viernes, 15 de diciembre de 2023

 

LOS TRENES DEL OESTE

Algunos extremeños se muestran muy contentos, porque ya funciona un tren electrificado en Extremadura. Albórbola, entre los sanchistas principalmente. Alguno de ellos ha calificado el día en que se produjo el acontecimiento como histórico. Llevamos varios días históricos con este tren. Y los que quedan.

Claro que vamos por tramos. Se trata de un tren electrificado a cachos. El tren de alta velocidad, que no es AVE ni nada que se le parezca, ya circula con electricidad. Empezó haciéndolo entre Badajoz y Cáceres solamente y, tras unos días de suspense, parece que ya la circula electrificado entre Badajoz y Monfragüe.

Aunque los Alvia que prestan servicio no pueden alcanzar la máxima velocidad, porque todavía no se ha instalado el mecanismo de control ERTMS (European Rail Traffic Management System). Así que, tranquilos. Dentro de unos años estará instalado. No hay que precipitarse.

 Si pensamos en lo que falta por hacer desde Monfragüe a Madrid, la cosa es para echarse a llorar. Hay algunas obras en marcha hasta Talayuela, con la polémica del soterramiento o no en Navalmoral, y desde allí hasta Madrid nada de nada. Horizonte de terminación: 2030 o “ainda mais” que dicen los portugueses.

Supongo que se habrá resuelto ya el despropósito del túnel de Santa Marina, cerca de Cañaveral, en donde había un salto entre los vagones y el acerado de evacuación de pasajeros, que había que salvar con rampas portátiles. No he visto ninguna noticia sobre la solución de este problema. Así que me temo lo peor.

Con el nuevo tramo electrificado se ahorran ¡cuatro minutos, cuatro ¡entre Badajoz y Madrid. Así que, con estos maravillosos avances, algunos extremeños se muestran encantados. Y pareciera que hemos alcanzado el Edén. Somos pobres hasta para pedir y reivindicar. Por eso nos tratan con desprecio. En Cataluña todo esto no habría ocurrido porque ya habrían declarado la independencia, tres o cuatro veces como mínimo.

En Extremadura como nos conformamos con poco, ni se nos ocurre reivindicar con fuerza, el reacondicionamiento y apertura de la vía férrea del Corredor Oeste – Ruta de la Plata, que en el tramo Plasencia – Astorga fue cerrada al tráfico de viajeros en 1985 y al de mercancías diez años después, en una maniobra de alta traición del gobierno socialista de entonces a Extremadura y al oeste de España.

Todavía hay un buen número de extremeños, que no acaban de entender el carácter estratégico de la vía férrea Ruta de la Plata para Extremadura y para el oeste de España. Es la ruta idónea para la salida y entrada de productos hacia los puertos del norte de España y hacia Europa, sin tener que pasar obligatoriamente por Madrid, que es un cuello de botella para el tráfico ferroviario, y hacia los puertos del sur de España y mercados de África y América. Mejoraría también las conexiones con Portugal. Y además uniría los dos brazos del Corredor Atlántico en España, ahora incomunicados.

Hay movimientos de la sociedad civil del oeste español, que están intentando que el Ministerio de Transporte y Movilidad Sostenible y el gobierno de España, soliciten de la Unión Europea la inclusión del tramo Plasencia – Astorga, en la Red Básica Ampliada Transeuropea de Transporte, para que pueda actuarse a la mayor brevedad posible y poder financiarse con fondos europeos. El tiempo de la inclusión en la Red Básica se acaba porque al parecer ha de quedar resuelto en el primer trimestre de 2024. Y si no entra ahora, permanecerá en la Red Global que tiene un horizonte del año 2050.

El abandono del oeste español por parte del gobierno de España es patente. Todos los esfuerzos ferroviarios los centran en el Corredor Mediterráneo, porque claudican ante la presión y el chantaje de los votos de los separatistas catalanes, que mantienen a Sánchez en el poder y que son los principales beneficiados por el corredor.

Con esta y otras actuaciones se está provocando el despoblamiento del oeste español. Como señala el catedrático de la Universidad de Extremadura, Mora Aliseda, si se exceptúa Madrid, nos encontramos ante un desierto demográfico que se extiende desde el eje Lisboa – Oporto hasta el Levante español. Regiones como el Alentejo, Beira Interior, Castilla y León, Extremadura, Castilla la Mancha y parte de Aragón se están despoblando, porque existe un movimiento centrífugo de población hacia las costas y un vaciado de todo el interior de España y Portugal, sin que nadie haga algo por solucionarlo.

La reactivación de la vía férrea del Corredor Oeste – Ruta de la Plata entre Plasencia y Astorga y la conversión de este eje en un corredor multifuncional de viajeros y mercancías, de comunicaciones telemáticas y de transporte de energía, facilitaría la llegada de nuevas industrias al oeste español y la fijación de la población en el territorio, evitando su masiva salida del mismo. Por eso hay que presionar para que se incluya en la Red Básica ampliada cuyo plazo de cierre está muy cercano.

Y no me olvido del eje Mérida – Brazatortas que permitiría la unión entre Lisboa y los puertos portugueses y Valencia. Su remodelación va muy lenta, y sería muy conveniente su urgente modernización para facilitar la comunicación este – oeste de la península ibérica.

 No soy nada optimista sobre el futuro ferroviario de Extremadura. Los acuerdos de Sánchez con separatistas catalanes y vascos para mantenerse en el gobierno, traerán consigo un desvío de inversiones hacia las regiones rebeldes. Y eso perjudicará posibles inversiones en Extremadura.

Los extremeños no debemos consentirlo. Y habría que hacer bastante más de lo que hacemos en materia reivindicativa de estas infraestructuras ferroviarias. Comenzando por nuestro gobierno autonómico, al que deberíamos apoyar todos los extremeños.

 

 

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