PELIGROSIDAD
VIAL
Los
recortes que desde el año 2008, cuando comenzó la fase más aguda de la crisis en España, se han aplicado a las inversiones
en infraestructuras viarias de carreteras, han dado como resultado un deterioro
continuado e implacable en el estado de las mismas.
Se
está llegando a unos límites, he podido comprobarlo en determinados tramos por
los que suelo circular, en el que la carretera que debería ser un elemento que
coadyuvase a la seguridad de la circulación se está convirtiendo en un elemento
de peligrosidad vial.
Ya
he escrito en este blog en diversas ocasiones sobre la importancia que las
inversiones en conservación y mantenimiento de nuestras carreteras tienen para
alargar la vida de las mismas, evitando costosos desembolsos en nuevas
inversiones.
Y también que son imprescindibles para
mantener un grado de confort en la conducción y de seguridad vial altos, de
modo que la accidentalidad se reduzca lo más posible. Una carretera con el
firme en buen estado y con la señalización adecuada ayuda a la bajada de la accidentalidad
en la misma, manteniendo su funcionalidad. Lo contrario constituye una
disminución de su nivel de seguridad. Que es lo que está ocurriendo en estos
momentos.
No
se olvide que la seguridad vial es el resultado de la interacción de tres
elementos: los conductores aplicando prudencia y pericia, el estado de los
vehículos desde el punto de vista mecánico y de puesta a punto y el estado de
la carretera por la que circulan estos últimos.
Es
una acierto que al conductor se le eduque en hacerle comprender lo que es la
seguridad vial, apelando a su prudencia, atención al volante y pericia. Así
como las limitaciones de velocidad que establece la DGT, porque su exceso es
uno de las más importantes causas de accidentes, como ya se ha demostrado.
Es
también fundamental mantener los vehículos en buen estado y de ahí la
conveniencia de pasar las ITV correspondientes en los plazos que se establecen
según la edad del vehículo. Recientemente he pasado la inspección en un
vehículo de mi propiedad y me han detectado un problema del que yo no era
consciente: el estado de los amortiguadores traseros no era el más conveniente.
A pesar del gasto para ponerlos en orden, yo he agradecido que esa inspección
detectara el problema porque tal vez me ha evitado un accidente o un incidente.
Las
carreteras en general están sufriendo un proceso de deterioro notable. No hay
más que conducir por determinados tramos de algunas de ellas. En el trayecto de
mi casa en Cáceres a la playa de Islantilla que recorro con bastante
frecuencia, hay tramos con un elevado grado de desgaste y peligrosidad.
En
la A 66 en las cercanías de Sevilla hay un tramo con mal estado del firme que
presenta un alto grado de deterioro del mismo. La administración responsable
que es la General del Estado, se limita a poner un cartel informando a los
conductores del mal estado del firme y limitando la velocidad a 100 km/h. Esta
situación es indigna de una autovía de reciente construcción como es la A
66. El tramo lleva un largo tiempo en
estas deplorables condiciones sin que se atisbe intención alguna de darle una
solución definitiva.
En
la autovía A 49 de Sevilla a Portugal, han mejorado con un carril más a la
entrada y salida de Sevilla, cosa que es de aplaudir porque mejora la
circulación grandemente. Pero entre la entrada a Huelva y el límite con
Portugal, la A 49 presenta tramos que están en un lamentable estado de
conservación y constituyen un peligro para la seguridad vial de la misma.Badenes,
juntas abiertas, baches, firme cuarteado, en fin una sinfonía de despropósitos
que nadie repara y que ponen en peligro la circulación de los vehículos.
Es
inconcebible que con el alto grado de endeudamiento que tiene España - debemos
casi el 100 % del PIB anual del país - tengamos tramos de carreteras en este lamentable
y peligroso estado. ¿Dónde han ido todos esos fondos que adeudamos? ¿No han
dado para mantener las carreteras en un estado digno?
Las
administraciones deberían tomar conciencia urgente de la situación y empezar a
destinar fondos para mejorar la conservación de nuestras carreteras y autovías.
Son un patrimonio muy valioso cuyo deterioro afectará negativamente a nuestra
economía y sobre todo pone en peligro las vidas de muchos españoles.
Con
el estado de muchos tramos de nuestras carreteras, cuando se produzcan
accidentes, comenzarán las reclamaciones a las administraciones titulares, ya
que el deficiente estado en que están las vías, puede ser causa de los mismos.
Un gasto más que puede evitarse si se llevan a cabo unas inversiones adecuadas
para mantener en buen nivel de uso nuestras carreteras y mejorar su seguridad
vial. Confiemos en que la sensatez se imponga.
Un comentario muy sensato que comparto plenamente.
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