miércoles, 30 de mayo de 2018


TRASVASE A LA DERIVA

La situación en que se encuentra en la actualidad el trasvase de agua desde el embalse de Portaje al del Guadiloba, obra que se diseñó para solucionar de una vez por todas el abastecimiento de agua a la ciudad de Cáceres y a algunos núcleos urbanos de su entorno, puede calificarse con mucha benevolencia de sorprendente y si se exagera un poco, solo un poco, de grotesca.

Esta magna obra se comenzó en el año 2007 creo recordar. Y después de 11 años y 50 millones de euros gastados es posible, según manifestaciones del presidente de la Confederación Hidrográfica del Tajo (CHT) realizadas hace unos días, que nunca llegue a terminarse.

Todo va a depender de si los tubos de la conducción del agua pueden utilizar para llevar a cabo el cruzamiento de los ríos Tajo y Almonte embalsados en Alcántara, las estructuras de los puentes construidos no hace mucho tiempo en la autovía A - 66. Si no puede adoptarse esta solución el trasvase de Portaje se abandonaría definitivamente. El presidente de la CHT, dixit.

Ante esta insólita situación a cualquier españolito se le ocurren las siguientes preguntas entre otras. ¿Quién o qué órgano aprobó un proyecto técnico sin que contuviera las soluciones precisas para cruzar los ríos mencionados en la cola del embalse de Alcántara, cuando esta obra era la clave del mencionado proyecto? ¿Cómo se puede aprobar y seguidamente licitar y en el colmo del despropósito adjudicar un proyecto que es inviable en su definición y diseño? ¿Cómo se puede consentir que una obra de la que ya van gastados 50 Millones de Euros pueda quedar inútil?

Veremos en qué termina todo este episodio tan chusco. Supongo que los calculistas y proyectistas de los puentes de la autovía A 66 se atarán los machos antes de autorizar que sobre esas estructuras se introduzcan esfuerzos y acciones no previstas en los cálculos iniciales de dichos puentes. La cosa tiene más miga de la que parece pues esos tubos aparte de su peso propio y el del agua que conducen pueden estar sometidos a esfuerzos extraordinarios debido a transitorios (golpes de ariete) que pueden producirse en la vena líquida. No obstante doctores tiene la iglesia y ellos decidirán.

Lo que no es de recibo es que se acometa una obra de esta envergadura sin tener previstas las soluciones para llevarla a cabo y hacerla viable y que cumpla los fines para los que se construye. Y además se pongan en riesgo 50 Millones de Euros de las arcas públicas. Claro que como según algunos políticos el dinero público no es de nadie pues puede malgastarse sin tasa ni medida.

Asegura el presidente de la CHT que si el trasvase de Portaje llega a terminarse felizmente y se pone en servicio, el importe de las obras ha de repercutirse a los usuarios en los términos que establecen el Texto Refundido de la Ley de Aguas y sus Reglamentos. Pero eso es cosa sabida por todos los ciudadanos de Cáceres y por los de los núcleos urbanos que utilizarán el trasvase. Nos repercutirán los elevados costes de la obra una vez que funcione. Si es que esto ocurre alguna vez.

Entretanto seguiremos aguantando con el embalse del Guadiloba y con la elevación del Almonte que se calificó como obra provisional y que lleva camino de convertirse en definitiva “per saecula saeculorum”.  Resistiremos con este escenario mientras no tenga lugar una sequía importante. De la última que se nos venía encima nos salvamos por los pelos con las abundantes lluvias de los pasados meses de marzo y abril.

Y todo este despropósito del trasvase de Portaje se produce por no haberse construido la presa prevista en el río Almonte a la que se opusieron los ecologistas, que lograron que se promulgara una DIA (Declaración de Impacto Ambiental) desfavorable. El documento que avala la DIA es un auténtico despropósito técnico y ambiental. Les invito a que lo echen un vistazo.

Como alternativa se optó por un trasvase desde el embalse de Portaje que se encuentra a 65 km de Cáceres y que precisa de dos elevaciones y una aducción complementaria, por si falla Portaje, desde las infraestructuras de la zona regable de Gabriel y Galán. Una obra mucho más cara que la presa del Almonte tanto desde el punto de vista de la inversión como de los gastos de explotación. Que tendremos que pagar los cacereños y asociados. Si es que alguna vez se hace.

Todavía no he visto el más mínimo  movimiento en el ayuntamiento cacereño – deben estar dedicados a cosas más importantes o mirando al tendido ahora que son ferias -  exigiendo dos cosas: una que se termine el trasvase hoy empantanado para asegurar el abastecimiento a la ciudad y su entorno y la segunda que el exceso de coste del trasvase de Portaje, sobre el importe que hubiera supuesto el abastecimiento desde la presa del Almonte desechada por razones ambientales, lo absorba el Estado. Los cacereños y asociados no tienen por qué pagar la protección ambiental de un río. Eso es cosa de todos: o sea del Estado.


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