SECTARISMO,
IGNORANCIA Y CACIQUISMO
La
alcaldesa de Gijón ha impartido una lección de sectarismo y uso de métodos
dictatoriales al decidir unilateralmente que a partir de ahora en su ciudad no
habrá más corridas de toros. Porque a ella le viene en gana, y porque ella lo
vale. Y sanseacabó que toman a misa. Una cacicada en toda regla.
Como
argumento para tomar tan drástica decisión ha utilizado uno que además de ser
inadecuado, revela una gran ignorancia de esta primera edil gijonesa en lo
referente a lo que es y significa la tauromaquia. Esta abarca no sólo la
corrida de toros, sino todo el proceso de cría y manejo del toro de lidia en el
campo. Esta edil ha demostrado no tener ni repajolera idea de la cuestión.
La
peregrina razón a la que se agarra para suspender en el futuro las corridas de
toros en su ciudad, es la de que en un festejo celebrado hace unos días en la
plaza de El Bibio de Gijón dos de los toros lidiados llevaban como nombres
Feminista y Nigeriano.
Parece
que dado el grado de acentuado sectarismo en el que se encuentra inmersa esta
alcaldesa, estos nombres deben tener para ella (cree el ladrón que todos son de
su condición) connotaciones machistas o racistas. Parece que considera que el
ganadero al dar nombre a sus toros, ha pretendido insultar a las feministas, en
todo caso sería con retraso porque el nombre se le dio al astado hace 4 años al
menos, y también denigrar a los negros nigerianos, aunque no se especifique la
raza, porque en Nigeria también hay blancos.
El
desconocimiento que esta señora tiene sobre el mecanismo habitual que se aplica
hace muchos años en las dehesas y ganaderías de bravo de España, para dar
apelativo a los toros de lidia es mayúsculo. En su imprudencia ni siquiera ha
tenido la humildad de asesorarse antes de utilizar esta justificación de los
nombres de los toros, tan pedestre, falta de contenido y además mendaz, para
tomar la drástica decisión de inhabilitar en el futuro el coso gijonés para albergar
festejos taurinos.
Debería
saber que en contra de su indocta opinión los toros reciben el nombre de sus
vacas madre, adaptado a su sexo. Esto se hace en las ganaderías de bravo desde
tiempos inmemoriales y el nombre no tiene ninguna finalidad de cara a defender
una idea o de insultar o denigrar a alguna persona, grupo o etnia. Sólo en una mente
tan retorcida como la de esta alcaldesa puede caber la atribución de
intencionalidad alguna en el nombre que se impone a los toros bravos.
La
alcaldesa antes de proseguir con su actuación caciquil y supresora de los
festejos de toros en Gijón, debiera darse una vuelta por alguna de las
ganaderías que pastan por nuestra piel de toro, para que le expliquen cómo se
nominan las vacas y los toros de lidia. Y de paso comprobar el exquisito trato
que reciben estos animales en las dehesas de España. Y además que los técnicos
y veterinarios, le pongan al día sobre la genética de esta raza de toros en
donde anida la bravura y la nobleza que es lo que permite que la fiesta
nacional tenga lugar. Sólo esta raza es capaz de soportar el castigo que recibe
sin rehuirlo. Por algo será.
Puede
ser comprensible que a la primera edil gijonesa no le atraigan los toros. A
mucha gente no le gusta este espectáculo. Pero a muchos otros gijoneses y
asturianos, por reducirlo al marco regional, estoy seguro que sí les atraen las
corridas y acuden a los festejos de la plaza gijonesa. Y habrá otro grupo de
ciudadanos que, sin gustarles los toros, no quieren impedir que otras personas
asistan a este espectáculo. La edil debería considerar que los toros son un
bien cultural protegido por la ley y no puede prohibirlos, ni denigrarlos,
salvo que se modifique la norma. Debería conocer estos extremos porque la joven
ocupó la Consejería de Cultura del Principado de Asturias.
Por
otra parte, la alcaldesa no representa a todos los gijoneses porque no la han
votado todos en masa a ella y debe respetar que un número más o menos elevado
de aquellos gocen de la tauromaquia que es un espectáculo legal. La alcaldesa,
aunque parece que le gustaría, no puede imponer el pensamiento único, que es el
suyo, en Gijón. A estos socialistas sanchistas de nuevo cuño, abrazados al
comunismo, les gusta mucho que todos pensemos como ellos.
Hay
otra razón de peso más. La plaza de El Bibio se construyó con el fin exclusivo
de que hubiera corridas de toros. Fue la causa primigenia de que se levantara
este coso. Habrá que analizar la procedencia de los fondos que se emplearon
para construirlo, si eran exclusivamente fondos municipales o hubo otro tipo de
aportaciones privadas o de asociaciones taurinas, si los terrenos en los que se
levantó eran de propiedad municipal o fueron objeto de expropiación. Sería muy
interesante que la alcaldesa desvelara estos pormenores que son de gran
importancia.
Lo
que sí puede la alcaldesa es anular las subvenciones de dinero público
municipal para las corridas si el Ayuntamiento mediante la oportuna votación
así lo decide. Pero no puede prohibirlas. Los toros son un bien cultural
protegido por la ley.
También
en el supuesto que la plaza fuera de propiedad municipal de forma indubitable,
tal vez procedería que esta alcaldesa convocase un referéndum o consulta con
los ciudadanos al objeto de dilucidar quienes están de acuerdo con su
iniciativa de que no vuelva a haber toros en esta plaza gijonesa. Claro que
habría de ser un referéndum imparcial sin interferencias sesgadas del
Ayuntamiento.
Pero
con los modos dictatoriales y caciquiles que exhibe esta primera edil, no
parece que eso sea posible.
Terminado
el período vacacional, volvemos a las andadas. Reitero mi agradecimiento a los
lectores del blog por el tiempo que dedican al mismo.
Esa señora ni siquiera es demócrata. Será Dictadora del Consistorio a estilo Robespierre.
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