LOS RECURSOS
NATURALES Y EL SECTOR AGRARIO EN EL PROGRAMA DE GOBIERNO DE VARA.
Hace
unos días fui invitado por el Punto de Encuentro de la Sociedad Civil de
Extremadura a participar como ponente en un debate celebrado en Badajoz sobre
el programa de gobierno del PSOE para la próxima legislatura. Éste fue expuesto
por Fernández Vara en la Asamblea de Extremadura en la reciente sesión de su
investidura como presidente.
Moderaron el debate Cecilio Venegas presidente
del Punto de Encuentro y José Julián Barriga, presidente del Club Senior de
Extremadura del que formo parte.
También
actuaron como ponentes en este debate dos destacadas personalidades extremeñas:
Ricardo Hernández Mogollón, catedrático de la UEX y Alejandro Hernández Renner,
director de la Fundación Maimona.
Me
encomendaron que analizase los aspectos del programa relativos a los recursos
naturales y al sector agrario y agroalimentario por su estrecha relación con
ellos. A continuación les resumo lo tratado por mí en este encuentro.
El
programa socialista trata con amplitud los aspectos relativos a los recursos
naturales y al sector agrario y agroalimentario. Esto es importante en una
región como Extremadura. En general los aborda con acierto pero tiene algunas
debilidades que destacaré. Una de ellas, de base, es que se trata de una
declaración de intenciones pero le falta una articulación de medios para
conseguir los objetivos.
En
lo concerniente a recursos naturales opta por tres ejes básicos: la economía
verde y circular; el cambio climático y las energías renovables.
La
apuesta por la economía verde y circular es un objetivo razonable, pero sus
principios han de ser aplicados teniendo en cuenta la particularidad del bajo
nivel de desarrollo en el que se encuentra Extremadura. Hay que armonizar
desarrollo, medio ambiente y uso eficiente de los recursos naturales para sacar
a nuestra región del pozo en el que se encuentra. En este sentido las políticas
conservacionistas aplicadas hasta ahora por los gobiernos autonómicos
extremeños se han demostrado ineficaces y hay que sustituirlas.
Respecto
al cambio climático hemos de partir de la base de que Extremadura tiene poca o
ninguna responsabilidad en el mismo. Creo que si se calculan la capacidad de
Extremadura como sumidero de CO2 debido al carácter agrícola y forestal de la
región y nuestras bajas emisiones de GEIs (Gases de Efecto Invernadero) el
balance sería negativo: fijamos más que emitimos. Sí que seremos receptores de sus
efectos, originados por otros países y regiones que son los que emiten GEIs en
cantidades elevadas.
En
este aspecto las consecuencias del cambio climático, si se confirman los
extremos de predicción de la mayor parte de la comunidad científica, serán:
menos disponibilidad de recursos hídricos al reducirse las lluvias, mayor
consumo de agua por los cultivos debido al incremento térmico y aumento de las
frecuencias de fenómenos extremos: precipitaciones de alta intensidad y
sequías. Afectará principalmente a nuestros regadíos que ya se están preparando
con sus programas de modernización para aumentar la eficiencia en el uso del
agua de riego. Serían necesarias nuevas obras de regulación, que no se
vislumbran en el programa, para adaptarnos a la nueva situación.
Respecto
de las energías renovables hay buenas perspectivas sobre nuevas instalaciones.
Pero este boom no ha de llevarnos a una nueva y tercera colonización
energética. Para conseguirlo es preciso obligar a que las empresas de
renovables tengan el domicilio fiscal en Extremadura, y lograr precios
diferenciados reducidos para los usuarios extremeños: familias e industrias. De
lo contrario volveremos a las andadas y para la instalación de los 10.000 MW
nuevos previstos, unas 25.000 ha de nuestro territorio serán ocupadas sin
beneficios sustanciosos para la región.
Los
sectores agrario y agroalimentario, son tratados con amplitud en el programa
socialista, declarándolos sectores estratégicos. Existen indudables aciertos en
el programa de gobierno como son la apuesta por el regadío y la necesidad de
fomentar nuestra industria agroalimentaria, para evitar la despoblación de
parte de nuestro territorio.
Extremadura
por su tipo de clima, suelos agrícolas adecuados y agua suficiente puede
convertirse en una despensa de España y de Europa. Y hemos de explotar estos
recursos endógenos. Pero transformando hasta su final el producto y
comercializando desde Extremadura para retener aquí el máximo del valor
añadido.
No
obstante hay algunas debilidades.
El
agua de nuestras cuencas sólo puede ser cedida cuando no existan sistemas
deficitarios y se trate de agua excedentaria en una prospectiva de largo plazo.
El agua es un elemento imprescindible para el desarrollo extremeño. No veo ni
una sola protesta ni recurso extremeños por el trasvase Tajo – Segura. Los
manchegos sí lo hacen.
Hay
que incrementar el tamaño de las explotaciones para poderlas gestionar con
criterios empresariales, así como el relevo generacional. El banco de tierras
es un acierto del programa.
Es
muy importante incidir sobre el problema de los precios agrarios. Llevan
estancados mucho tiempo durante el cual los inputs se han revalorizado mucho
más que aquellos.
Y
como final ahí van mis recomendaciones principales: terminar con la mayor
rapidez los regadíos en ejecución (Centro de Extremadura) y acometer de
inmediato los nuevos regadíos (Monterrubio, Barros, Arroyo del Campo...etc) e
industrializar, transformar y comercializar nuestros productos agrícolas y
ganaderos desde Extremadura. Ahora perdemos una gran parte del valor añadido,
que se lo llevan otros con mucho menos esfuerzo y riesgo.
Está claro el conocimiento de las bases de partida de nuestro José Ignacio, de los Recursos y de la no responsabilidad de Extremadura en el cambio climático.
ResponderEliminarLo que me parece equivocado es la visión regionalista de la explotación de esos recursos, ya sean la energía o el agua. Ya se que otros lo están haciendo obligando a que se instalen fábricas de paneles o molinos en la región, pero el hecho de que otros lo hagan no debería ser óbice para que caigamos en la misma piedra. Obligar a los empresarios a que pongan fábricas en Extremadura o su sede es intervencionismo que la práctica ha demostrado con las múltiples fábricas de molinos que solo sirve para crear empresas fantasma y sedes virtuales. Somos Europa y deberíamos verlo con ese gran objetivo, lo demás vendrá solo.
Emilio Perianes