viernes, 23 de octubre de 2015

EL CAMALOTE: NO HAY QUE BAJAR LA GUARDIA

El jacinto de agua o camalote, de nombre científico Eichhornia Crassipes, es una planta de origen tropical que se desarrolla también en áreas subtropicales y zonas templadas con ausencia de heladas importantes. Se trata de una macrofita flotante, aunque también arraiga en los fondos, que se reproduce por estolones, por semillas que pueden permanecer viables hasta 20 años, e incluso por fragmentos de la planta y que con temperaturas de alrededor de 30 ºC lo hace con gran rapidez de modo que su población puede llegar a duplicarse en un plazo de entre 5 y 12 días.

Sus efectos sobre el ecosistema fluvial son nefastos: eliminación de la insolación, rotura del intercambio gaseoso y disminución del nivel de oxígeno con influencia sobre la flora y fauna del río.

Durante el año hidrológico 2004 – 05 se detectaron los primeros focos de camalote en la cuenca del río Guadiana. Aparecieron en las inmediaciones de Medellín en la provincia de Badajoz. Es difícil averiguar cómo se produjo su entrada en el río. Un probable origen pudiera estar en el vertido de algún acuario pues es una planta ornamental de los mismos. Pero esto es sólo una suposición.

Cuando el camalote apareció en la cuenca yo ocupaba la presidencia de la Confederación Hidrográfica del Guadiana y me reuní con los técnicos especialistas para evaluar la magnitud del problema. Se hizo una primera aproximación del estado de la cuestión y se concluyó que el asunto era grave, dada la experiencia y situación existente en otros países que no habían sido capaces de erradicar la planta, por lo que tomamos con presteza las primeras iniciativas.

Además de las actuaciones inmediatas de los servicios de la Confederación, se suscribió un convenio de colaboración con la Universidad de Extremadura para que asesorara científicamente y marcara estrategias a seguir.

El primer paso fue recurrir a la extracción manual que dio resultados porque llegó a controlarse la población de camalote todavía incipiente. Se emplearon solamente mano de obra -  se hizo un convenio con el INEM - y equipos mecánicos ligeros pues no disponíamos todavía de maquinaria más sofisticada para hacerlo. Posteriormente el organismo adquiriría máquinas específicas de mucho más rendimiento. Además se instalaron barreras para impedir el desplazamiento del camalote aguas abajo del río.

Diez años después el camalote está extendido entre Medellín y el embalse de Montijo y se reproduce con mayor o menor intensidad en función de las condiciones climatológicas de la primavera y del verano. Este año las altas temperaturas habidas en junio, julio y agosto han propiciado que el ataque de camalote haya sido muy severo. En áreas de Medellín y Mérida la planta cubría prácticamente la totalidad del río con la consecuencia negativa para la fauna, la flora y los usos recreativos del mismo (navegación, baño o pesca)

La gravedad de la situación ha llevado a que plataformas ciudadanas como SOS Guadiana, hayan dado la voz de alarma para concienciar a las autoridades hidráulicas y civiles de la necesidad de continuar la lucha contra esta planta invasora, a fin de evitar su extensión a otras áreas del río y su entrada en instalaciones de riego o en plantaciones de cultivos inundables como el arroz.

Vista la imposibilidad práctica en la actualidad de erradicar totalmente la planta, la estrategia ha de consistir en continuar su extracción por medios mecánicos y manuales para conseguir reducir su población y mantenerla a raya de modo que no llegue a constituir un problema grave. Es el modo en el que hasta ahora se lucha en otros países y desde hace muchos años.

Como medidas complementarias, aunque ya se han abierto líneas de investigación, en mi opinión habría que abordar o insistir en los siguientes frentes:
  • ·        Uso de herbicidas específicos que no afecten a la biocenosis del río.
  • ·         Lucha biológica mediante depredadores de la planta.
  • ·         Posibilidad de que sirva para la alimentación de alguna especie ganadera.
  • ·         Utilización como abono orgánico.
  • ·         Aplicación en depuración de aguas residuales en plantas de macrofitas flotantes.
  • ·         Uso como biomasa en plantas productoras de energía limpia.

Es fundamental también solicitar a las autoridades nacionales y de la Unión Europea la puesta en marcha de programas específicos de ayuda científica y técnica, además de apoyo económico para hacer frente al elevado coste que supone continuar la lucha para poder mantener en niveles reducidos de agresividad a esta planta invasora.

El camalote es un problema de todos. Y hay que hacerle frente. Sin bajar la guardia..



1 comentario:

  1. Jose Ignacio, enhorabuena por el artículo.
    Muchísimas gracias.
    Un abrazo.
    Agustín Gonzalez

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