PALMERAS EN LA NIEVE
La
reciente lectura de la atractiva novela de Luz Gabás “Palmeras en la nieve” me
ha dado pie para reflexionar sobre los desastrosos procesos de descolonización
que llevó a cabo España en las que en su día se denominaron plazas y provincias
africanas: Ifni, Guinea Ecuatorial y el Sáhara Occidental.
Estos
tres episodios descolonizadores tuvieron lugar durante la dictadura franquista y
se desarrollaron en un entorno de total opacidad informativa para los españoles.
Franco y sus gobiernos jamás dieron cuenta a los ciudadanos de las razones, vicisitudes,
consecuencias y costes de la salida de España de estas posesiones africanas.
Por
orden cronológico el proceso se inició en Ifni en el año 1956. Franco estaba entonces
en plenitud física 17 años después del fin de la guerra civil y su régimen se
movía en pleno nacional catolicismo. Se enviaron tropas de la Legión desde las
guarniciones norteafricanas y otras fuerzas del resto del territorio nacional.
La guerra duró de octubre de 1957 a
abril de 1958 y costó a España más de 300 muertos y 500 heridos. Al fin de la
contienda se terminó claudicando ante el régimen alauita gobernado por Mohamed
V. La consecuencia fue la retrocesión a Marruecos de todo el territorio,
incluida la ciudad de Sidi Ifni su capital, a finales de 1968. La muerte o las
heridas sufridas por un buen número de españoles, a pesar de su heroísmo, no
sirvieron de nada y Marruecos se hizo con toda la región en disputa. Después
repetiría la función en el Sáhara Occidental como veremos.
El
caso de Guinea Ecuatorial es otro paradigma de lo que no debe ser un proceso
inteligente de descolonización. También Franco estaba todavía vivo y ejercía
con plenitud de funciones su dictadura en España ahora algo más suavizada. Lo
que era imposible de imaginar que el régimen franquista hiciese en suelo
ibérico lo llevó a cabo en sus provincias ecuatoriales. Propició un referéndum en
Fernando Poo y Rio Muni bajo el auspicio de Naciones Unidas. Al final tuvimos
que abandonar el territorio a toda prisa en 1968 entregando el poder a un orate
como Francisco Macías. Este insensato impuso el terror en su país durante 10
años llevando a la indigencia a la emergente nación y a sus habitantes.
España
quedó fuera desde el principio de cualquier posible acuerdo negociado con los
que habían sido nuestros administrados, de modo que otras potencias y compañías
multinacionales pasaron a explotar el petróleo que hay en su subsuelo, además
de otros recursos naturales tales como madera, cacao o café.
La
diplomacia española dio muestras de su ineptitud para conseguir una
descolonización razonable y beneficiosa para nuestro país respetando los derechos
de los ecuatoguineanos y estableciendo los oportunos acuerdos de ayuda mutua
con ellos.
Pero
el más terrible episodio de descolonización tuvo lugar en el Sáhara Occidental.
Aquí el dictador ya estaba en su lecho de muerte y su gobierno dio una lección
de cobardía al dejar abandonados a los saharauis a su suerte, pues dio
prioridad a los intereses de Marruecos junto a los de algunos capitalistas
españoles con aprovechamientos en el país alauita.
La
Marcha Verde en 1975 y la temerosa huida de España del territorio del que era potencia
administradora haciendo dejación de las funciones que le correspondían,
trajeron unas graves consecuencias para el pueblo saharaui habitante de
aquellas tierras que eran su legítima patria.
Hassan
II hijo de Mohamed V siguió la táctica de su padre y aprovechando el miedo y la
debilidad de España consiguió robar por la fuerza sus tierras a los saharauis.
Les persiguió por el desierto causando en ese pueblo un elevado número de
muertos y heridos. Los saharauis acabaron su odisea exiliados y trasterrados en
la hamada (desierto pedregoso) de Argelia en unas condiciones de vida
inhóspitas que todavía se mantienen 42 años después de los hechos.
El
gobierno español y su diplomacia en lugar de pactar y defender junto al Frente
Polisario los derechos de los saharauis, los dejó solos y abandonó el territorio
a toda prisa, como ocurrió en Guinea Ecuatorial. A pesar de la oposición de los
mandos militares españoles destacados en el Sáhara que nunca vieron con buenos
ojos ni apoyaron aquella indecente huida. Eran conscientes de las terribles consecuencias
que padecería un pueblo inocente al que dejamos solo ante el ejército de
Marruecos muy superior en hombres y armamento.
Luz
Gabás con su bien construido relato en el que refleja con detalle las
condiciones que había en la Guinea Ecuatorial de Franco, las tensiones entre
bubis y fang y las peripecias vividas por los españoles que trabajaron allí y
su salida de la colonia, me ha dado pie a esta reflexión en la que la actuación
española en los procesos de descolonización africanos sale bastante malparada.
Posiblemente porque por entonces ya no éramos Imperio. Y por esta causa en el
exterior se nos respetaba poco o nada. Igual que ocurre ahora.
A causa de un viaje,
este blog no publicará entradas durante las próximas dos semanas. Gracias por
el tiempo que le dedican.
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