UN COCHE PARA GRETA
No
tengo duda alguna de que apuntarse a lo políticamente correcto está de moda. En
este ámbito ha de inscribirse el publicitado ofrecimiento que ha hecho la Junta
de Extremadura a la activista sueca Greta Thunberg: costear su desplazamiento
desde Lisboa a Madrid en un coche eléctrico con el fin de que asista a la
Cumbre sobre el Cambio Climático que se celebrará en la capital de España, una
vez que rinda viaje en la capital lusa el catamarán ¿propulsado sólo a vela? que
la traslada desde Estados Unidos. Como todo el mundo sabe esta joven, que se ha
convertido en uno de los iconos de la lucha contra el cambio climático, no
utiliza en sus viajes vehículos contaminantes.
En
principio la cumbre climática iba a celebrarse en Chile, pero dada la situación
de tensión social existente en el país andino los organizadores decidieron
cambiar su ubicación. De inmediato nuestro gobierno en funciones, adalid de la
lucha contra el cambio climático, ofreció a través del Ministerio de Transición
Ecológica a Madrid como sede alternativa. La ONU entidad organizadora del
evento vio el cielo abierto y de inmediato nos adjudicó la organización del
mismo. Ya veremos por cuanto nos sale el guateque. Pero aquí eso es lo que
menos importa. Como todo el mundo sabe España es un país rico y poderoso merced
a una deuda que ya alcanza el valor de nuestro PIB anual. Pero nosotros lo
valemos. Y endeudarnos por unos cuantos millones de euros más ¿qué importancia
tiene? Como salvavidas final algunas empresas del Ibex 35 colaborarán en la
fiesta. ¿Do ut des?
Aclaro,
para que nadie se llame a engaño, que me preocupa sobremanera la posible deriva
climática en la que estamos inmersos. Pero respecto a ella sólo tengo en cuenta
la opinión de expertos multidisciplinares imparciales (hay pocos) y no la de
los adscritos a uno u otro movimiento, o defensores de determinados intereses o,
simplemente de su “modus vivendi”. Tampoco sé en qué medida el hombre está
condicionando con sus actuaciones el cambio climático. Hay división de
opiniones. Aunque prevalece la de aquellos que entienden que las actividades
antrópicas pueden estar influyendo sensiblemente en el mismo. Aunque la
influencia de la actividad humana pueda solaparse con la variabilidad climática
que siempre ha existido en la Tierra a lo largo del tiempo.
Y
en ese sentido, aunque sólo fuera por precaución, parece sensata la toma de
medidas para reducir todo lo posible las emisiones de GEIs (Gases de Efecto
Invernadero) que son los causantes principales de la alteración climática. Pero
estas acciones, para que sean eficaces, tienen que llevarse a cabo por todos
los países a la vez. ¿De qué sirve que la UE y España al frente faltaría más,
nos hagamos adalides en la toma de medidas de mitigación y adaptación al cambio
climático si los países más contaminantes como Estados Unidos, China o la India
se excluyen del compromiso, o actúan con la boca pequeña? Pues no servirá de
nada o de muy poco.
Me
sorprende la ocurrencia de la Junta de Extremadura de correr con el gasto para
facilitar un coche eléctrico a la activista sueca. Una jovencita de dieciséis
años, que dudo que posea la experiencia y los conocimientos científicos
suficientes para erigirse en bandera de la lucha contra el cambio climático,
anatematizando con su encendido discurso a todo bicho viviente. Me gustaría
conocer qué organizaciones o intereses manejan la barca de esta joven activista.
Así
que me resulta chocante que Extremadura, que es una región cuyo balance de
emisión – absorción de GEIs es prácticamente negativo, se ponga al frente de la
manifestación, costeando a la joven activista su viaje en vehículo eléctrico. ¿Será
para que los países emisores nos tomen como ejemplo y dejen de emitir CO2? Si
es así, vamos listos.
Sería
mucho más conveniente que nuestra administración autonómica dedicara sus medios
y esfuerzos a resolver los importantes problemas que padece nuestra tierra y
que no somos capaces de solucionar. Porque aunque hemos mejorado a lo largo de
la transición, seguimos en el furgón de cola y sin converger con el resto de
comunidades autónomas españolas.
Como
ejemplo debería esforzarse en habilitar fórmulas de desarrollo, que impidan la
salida de jóvenes extremeños que abandonan la región y que no volverán a ella,
con la pérdida de talento que en muchos casos comporta tal emigración
irreversible.
Y,
de paso, analizar con detenimiento el reciente trabajo editado por el Club
Senior de Extremadura y suscrito por profesores investigadores de las
Universidades de Extremadura y Zaragoza en la que con datos fehacientes se
describe el terrible problema de la huida de su tierra por parte de la juventud
extremeña.
A
lo largo de los últimos tiempos unos 2.500 jóvenes en edad laboral han abandonado
anualmente nuestra región. Según las conclusiones del estudio, si no se toman
medidas, en 40 años Extremadura no tendrá jóvenes. Terrible futuro para
nuestros hijos y nietos.
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