LA FIESTA
NACIONAL DE ESPAÑA
En España se conmemora la Fiesta Nacional el
12 de octubre, al igual que se hace en otros países civilizados. Con este
motivo se celebran diversos actos y un desfile militar que cada vez es más reducido. El
presupuesto de este año ha sido de 800.000 €. Esta cantidad le parecerá elevada
a algunos e insuficiente a otros. Yo creo que es una cifra ajustada, dados los
tiempos que corremos, en relación al total del presupuesto nacional y teniendo
en cuenta que se trata de una fiesta que es de todos los españoles y que se
celebra una vez al año.
Por
otra parte considero que todo ciudadano tiene derecho a su libertad de expresión
y por tanto a pensar o actuar como le parezca. Pero sus opiniones o modos de
actuación, para que puedan ser creíbles y dignos de consideración, han de
cumplir algunas condiciones, por ejemplo: el respeto a las creencias de los
demás, así como a la ley y a las instituciones y también tener como base un
mínimo rigor histórico y de veracidad en sus planteamientos.
Hago
esta digresión porque con motivo de nuestra fiesta nacional ha habido algunas
opiniones y posturas de ciertos líderes de nuevo cuño que mueven a la
conmiseración por su falta de rigor y su incoherencia.
Pasaré
por alto las manifestaciones escatológicas de un indocumentado como Willy
Toledo porque se descalifican por sí mismas. Este chico lo mejor que podría
hacer es irse fuera de España si lo pasa tan mal. Y entretanto que adquiera en
botica algún antidiarreico porque nos va a poner el país perdido. Es una pena
que en el ordenamiento jurídico español no se prevea la posibilidad de privar de
la nacionalidad a personajes como este.
Lo
de Ada Colau es más grave. La alcaldesa - que lo es por chiripa ya que sólo
consiguió 11 ediles de los 41 del pleno - de una ciudad como Barcelona debería
de ser un poco más comedida y algo menos analfabeta. Su sectarismo soberanista
le impide celebrar la Fiesta Nacional española y la justificación que aporta en
el sentido de que ella no celebra genocidios, es de vergüenza ajena por su
falta de formación y de rigor histórico.
España
en los momentos en que era imperio llevó a cabo una gesta, que ya hubieran
querido para sí otras naciones, como fue el descubrimiento y la colonización de
América. Esta epopeya, en la que no dudo pudieron producirse excesos, todos los
imperios los han cometido y mucho más graves que los nuestros, no puede
calificarse de genocidio pues si así hubiera sido hoy no habría un grupo de
naciones pujantes con 400 millones de habitantes que hablan nuestra lengua, que
asumieron muchas de nuestras costumbres y nuestra cultura y que son un crisol
de cruce de razas. El calificar de genocidio nuestra actuación en América sólo
demuestra o un analfabetismo supino o un sectarismo que la descalifica, por lo
que la conclusión obvia es que esta chica no da la talla para ocupar la
alcaldía de una ciudad de la categoría de Barcelona. Deberían cambiarla.
Su
colega de Madrid, Manuela Carmena, que también es de izquierdas y progresista,
pero con un bagaje cultural y democrático bastante más elevado, sí acudió al
desfile y a la recepción real. Y lo ha hecho porque ella representa a todos los
madrileños a los que la votaron y a los que no lo hicieron y el respeto
institucional exige estos comportamientos.
Lo
de Pablo Iglesias mueve a risa. Este hombre ya no sabe si tocar las campanas o
ir a la procesión. No se sabe si sube o baja, si va o viene. Bueno bajar sí que
sabemos que baja porque Podemos cada vez obtiene menos apoyos en las encuestas.
Es el resultado lógico de la actuación de una persona de izquierda radical en
sus ideas que se pone la piel de cordero para parecer que es de centro, dejando
a la izquierda la socialdemocracia, en busca de votos a toda costa. Pero como
se le ha ido la mano hacia la derecha, en ocasiones como la del Fiesta Nacional
da golpes de efecto para congraciarse con sus correligionarios de origen. Y con
estos vaivenes y la prepotencia que le caracteriza pues va perdiendo votos a
chorros de un lado y de otro.
¿Se
imaginan ustedes el número que hubiera montado el joven si a la Casa Real se le
ocurre no invitarlo a la recepción oficial? Como le ganaron por la mano y sí lo
hicieron, justificó su ausencia con
argumentos llenos de demagogia barata, con el fin de hacerse notar una vez más.
Y lo único que ha conseguido es hacer el ridículo.
Y
mientras tanto en Nueva York los hispanos descendientes de las víctimas del
“genocidio” celebrando por todo lo alto la fiesta de España y proyectando la
imagen de nuestra bandera sobre el Empire State. ¡Qué cosas¡
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