viernes, 25 de junio de 2021

 

LOS RIEGOS DE TIERRA DE BARROS AVANZAN.

La Junta de Extremadura a través de su Consejería de Agricultura consideró de gran interés estos riegos, y por esta razón ya desde el año 1998 los incluyó con el carácter de riegos privados (los regantes participarían en su financiación) en el Plan Nacional de Regadíos Horizonte 2008 que redactó el Ministerio de Agricultura, junto con los regadíos de Monterrubio de la Serena, cuyas obras comenzarán en breve plazo si no lo han hecho ya.

Durante mi estancia en el Servicio de Ordenación de Regadíos de Extremadura, cuya jefatura ocupé durante nueve años, se redactó un primer estudio de viabilidad de la transformación en regadío de la zona de Tierra de Barros en el año 2001, con una idea base: estos riegos se diseñaban como riegos de apoyo para asegurar y mejorar las producciones de los cultivos más importantes existentes en el área de estudio: viñedo y olivar, pero también se dejaba abierto a futuros cultivos leñosos como el almendro, el pistacho o la higuera.

Los recursos hídricos se obtienen de los embalses de Alange (878 Hm3 de capacidad de embalse) y Villalba de los Barros (106 Hm3) y en la planificación hidrológica de la demarcación hidrográfica del Guadiana se fija una asignación de recursos para esta transformación (41,47 Hm3). Esta reserva de agua en favor de la zona, se obtenía en base a una dotación de 2.765 m3/ha (aproximadamente la mitad de la dotación media de los regadíos extremeños) para una superficie de alrededor de 15.000 ha y proyectando un método de riego de alta eficiencia (goteo).

Este estudio de viabilidad de 2001 fue presentado a los futuros regantes en diversas reuniones en los principales núcleos de población de Tierra de Barros y poco después se constituyó la comunidad de regantes en su fase inicial a partir de los agricultores interesados en la transformación en regadío.

Desde el principio se detectó lo difícil que sería poder llevar a cabo la concentración parcelaria, salvo en algún área muy concreta a determinar. Las causas de esta dificultad se deben al tamaño y número de parcelas, a la heterogeneidad en la distribución de los cultivos de viñedo y olivar, alternancia espacial de estas especies, variedades distintas, edad de las plantaciones, orientación de los marcos de plantación. Este hecho supone una mayor carestía del coste de las obras, pero así y todo se demostraba que este tipo de riego era viable.

Una primera crisis con sus nefastas consecuencias en la economía y en las disponibilidades presupuestarias y la alternancia política en la Junta de Extremadura supusieron un frenazo en el desarrollo de estos riegos que estuvieron congelados unos cuantos años.

El regreso a la Junta de Extremadura de la administración socialista supuso un renovado impulso a estos regadíos que fueron declarados de interés de la comunidad autónoma por Decreto 232/2014 de 21 de octubre, publicado en el DOE de 27 de octubre de 2014. Esta declaración suponía el espaldarazo de la Junta a la puesta en riego de la zona y su respaldo a los regantes.

Y el último paso fundamental para los riegos de Barros ha sido la declaración de interés general de la nación que se contiene en la Ley de Presupuestos Generales del Estado para 2021 publicada en el BOE de 31 de diciembre de 2020. Este paso crucial permitirá al Estado participar en la financiación de las obras del proyecto de transformación en regadío de Tierra de Barros.

Un proyecto que ya está redactado por la Junta de Extremadura, con un presupuesto final de 250 Millones de euros, al incrementarse el importe del proyecto inicial en unos 55 Millones de euros coste de las medidas de protección de las balsas y de la construcción de una estación fotovoltaica de 11,9 MW para reducir el coste energético. Los agricultores aportarán 66 Millones de euros y el resto correrá a cargo de la Junta de Extremadura y el Gobierno de España.

Se transformarán 15.170 ha distribuidas en 17 sectores de riego, 6.586 parcelas y 12 términos municipales. Tres balsas en cotas geométricas dominantes con una capacidad conjunta de 14 Hm3, recibirán el agua elevada desde Alange o Villalba en los períodos P6 (el más barato, horas valle) lo que conllevará un importante ahorro del coste energético.

A falta de la terminación de la información pública y de la declaración de impacto ambiental que se prevé tener resueltos a lo largo de 2021, la licitación de las obras tendría lugar a lo largo del año 2022, para comenzar las mismas en 2023. Se estiman tres años de construcción, con lo que en 2026 podrían entrar en servicio. Ocurrirá 25 años después de la publicación del primer estudio de viabilidad de la zona regable, que definía las obras a nivel de anteproyecto allá por el lejano 2001.

Pero diferentes vicisitudes económicas principalmente, y políticas han retrasado notablemente el proyecto y sus obras correspondientes. Pero como consuelo queda que las obras inicialmente previstas se han mejorado sensiblemente y se les ha dotado de energía renovable fotovoltaica para mejorar el coste energético.

Sólo resta que se cumplan los plazos previstos para su finalización. Estos riegos además mejorarán la contaminación difusa existente en el acuífero que llevó a declararlo como zona vulnerable a nitratos en marzo de 2019. El método de riego de alta eficiencia adoptado y la fertirrigación que puede practicarse, junto a la aportación de agua superficial de la que se abastece la zona, contribuirán a mejorar el estado de la masa de agua subterránea de Barros.

A ver si pueden aplicarse a esta zona los consabidos dichos de que “bien está lo que bien acaba” o “más vale tarde, que nunca”.

3 comentarios:

  1. Excelente. Así, sea. Y gracias, de nuevo por compartirlo

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  2. Muy bien José Ignacio,no hay nada mejor que hablar con conocimiento. No hay duda que la masa de agua del acuifero mejorará cuantitativamente aunque cualitativamente sería dudoso en mi opinión, pero vamos eso no quita para aplaudir el proyecto y desear una pronta entrada en funcionamiento. Un saludo

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    1. Yo creo que cualitativamente también debiera mejorar por el mejor control de la fertilización de nitratos y fósforo que puede hacerse con el riego por goteo.

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