EL CAMALOTE: NO
HAY QUE BAJAR LA GUARDIA
El
jacinto de agua o camalote, de nombre científico Eichhornia Crassipes, es una
planta de origen tropical que se desarrolla también en áreas subtropicales y
zonas templadas con ausencia de heladas importantes. Se trata de una macrofita
flotante, aunque también arraiga en los fondos, que se reproduce por estolones,
por semillas que pueden permanecer viables hasta 20 años, e incluso por
fragmentos de la planta y que con temperaturas de alrededor de 30 ºC lo hace
con gran rapidez de modo que su población puede llegar a duplicarse en un plazo
de entre 5 y 12 días.
Sus
efectos sobre el ecosistema fluvial son nefastos: eliminación de la insolación,
rotura del intercambio gaseoso y disminución del nivel de oxígeno con influencia
sobre la flora y fauna del río.
Durante
el año hidrológico 2004 – 05 se detectaron los primeros focos de camalote en la
cuenca del río Guadiana. Aparecieron en las inmediaciones de Medellín en la
provincia de Badajoz. Es difícil averiguar cómo se produjo su entrada en el
río. Un probable origen pudiera estar en el vertido de algún acuario pues es
una planta ornamental de los mismos. Pero esto es sólo una suposición.
Cuando
el camalote apareció en la cuenca yo ocupaba la presidencia de la Confederación
Hidrográfica del Guadiana y me reuní con los técnicos especialistas para
evaluar la magnitud del problema. Se hizo una primera aproximación del estado
de la cuestión y se concluyó que el asunto era grave, dada la experiencia y
situación existente en otros países que no habían sido capaces de erradicar la
planta, por lo que tomamos con presteza las primeras iniciativas.
Además
de las actuaciones inmediatas de los servicios de la Confederación, se suscribió
un convenio de colaboración con la Universidad de Extremadura para que
asesorara científicamente y marcara estrategias a seguir.
El
primer paso fue recurrir a la extracción manual que dio resultados porque llegó
a controlarse la población de camalote todavía incipiente. Se emplearon
solamente mano de obra - se hizo un
convenio con el INEM - y equipos mecánicos ligeros pues no disponíamos todavía
de maquinaria más sofisticada para hacerlo. Posteriormente el organismo
adquiriría máquinas específicas de mucho más rendimiento. Además se instalaron
barreras para impedir el desplazamiento del camalote aguas abajo del río.
Diez
años después el camalote está extendido entre Medellín y el embalse de Montijo
y se reproduce con mayor o menor intensidad en función de las condiciones climatológicas
de la primavera y del verano. Este año las altas temperaturas habidas en junio,
julio y agosto han propiciado que el ataque de camalote haya sido muy severo.
En áreas de Medellín y Mérida la planta cubría prácticamente la totalidad del
río con la consecuencia negativa para la fauna, la flora y los usos recreativos
del mismo (navegación, baño o pesca)
La
gravedad de la situación ha llevado a que plataformas ciudadanas como SOS Guadiana, hayan dado la voz de
alarma para concienciar a las autoridades hidráulicas y civiles de la necesidad
de continuar la lucha contra esta planta invasora, a fin de evitar su extensión
a otras áreas del río y su entrada en instalaciones de riego o en plantaciones
de cultivos inundables como el arroz.
Vista
la imposibilidad práctica en la actualidad de erradicar totalmente la planta,
la estrategia ha de consistir en continuar su extracción por medios mecánicos y
manuales para conseguir reducir su población y mantenerla a raya de modo que no
llegue a constituir un problema grave. Es el modo en el que hasta ahora se
lucha en otros países y desde hace muchos años.
Como
medidas complementarias, aunque ya se han abierto líneas de investigación, en
mi opinión habría que abordar o insistir en los siguientes frentes:
- · Uso de herbicidas específicos que no afecten a la biocenosis del río.
- · Lucha biológica mediante depredadores de la planta.
- · Posibilidad de que sirva para la alimentación de alguna especie ganadera.
- · Utilización como abono orgánico.
- · Aplicación en depuración de aguas residuales en plantas de macrofitas flotantes.
- · Uso como biomasa en plantas productoras de energía limpia.
Es
fundamental también solicitar a las autoridades nacionales y de la Unión Europea
la puesta en marcha de programas específicos de ayuda científica y técnica,
además de apoyo económico para hacer frente al elevado coste que supone continuar
la lucha para poder mantener en niveles reducidos de agresividad a esta planta
invasora.
El
camalote es un problema de todos. Y hay que hacerle frente. Sin bajar la
guardia..
Jose Ignacio, enhorabuena por el artículo.
ResponderEliminarMuchísimas gracias.
Un abrazo.
Agustín Gonzalez