domingo, 5 de marzo de 2017

PALMERAS EN LA NIEVE

La reciente lectura de la atractiva novela de Luz Gabás “Palmeras en la nieve” me ha dado pie para reflexionar sobre los desastrosos procesos de descolonización que llevó a cabo España en las que en su día se denominaron plazas y provincias africanas: Ifni, Guinea Ecuatorial y el Sáhara Occidental.

Estos tres episodios descolonizadores tuvieron lugar durante la dictadura franquista y se desarrollaron en un entorno de total opacidad informativa para los españoles. Franco y sus gobiernos jamás dieron cuenta a los ciudadanos de las razones, vicisitudes, consecuencias y costes de la salida de España de estas posesiones africanas.

Por orden cronológico el proceso se inició en Ifni en el año 1956. Franco estaba entonces en plenitud física 17 años después del fin de la guerra civil y su régimen se movía en pleno nacional catolicismo. Se enviaron tropas de la Legión desde las guarniciones norteafricanas y otras fuerzas del resto del territorio nacional. La guerra  duró de octubre de 1957 a abril de 1958 y costó a España más de 300 muertos y 500 heridos. Al fin de la contienda se terminó claudicando ante el régimen alauita gobernado por Mohamed V. La consecuencia fue la retrocesión a Marruecos de todo el territorio, incluida la ciudad de Sidi Ifni su capital, a finales de 1968. La muerte o las heridas sufridas por un buen número de españoles, a pesar de su heroísmo, no sirvieron de nada y Marruecos se hizo con toda la región en disputa. Después repetiría la función en el Sáhara Occidental como veremos.

El caso de Guinea Ecuatorial es otro paradigma de lo que no debe ser un proceso inteligente de descolonización. También Franco estaba todavía vivo y ejercía con plenitud de funciones su dictadura en España ahora algo más suavizada. Lo que era imposible de imaginar que el régimen franquista hiciese en suelo ibérico lo llevó a cabo en sus provincias ecuatoriales. Propició un referéndum en Fernando Poo y Rio Muni bajo el auspicio de Naciones Unidas. Al final tuvimos que abandonar el territorio a toda prisa en 1968 entregando el poder a un orate como Francisco Macías. Este insensato impuso el terror en su país durante 10 años llevando a la indigencia a la emergente nación y a sus habitantes.

Consiguieron derrocarlo y asesinarlo en 1979 pero los ecuatoguineanos salieron de lo malo para entrar en lo peor. Se hizo con el poder Teodoro Obiang sobrino del anterior dictador y ya saben la historia. Allí sigue.

España quedó fuera desde el principio de cualquier posible acuerdo negociado con los que habían sido nuestros administrados, de modo que otras potencias y compañías multinacionales pasaron a explotar el petróleo que hay en su subsuelo, además de otros recursos naturales tales como madera, cacao o café.

La diplomacia española dio muestras de su ineptitud para conseguir una descolonización razonable y beneficiosa para nuestro país respetando los derechos de los ecuatoguineanos y estableciendo los oportunos acuerdos de ayuda mutua con ellos.

Pero el más terrible episodio de descolonización tuvo lugar en el Sáhara Occidental. Aquí el dictador ya estaba en su lecho de muerte y su gobierno dio una lección de cobardía al dejar abandonados a los saharauis a su suerte, pues dio prioridad a los intereses de Marruecos junto a los de algunos capitalistas españoles con aprovechamientos en el país alauita.

La Marcha Verde en 1975 y la temerosa huida de España del territorio del que era potencia administradora haciendo dejación de las funciones que le correspondían, trajeron unas graves consecuencias para el pueblo saharaui habitante de aquellas tierras que eran su legítima patria.

Hassan II hijo de Mohamed V siguió la táctica de su padre y aprovechando el miedo y la debilidad de España consiguió robar por la fuerza sus tierras a los saharauis. Les persiguió por el desierto causando en ese pueblo un elevado número de muertos y heridos. Los saharauis acabaron su odisea exiliados y trasterrados en la hamada (desierto pedregoso) de Argelia en unas condiciones de vida inhóspitas que todavía se mantienen 42 años después de los hechos.

El gobierno español y su diplomacia en lugar de pactar y defender junto al Frente Polisario los derechos de los saharauis, los dejó solos y abandonó el territorio a toda prisa, como ocurrió en Guinea Ecuatorial. A pesar de la oposición de los mandos militares españoles destacados en el Sáhara que nunca vieron con buenos ojos ni apoyaron aquella indecente huida. Eran conscientes de las terribles consecuencias que padecería un pueblo inocente al que dejamos solo ante el ejército de Marruecos muy superior en hombres y armamento.

Luz Gabás con su bien construido relato en el que refleja con detalle las condiciones que había en la Guinea Ecuatorial de Franco, las tensiones entre bubis y fang y las peripecias vividas por los españoles que trabajaron allí y su salida de la colonia, me ha dado pie a esta reflexión en la que la actuación española en los procesos de descolonización africanos sale bastante malparada. Posiblemente porque por entonces ya no éramos Imperio. Y por esta causa en el exterior se nos respetaba poco o nada. Igual que ocurre ahora.


A causa de un viaje, este blog no publicará entradas durante las próximas dos semanas. Gracias por el tiempo que le dedican.

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