domingo, 19 de julio de 2015

PODEMOS Y SYRIZA

 Los acontecimientos griegos están demostrando la incongruencia de un gobierno como el representado por Syriza con Tsipras al frente, que en la campaña electoral prometió a los griegos el oro y el moro y la realidad le ha llevado a tener que firmar otro rescate muy duro para Grecia.

 Este nuevo rescate puede que resuelva la situación de los bancos griegos pero, con sus medidas de austeridad, causará más sufrimiento aún a la población a la que el líder de Syriza ha engañado. Sencillamente porque mientras el PIB griego no crezca de manera sostenida no se podrá resolver la difícil situación por la que atraviesan.

La propuesta del tercer rescate contiene rebajas en las pensiones, reforma laboral, subidas del IVA un impuesto indirecto que afecta por igual a ricos y pobres, reducciones en gastos militares y un Fondo de Privatización de 50.000 M € manejado por la “troika” para asegurarse que los acreedores cobrarán todo  lo prestado.

Del referéndum del No se ha pasado al rescate del Sí, es decir todo lo contrario de lo que Tsipras y Syriza pedían que votaran los griegos. Y es que el líder radical de izquierdas griego cuando se ha visto fuera del euro - allí debe de hacer bastante más frío que estando dentro, puesto que Merkel siempre te dejará una bufanda para que no te hieles del todo -  no ha querido pasar a la historia como el líder de la ruptura griega con la eurozona y ha tragado carros y carretas.

Hay ya disensiones importantes dentro de su partido por lo que el futuro político de este líder se adivina oscuro. Unas elecciones anticipadas se atisban en el horizonte.

Cuando Tsipras y Syriza hacían campaña electoral en la bella Hellas, los dirigentes de Podemos corrieron presurosos a hacerse la foto y a apoyar el programa de Syriza, identificándose con las propuestas radicales del líder heleno. Ya se veían ellos aplicándolas en España como si nuestro país fuera Venezuela pero sin petróleo.

Como España, afortunadamente, no es Grecia ni mucho menos Venezuela, cuando los líderes de Podemos se metieron en harina y avizoraron el panorama de los comicios locales y autonómicos empezaron a girar hacia la derecha apresuradamente, rebasaron la socialdemocracia y se hicieron un partido al que le venían bien todos los colores políticos con tal de trincar un voto. Se convirtieron en un partido multiespectral cuya sola ansia es el poder.

Pablo Iglesias, aunque es petulante y prepotente no es tonto. De momento a las elecciones locales no fue con sus siglas, que sí mantuvo en las autonómicas. Paradójicamente para Podemos el resultado fue mejor en el ámbito local, en el que se presentaba como agrupación con otras fuerzas radicales, que en el autonómico en donde actuaba con sus siglas. En ambos casos los votos y escaños quedaron muy lejos de lo esperado.

Me da la impresión de que los electores se dieron cuenta de la estrategia y de las incongruencias de Podemos y ya en dichos comicios se produjeron dos hechos reseñables: el primero es que el PP resultó ganador del proceso aunque perdiera un chorro de votos y por coaliciones posteriores una gran parte del poder territorial y el segundo que el PSOE aunque perdió bastantes votos mantuvo su posición como partido líder de la izquierda, en contra de las previsiones de Podemos que pensaba que  había fagocitado a los socialistas.

De cara a las elecciones generales se observan algunos indicios: la estabilización del PP que mantiene un suelo de voto muy fiel y la recuperación del PSOE que con su nuevo líder Pedro Sánchez ha remontado claramente como partido de izquierda moderada, constitucionalista aunque pida la revisión de la Carta Magna y con un programa socialdemócrata de centro izquierda que empieza a calar en los electores de la clase trabajadora y de la clase media.

Podemos empieza a experimentar disensiones internas importantes pues la prepotencia y tics dictatoriales de Pablo Iglesias pretenden amañar unas primarias que aseguren el triunfo indiscutible de la lista que él encabeza. Pura casta. El resultado es que Podemos se estanca e incluso retrocede en las encuestas. Por la extrema izquierda le salen competidores también en forma de agrupaciones propiciadas por IU.

El desastre de Tsipras y Syriza tampoco le reporta ningún beneficio a Pablo Iglesias que ahora trata de distanciarse del griego, cuando hace escasos meses lo apoyó incondicionalmente. Aunque ha justificado el rescate porque no había otra salida. Y por tanto también ha aprobado las actuaciones de Rodríguez Zapatero y Rajoy. Una lumbrera.

En todo caso los electores españoles ya han podido calibrar qué final pueden tener  aventuras radicales como las de Syriza.

1 comentario:

  1. No me convence el argumento del engaño al pueblo griego. Mi convicción es que el ciudadano griego quería ser engañado; quería creer que el cielo estaba en la tierra. Al igual que nos está ocurriendo a nosotros: una buena parte de los españoles quieren ser engañados. ¿ La razón de esa postura? La desconozco.
    Angel Sánchez Sánchez-MOra

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