viernes, 12 de julio de 2019


LOS RECURSOS NATURALES Y EL SECTOR AGRARIO EN EL PROGRAMA DE GOBIERNO DE VARA.

Hace unos días fui invitado por el Punto de Encuentro de la Sociedad Civil de Extremadura a participar como ponente en un debate celebrado en Badajoz sobre el programa de gobierno del PSOE para la próxima legislatura. Éste fue expuesto por Fernández Vara en la Asamblea de Extremadura en la reciente sesión de su investidura como presidente.

 Moderaron el debate Cecilio Venegas presidente del Punto de Encuentro y José Julián Barriga, presidente del Club Senior de Extremadura del que formo parte.

También actuaron como ponentes en este debate dos destacadas personalidades extremeñas: Ricardo Hernández Mogollón, catedrático de la UEX y Alejandro Hernández Renner, director de la Fundación Maimona.

Me encomendaron que analizase los aspectos del programa relativos a los recursos naturales y al sector agrario y agroalimentario por su estrecha relación con ellos. A continuación les resumo lo tratado por mí en este encuentro.

El programa socialista trata con amplitud los aspectos relativos a los recursos naturales y al sector agrario y agroalimentario. Esto es importante en una región como Extremadura. En general los aborda con acierto pero tiene algunas debilidades que destacaré. Una de ellas, de base, es que se trata de una declaración de intenciones pero le falta una articulación de medios para conseguir los objetivos.

En lo concerniente a recursos naturales opta por tres ejes básicos: la economía verde y circular; el cambio climático y las energías renovables.

La apuesta por la economía verde y circular es un objetivo razonable, pero sus principios han de ser aplicados teniendo en cuenta la particularidad del bajo nivel de desarrollo en el que se encuentra Extremadura. Hay que armonizar desarrollo, medio ambiente y uso eficiente de los recursos naturales para sacar a nuestra región del pozo en el que se encuentra. En este sentido las políticas conservacionistas aplicadas hasta ahora por los gobiernos autonómicos extremeños se han demostrado ineficaces y hay que sustituirlas.

Respecto al cambio climático hemos de partir de la base de que Extremadura tiene poca o ninguna responsabilidad en el mismo. Creo que si se calculan la capacidad de Extremadura como sumidero de CO2 debido al carácter agrícola y forestal de la región y nuestras bajas emisiones de GEIs (Gases de Efecto Invernadero) el balance sería negativo: fijamos más que emitimos. Sí que seremos receptores de sus efectos, originados por otros países y regiones que son los que emiten GEIs en cantidades elevadas.

En este aspecto las consecuencias del cambio climático, si se confirman los extremos de predicción de la mayor parte de la comunidad científica, serán: menos disponibilidad de recursos hídricos al reducirse las lluvias, mayor consumo de agua por los cultivos debido al incremento térmico y aumento de las frecuencias de fenómenos extremos: precipitaciones de alta intensidad y sequías. Afectará principalmente a nuestros regadíos que ya se están preparando con sus programas de modernización para aumentar la eficiencia en el uso del agua de riego. Serían necesarias nuevas obras de regulación, que no se vislumbran en el programa, para adaptarnos a la nueva situación.

Respecto de las energías renovables hay buenas perspectivas sobre nuevas instalaciones. Pero este boom no ha de llevarnos a una nueva y tercera colonización energética. Para conseguirlo es preciso obligar a que las empresas de renovables tengan el domicilio fiscal en Extremadura, y lograr precios diferenciados reducidos para los usuarios extremeños: familias e industrias. De lo contrario volveremos a las andadas y para la instalación de los 10.000 MW nuevos previstos, unas 25.000 ha de nuestro territorio serán ocupadas sin beneficios sustanciosos para la región.

Los sectores agrario y agroalimentario, son tratados con amplitud en el programa socialista, declarándolos sectores estratégicos. Existen indudables aciertos en el programa de gobierno como son la apuesta por el regadío y la necesidad de fomentar nuestra industria agroalimentaria, para evitar la despoblación de parte de nuestro territorio.

Extremadura por su tipo de clima, suelos agrícolas adecuados y agua suficiente puede convertirse en una despensa de España y de Europa. Y hemos de explotar estos recursos endógenos. Pero transformando hasta su final el producto y comercializando desde Extremadura para retener aquí el máximo del valor añadido.

No obstante hay algunas debilidades.

El agua de nuestras cuencas sólo puede ser cedida cuando no existan sistemas deficitarios y se trate de agua excedentaria en una prospectiva de largo plazo. El agua es un elemento imprescindible para el desarrollo extremeño. No veo ni una sola protesta ni recurso extremeños por el trasvase Tajo – Segura. Los manchegos sí lo hacen.

Hay que incrementar el tamaño de las explotaciones para poderlas gestionar con criterios empresariales, así como el relevo generacional. El banco de tierras es un acierto del programa.

Es muy importante incidir sobre el problema de los precios agrarios. Llevan estancados mucho tiempo durante el cual los inputs se han revalorizado mucho más que aquellos.

Y como final ahí van mis recomendaciones principales: terminar con la mayor rapidez los regadíos en ejecución (Centro de Extremadura) y acometer de inmediato los nuevos regadíos (Monterrubio, Barros, Arroyo del Campo...etc) e industrializar, transformar y comercializar nuestros productos agrícolas y ganaderos desde Extremadura. Ahora perdemos una gran parte del valor añadido, que se lo llevan otros con mucho menos esfuerzo y riesgo.

1 comentario:

  1. Está claro el conocimiento de las bases de partida de nuestro José Ignacio, de los Recursos y de la no responsabilidad de Extremadura en el cambio climático.
    Lo que me parece equivocado es la visión regionalista de la explotación de esos recursos, ya sean la energía o el agua. Ya se que otros lo están haciendo obligando a que se instalen fábricas de paneles o molinos en la región, pero el hecho de que otros lo hagan no debería ser óbice para que caigamos en la misma piedra. Obligar a los empresarios a que pongan fábricas en Extremadura o su sede es intervencionismo que la práctica ha demostrado con las múltiples fábricas de molinos que solo sirve para crear empresas fantasma y sedes virtuales. Somos Europa y deberíamos verlo con ese gran objetivo, lo demás vendrá solo.
    Emilio Perianes

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