ESPE: DIMISIÓN
CON MENSAJE ENVENENADO.
Después
de pensarlo detenidamente Esperanza Aguirre, otrora lideresa principal del PP,
ha dimitido del poco lustroso cargo político que ocupaba en la actualidad:
concejal y portavoz de su grupo en el Ayuntamiento de Madrid.
Pese
a resultar vencedora en las últimas elecciones municipales madrileñas, no
consiguió gobernar la capital porque un pacto entre otros partidos le quitó el
poder. Y cuando no se dispone del mando, como cuando no hay harina, todo es
mohína. Hasta el punto de que la gente de su propio partido que antes la
ensalzaba, al carecer de poder ahora la vilipendia. Actitud típicamente
española.
Esperanza
Aguirre ha ocupado durante los 34 años en los que se ha mantenido en política
los más altos cargos de la administración española: ministra, presidenta del
Senado y presidenta de la Comunidad
Autónoma de Madrid.
Liberal
y en consecuencia poco partidaria de un sector público potente, sus esfuerzos
han ido dirigidos a lograr la privatización de parte del sector público
madrileño. Sobre todo en sanidad y enseñanza. Y también dio los primeros pasos
para tratar de privatizar Canal de Isabel II una empresa pública autonómica
emblemática que gestiona las aguas, las potables y las residuales, en la
Comunidad de Madrid. Y que ahora protagoniza el caso “Lezo”.
Mujer
con grandes aspiraciones tuvo su principal enemigo dentro del PP en Don
Mariano, quien le ha impedido acceder a más altas magistraturas tanto en el
partido como en la nación.
El
reciente encarcelamiento de su delfín y directo colaborador Ignacio González
principal implicado y cabecilla en la trama “Lezo”, ha sido el detonante que ha
provocado la postrera dimisión de Espe y su salida definitiva de la política.
Sus
errores cometidos “in eligendo” e “in vigilando” respecto a varios de sus
colaboradores: González, Granados, López Viejo, más una repleta lista de otros
cargos imputados o en la cárcel, que forman una charca con abundantes batracios,
han hecho insostenible la posición política de la lideresa madrileña. Y se ha
ido a su casa harta de presiones de unos (as) y de otros (as).
La
lideresa se dedicó a la parte más bella y agradable de la acción política:
inauguraciones, entrevistas, festejos varios así como a la alta dirección,
dejando a dos tipos por ella elegidos: Francisco Granados e Ignacio González al
cuidado de la finca autonómica. Cegada por el oropel del cargo y por la
adulación de la colección de lisonjeros que la rodeaban no fue capaz de
adivinar por donde se la estaban colando sin que ella lo advirtiera. Pienso que
debió ocurrir así. Da la impresión de que la lideresa no es una corrupta de las
de llevarse la pasta.
De
las omisiones y descuidos cometidos en la aplicación de esos dos principios
representados en dos latinajos: “in eligendo” e ”in vigilando” se acordará
Esperanza Aguirre toda su vida. Y en
consecuencia de las ranas de la charca. Que han acabado con su vida política.
Hasta
aquí todo puede parecer idílico, bucólico y hasta armonioso. Pero resulta que
Espe no da puntada sin hilo. Y con su dimisión y asunción de responsabilidades
políticas le acaba de enviar a Rajoy un misil directo a la línea de flotación.
Que tal vez termine hundiéndole. Veamos.
Para
empezar Don Mariano va a tener que sentarse ante los tribunales de justicia.
Está citado, aunque sea sólo como testigo, en el asunto Gürtel. Pero estas
comparecencias que en un principio no parecen ser peligrosas para el
concernido, las suele cargar el diablo. Como las escopetas.
Rajoy
va a tener que dar explicaciones a las partes personadas en el proceso judicial,
alguna de ellas con mucho interés por conocer lo realmente ocurrido, sobre el
asunto Bárcenas y la financiación irregular del partido. Cosa ya determinada en
autos judiciales. Y que desde las altas esferas del PP se ha tratado de negar
un día sí y otro también. Aunque hay indicios y pruebas evidentes.
En
su declaración en la que debe decir verdad bajo juramento o promesa, a Don
Mariano le puede ir mal diga lo que dijere. Si acepta los hechos será cómplice
del desaguisado. Pero si no los admite estará en una posición similar a la de
Esperanza Aguirre.
Y
por eso digo que con su dimisión asumiendo responsabilidades políticas por sus
errores tanto “in eligendo” como “ in vigilando” Espe le ha lanzado a Rajoy un
torpedo que va derecho a su costado más
debilitado.
Porque
el presidente del Gobierno también ha errado “in eligendo”: a Bárcenas lo nombró
él tesorero del partido y lo trató de salvar y animar con sus desdichados sms y
también falló “in vigilando”: permitió al tesorero hacer mangas y capirotes con
la contabilidad B del partido y sus pagos en negro, sus remesas a Suiza y los
consabidos abonos en sobre y en mano a varios dirigentes.
Si
Don Mariano es coherente con sus exigencias y presiones a otros líderes,
debería seguir el mismo camino que Espe. Hacer mutis por el foro y retirarse a
su registro de Santa Pola.
De
este modo con savia nueva y una limpieza a fondo, el Partido Popular podía
volver a ser una formación política de derecha moderada, limpia, honesta y
creíble tal y como necesita España. Aunque da la impresión de que va a haber
mucho que limpiar.
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