viernes, 7 de abril de 2017

EL DESPROPÓSITO DEL FERROCARRIL EN EXTREMADURA

Honestamente creo que los extremeños no nos merecemos la tomadura de pelo que estamos sufriendo con el ferrocarril. Estimo que un pueblo tranquilo y resignado, pacífico y conformista hasta el máximo no tiene porqué soportar el abandono y la falta de respeto que los políticos están teniendo con él en un asunto de vital importancia para sus intereses y para su futuro como es el ferrocarril.

En lugar de exigir para la región el AVE cuya plataforma está en construcción - hasta el punto de que un viaducto sobre el río Almonte ha merecido premios internacionales de ingeniería - los políticos extremeños cuya capacidad de reivindicación ante el poder central tiende a cero aceptaron, en la legislatura autonómica de los populares, la construcción de una alternativa transitoria a la que se ha denominado pomposamente tren de altas prestaciones (en adelante TAP).

Se deducía de las manifestaciones iniciales que el TAP sería de tipo diesel y nadie confirmó si al circular por la infraestructura del AVE sería de doble vía.

En una reciente visita del Ministro de Fomento a Extremadura ha afirmado que el dichoso TAP  estaría operativo en 2019. No se olvide que prometieron que funcionaría en 2015. Ahora para enredar más la madeja se dice que habrá una línea única electrificada para el año 2020. Pero sólo entre Plasencia y Badajoz. Y el resto hasta Madrid ¿qué? ¿seguiremos como hasta ahora?

Toda esta inmensa chapuza de este pretendido tren de alta prestaciones que al parecer concluirá en 2020 se hace para ganar unos minutos, si se consigue, en el trayecto desde Cáceres a Madrid. Ya me contarán.

Se producen comunicados contradictorios de Adif que no hacen más que complicar el tema.

Creo que de una vez por todas, los gobernantes extremeños con Vara al frente deberían poner pie en pared ante Madrid y exigir con firmeza:

1 – Que se termine la infraestructura del futuro AVE entre Badajoz y Madrid, vía Cáceres en su totalidad, no sólo en Extremadura.
2 – Que en tanto se habilita el AVE Madrid – Lisboa se dote a la totalidad del itinerario Badajoz – Madrid vía Cáceres de doble línea electrificada que permita la circulación de trenes tipo Alvia con velocidad en torno a los 200 km/h.

He matizado lo de vía Cáceres porque hay voces interesadas en Badajoz que propugnan el enlace a Madrid por Brazatortas. Este trazado presenta dos inconvenientes principales a tener en cuenta: el recorrido es más largo que por Cáceres y lo que es mucho más grave dejaría aislado al norte de Extremadura: Cáceres y Plasencia y sus importantes áreas de influencia.

A las actuaciones que se propugnan hay que ponerle fecha (finales de 2020) y una dotación presupuestaria plurianual en los ejercicios correspondientes. Así como un compromiso en firme ante los extremeños de que esta obra se ejecutará en las condiciones dichas y en los plazos estipulados.

Si no se hace así todo lo que está previsto con ese ostentosamente denominado TAP será una inmensa chapuza que dejará a Extremadura en niveles tercermundistas en lo que concierne a líneas ferroviarias. Y probablemente por un montón de años.

Aunque el problema del ferrocarril en Extremadura no termina aquí si se quiere dejar a la región en condiciones similares al resto de las Comunidades Autónomas. Han de llevarse a cabo otras actuaciones de gran importancia y urgencia si se quiere asegurar el tráfico de personas y mercancías que son fundamentales para el porvenir de la región.

Hay que reivindicar estas otras actuaciones fundamentales:

1 – Construir con las mismas condiciones ya apuntadas la Vía de la Plata. Reabriendo el tramo de Plasencia a Salamanca para allí poder enlazar con el Eje Atlántico transeuropeo. Con gran decepción compruebo que la Junta no reivindica esta actuación que es la salida a Europa más corta desde Extremadura. De igual modo ha de actuarse en esta Vía en el tramo Mérida – Sevilla para tener acceso a puertos como Algeciras y Huelva.
2 – Llevar a cabo iguales actuaciones en el tramo Mérida – Brazatortas para abrir la ruta hacia Levante y al Eje Mediterráneo.

Si no se proyectan y ejecutan estas acciones la consecuencia será la de perpetuar en el tiempo el maltrato que lleva sufriendo Extremadura en materia ferroviaria desde hace siglos, lo cual es una de las causas que impide un desarrollo similar al resto de regiones de España.

Pero para ello los extremeños tendremos que ponernos a reivindicar en serio alguna vez la realización de todas estas acciones sobre el ferrocarril. Si no nos manifestamos y exigimos con firmeza nuestros derechos nos seguirán tratando como españoles de segunda división.

La cruda realidad es que el panorama se presenta con tintes sombríos, ya que en los presupuestos de 2017 la inversión del Estado para ferrocarril en Extremadura se reduce en casi un 9 %. E increíblemente los políticos extremeños del partido en el gobierno lo justifican. Sencillamente ridículo.


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