AGRAVAMIENTO DE LOS DESEQUILIBRIOS TERRITORIALES
En
una reciente comparecencia en Cáceres, Antonio Huertas, un destacado extremeño,
presidente de una gran empresa como es MAPFRE y también del Consejo Social de
la Universidad de Extremadura, ha advertido de que los pactos suscritos por
Pedro Sánchez con los partidos que lo han apoyado en su investidura: la extrema
izquierda de SUMAR, ERC y Junts, Bildu y PNV, van a agravar todavía más los
desequilibrios territoriales actualmente existentes en España y generarán
españoles de primera y de segunda categoría.
Estas
concluyentes afirmaciones las hace una persona equilibrada, sensata y con una
dilatada experiencia empresarial. A la vista de lo expuesto por Antonio
Huertas, los extremeños y especialmente aquellos que aplauden a rabiar los
pactos de Pedro Sánchez, deberíamos reflexionar sobre cómo afectan los mismos a
Extremadura.
Antonio
Huertas ha sido valiente en sus manifestaciones y, además, tiene toda la razón
en sus planteamientos. Pero ha dejado de ser políticamente correcto y esto
puede volverse en su contra. La cofradía de turiferarios del sanchismo,
comenzará a buscarle las vueltas al presidente de MAPFRE.
Y
ahora vamos a la realidad de los datos. Examinemos unos cuantos, para hacernos
una idea de la situación comparativa entre Extremadura, una región pobre, con
Cataluña y el País Vasco, dos comunidades autónomas que de por sí ya son
privilegiadas y que van a serlo mucho más con los pactos suscritos por Sánchez,
para asegurarse el poder en la Moncloa.
Mientras
que Extremadura presenta una densidad de población de 25,33 hab./km2, Cataluña
tiene 242,66 hab./km2, casi 10 veces más y el País Vasco 305,25 hab./km2, 12
veces más que Extremadura. Los datos son del INE (Instituto Nacional de
Estadística) del año 2022. En Extremadura nos encontramos ante un desierto
demográfico y territorial que, además, tiene tendencia a reducir su población y
a agravarse sensiblemente su negativa situación en este sentido.
Respecto
al Producto Interior Bruto (PIB) el último dato disponible (INE, Año 2021) nos
indica que el PIB regional de Cataluña es de 229.418,251 M€, el del País Vasco
71.706,071 M€ y el de Extremadura 20.117,062 M€. Si lo referimos al territorio una
ratio que normalmente no se utiliza, encontramos que Cataluña genera 7,144 M€/km2,
País Vasco 9,912 M €/km2 y Extremadura
0,483 M€/Km2. Ilustrativo.
Veamos
ahora la situación de los valores del PIB “per cápita” con los últimos datos
del INE correspondientes al año 2021. Cataluña presenta un valor de 29.942 €,
País Vasco 32.925 y Extremadura 19.072 €, el tercer valor más bajo del ranking
nacional. Cataluña tiene un 57 % más de PIB por habitante que Extremadura. Y el
País Vasco supera a Extremadura en un 72,6 %.
Y
en Renta disponible de los hogares, con los últimos datos estadísticos que
facilita el INE correspondientes al año 2020, los catalanes tienen un 37,3 %
más y los vascos un 58,7 % más de renta que los extremeños.
Con
este muestrario de datos ya puede concluirse que en la actualidad existen
españoles de primera y segunda división.
Pero
con los pactos suscritos por Sánchez con vascos y catalanes, con el fin de
mantenerse en el poder, la brecha económica y social entre regiones ricas como
Cataluña y el País Vasco y pobres como Extremadura, se incrementará
notablemente y la igualdad y la solidaridad interterritorial, que siempre fueron
bandera del socialismo español, cuando era socialdemócrata, pasarán al baúl de
los recuerdos.
El
País Vasco junto con Navarra, son regiones beneficiadas con un concierto y un
cupo fiscal, que están reconocidos en la Constitución vigente. Un privilegio
basado en unos fueros antediluvianos e injustificables, en lo que debiera ser
un estado igualitario para todas las comunidades autónomas que forman parte del
mismo.
Las
cesiones que Sánchez hace a Cataluña son asombrosas. Una quita de 15.000
millones de la deuda que mantiene con el Estado español, lo que representa
1.877 € por catalán, será un privilegio si esta misma quita en su importe por
habitante, no se aplica al resto de autonomías endeudadas y a aquellas que no
tienen deuda se les compensa aplicando igual criterio.
Las
transferencias ferroviarias de las infraestructuras de cercanías se evalúan en
otros 6.300 millones de euros y se completa el panorama con la trasferencia de
la recaudación del 100 % de los tributos por parte de la Generalidad, lo que
supone un concierto encubierto y el acceso a privilegios parecidos a los que ya
disfrutan el País Vasco y Cataluña.
A
los vascos les transferirán la gestión de la Seguridad Social, pero no asumirán
el déficit de pago de pensiones, que seguirán soportando el resto de
españolitos.
No
voy a entrar en el despropósito de la deuda histórica que reclama Cataluña, una
región históricamente privilegiada por todos los regímenes incluido el
franquista. Con una desfachatez insólita reclaman 450.000 M€.
¿Qué
cantidad deberíamos reclamar de deuda histórica los extremeños, con 500.000
personas forzadas a emigrar a las regiones privilegiadas y con unos servicios
actuales que se encuentran a años luz de la media de España?
Pues
bien, después de todo esto en Extremadura hay socialistas que aseguran que los
extremeños resultaremos favorecidos con estos pactos. Pero no aportan pruebas
que justifiquen este aserto. Yo creo que el sectarismo ideológico causa
importantes alteraciones de la personalidad y de las mentes.
Como
en el año 2024 nos apretarán las tuercas desde Europa con el déficit y la
deuda, las cesiones a catalanes y vascos se harán en detrimento de las
inversiones en otras regiones españolas, entre las cuáles se encuentra
Extremadura. Y tal y como predice Antonio Huertas los desequilibrios
territoriales aumentarán. Y los extremeños seguiremos en segunda división. O,
tal vez, en tercera.
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