NUEVOS USOS Y
COSTUMBRES
Los
españoles somos especialmente proclives a acoger con un inusitado grado de
entusiasmo costumbres y modas que vienen de fuera de nuestras fronteras. Nos
prestamos a arrumbar nuestras propias tradiciones para echarnos en brazos de usos
foráneos que no tienen raigambre alguna en España.
Ya
hace años que papá Noel o Santa Klaus, una tradición europea con antecedentes
estadounidenses, se metió en los entresijos de la sociedad hispana para suplantar
en parte nuestra Navidad y a los tradicionales Reyes Magos, que siguen luchando
con denuedo por mantenerse. De momento parece que lo consiguen pero ya veremos
por cuanto tiempo. Tienen muchos enemigos de corte republicano.
En
época más reciente costumbres que son tradición de la sociedad norteamericana
como Halloween, el Black Friday o el Thanksgiving Day (Día de Acción de
Gracias) están calando a través de una ósmosis imparable hasta penetrar en los
hábitos de la sociedad española.
Su
altavoz son los medios de comunicación y la publicidad machacona en ellos y sus
agentes de acogida las empresas y algunos entes sociales que lo hacen con un
entusiasmo que pienso es fruto de los posibles beneficios económicos que estos
nuevos usos les puedan proporcionar.
La
globalización, las nuevas tecnologías aplicadas al proceso de ventas, y las
redes sociales con su potente capacidad de extender las nuevas costumbres han
contribuido sobremanera a que la absorción de esos usos extranjeros por parte
de una sociedad como la española que está teledirigida sea más fácil. Nuestras
capas sociales, con algunas excepciones, se caracterizan por su carácter gregario
en donde la masa sin capacidad de pensar debido a su bajo nivel cultural y a su
elevada estulticia, sigue las directrices que le marcan los agentes que
movilizan los hábitos ciudadanos.
Esta
manipulación generada desde los medios de comunicación y las redes sociales es
la que permite que nuevos usos se introduzcan con inusitada rapidez en la
sociedad, la cual los engulle sin reflexionar sobre su origen ni sobre la
conveniencia de su asunción.
Yo
pienso que la sociedad española que alberga una escala de valores muy reducida,
trata de dar patadas a seguir como en el rugby olvidándose con presteza de sus
tradiciones, del concepto de lo que es clásico, para despeñarse por un torrente
de sensaciones desconocidas en una enloquecida carrera por lo novedoso.
Niños
y jóvenes disfrazados de Halloween, frases de ridícula traducción como “truco o
trato” proliferan estos días por los diferentes estamentos sociales de España
los cuales dejan de lado, en una enloquecida carrera para romper con su pasado,
tradiciones ancestrales del día de Todos los Santos, tales como las salidas al
campo para asar las castañas, los populares calbotes denominación con la que se
conocen en Extremadura, o la representación del Don Juan de Zorrilla en la
noche de difuntos.
Lo
del Black Friday (Viernes Negro: horrible y ordinaria denominación) al final se
convierte en un adelanto de las tradicionales compras de Navidad. Aquí es
posible que se produzca un simple cambio de cromos, dado que los individuos
tenemos una capacidad de gasto limitada por nuestra renta disponible. Esta
disponibilidad monetaria para la compra
se distribuiría en un espacio de tiempo más largo.
Aunque
ahora la recuperación económica que ya afecta a distintas capas de la
población, aunque no a todas ni mucho menos, hará posible un aumento en el
volumen total de ventas. Algún incremento de compra a nivel individual también
se conseguirá sobre la base de machacar las meninges de los adictos al
consumismo para que aumenten su nivel de endeudamiento.
Y
lo del pavo del Día de Acción de Gracias es otro despropósito que adquiere cada
día más seguidores. Las gracias me imagino hay que dárselas a Dios Padre y
nunca al gobierno que francamente hace más bien poco por el bienestar de los
españoles. Aquí en España hemos de agradecer todos los días al Altísimo por
permitirnos sobrevivir en este frenesí en el que hemos convertido a la piel de
toro. Pues bien todos los cuartos jueves del mes de noviembre empieza a
introducirse en España la costumbre de comer pavo relleno, como los americanos.
Al menos se beneficiarán los granjeros que los crían.
Claro
que todavía mantenemos incólumes en España algunas ancestrales costumbres. Ante
la grave sequía que padecemos de la que no se ven signos evidentes de
finalización, en nuestro medio rural empieza a movilizarse a los santos
haciéndoles rogativas para que el líquido elemento nos riegue de nuevo. Y es
que con las cosas de comer (y con las de
beber) no se juega. Y los santos todavía tienen mucha influencia allí arriba.
No hay comentarios:
Publicar un comentario