectario de los fondos. Y contra esta denuncia sólo hay
un camino: transparencia absoluta para que los ciudadanos podamos conocer
exactamente en qué tipos de proyectos y a qué comunidades autónomas y en qué
cuantías se destinan estos fondos.
En
su distribución habría de tenerse en cuenta la situación de las distintas
comunidades autónomas, impulsando inversiones de los fondos en aquellas que
están en peor situación relativa, que en general se corresponde con la España
vaciada, para impulsar su desarrollo mejorando en todo lo posible sus
infraestructuras de todo tipo de modo que las industrias puedan instalarse en
ellas y aprovechar para industrializar sus recursos naturales de modo que el
valor añadido se quede en el territorio.
Hemos
de organizarnos para ser capaces de invertir esos fondos en el tiempo marcado y
no tener que devolver parte de ellos por incapacidad para gastarlos. Pero hay
que gastarlos bien y no en acciones no productivas o marcadas por el sectarismo
político.
España
tiene una oportunidad única, si se utilizan racionalmente estos fondos, de
actualizar su modelo productivo, y no podemos permitirnos el lujo de
desaprovechar esta circunstancia que tenemos al alcance de la mano. Es muy
difícil que se vuelva a presentar otra ocasión tan propicia como la actual. España
se juega mucho en la aplicación de estos fondos. No sólo ante los españoles
sino ante la UE.
Me parece muy buen tu comentario de hot sobre fondis UE NEXT GENERATION. Q hay una, falta, de transoarencia es evidente. Twnemos en Extremadura una gran oportunidad. De hecho hay mas proyectos q nunca. Aver su cuajan la mayoria. Dinero hay, y mucho.
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