viernes, 7 de julio de 2023

 

INDICADORES DE SEQUÍA PROLONGADA Y REALIDAD AGRARIA

Los Planes Especiales de Sequía (PES) redactados por las Confederaciones Hidrográficas, contienen indicadores para determinar las situaciones de Sequía Prolongada (SP), los cuales definen una sequía meteorológica, es decir no llueve lo suficiente y por tanto se reducen las aportaciones a los embalses.

Otro aspecto que se trata en los PES, es el de la Escasez (E). Con este concepto se hace referencia a una sequía hidrológica, y al nivel de garantía con el que el agua acumulada en los embalses puede atender las demandas de los diferentes usos: abastecimiento urbano, regadíos, usos industriales y usos recreativos o hidroeléctricos.

Analizaremos los indicadores de Sequía Prolongada, en las cuencas hidrográficas del Tajo y Guadiana que son las que afectan a Extremadura desde donde escribo. Estimo que los indicadores elegidos - que por su complejidad estadística no voy a entrar en ellos - no reflejan con exactitud la situación que respecto de la sequía se da en las explotaciones agrarias de secano. Aunque tal vez dichos indicadores no tengan como objetivo el agrícola sino solamente el hídrico. Pero entiendo que habrían de completarse para dar cobertura a esta faceta agraria.

En la cuenca del Tajo, los indicadores de Sequía Prolongada a día 1 de abril de 2023 (últimos publicados) reflejaban que ninguna Unidad Territorial de Sequía de las 10 definidas en el PES para la cuenca, se encontraban en situación de Sequía Prolongada. Es decir que oficialmente en este mes en la cuenca del Tajo no había sequía.

La realidad era que, aunque no existía sequía según los indicadores anteriores, en los aprovechamientos agrarios ya se detectaban problemas graves relativos a la ausencia de precipitaciones. Cultivos de cereales de invierno, con procesos de agostamiento prematuro que hacen que las plantas no produzcan y las cosechas se reduzcan sensiblemente, debido a la falta de humedad en el suelo. Pastos naturales secos, que son incapaces de proporcionar comida a los animales que pastan en estas praderas de secano, con el consiguiente incremento de gasto para los ganaderos al tener que recurrir a una alimentación complementaria. Cultivos permanentes como viñedo u olivar, que pueden verse afectados en su ciclo vegetativo por la ausencia de humedad en el suelo.

En el caso de la cuenca del Guadiana y en lo referente al 1 de abril de este año, ocurre algo parecido al Tajo. De 20 Unidades Territoriales de Sequía Prolongada (UTS) existentes en la cuenca, solamente dos de ellas, el 10 % del total, estaban en situación de sequía prolongada.

Con datos del 1 de mayo solamente 5 UTS de las 20 existentes (el 25 % del total) se hallan en situación de sequía prolongada. El 1 de junio eran 7 UTS (35 %) las que se hallaban en dicha situación.

Las consecuencias en el sector agrario de reducción de producciones y agostamiento de pastos en la cuenca del Guadiana, eran parecidas a las existentes en la cuenca del Tajo.

Es evidente que el problema en los aprovechamientos agrarios no depende sólo del agua de lluvia. Intervienen además otras variables: las temperaturas excesivas como las ocurridas en el mes de abril o el régimen de vientos.

Por eso sería conveniente completar los Indicadores de Sequía Prolongada que publican las Confederaciones, con otro tipo de indicadores que midan el grado de humedad del suelo y las consecuencias de la sequía meteorológica sobre los cultivos, pastos y aprovechamientos de secano.

El suelo en relación con su contenido de humedad (que suele expresarse en porcentaje en volumen de suelo) puede encontrarse:  En Saturación, todos los poros del suelo están llenos de agua y los cultivos puede extraer agua y también producirse drenaje de la misma por los macroporos. Entre la Capacidad de Campo cuando todos los microporos del suelo están ocupados por el agua y los macroporos libres y el Punto de Marchitez las plantas extraen agua, con mayor facilidad cuanto más cerca esté el contenido de humedad del suelo del valor a capacidad de campo. Por último, el estado más seco del suelo es el Punto de Marchitez en donde el agua es retenida en los poros del suelo de menor dimensión y la fuerza con la que el agua está retenida, no puede ser vencida por la raíz de la planta y ésta al no poder extraer agua se seca.

Para poder establecer con exactitud una situación de sequía y el grado en el que los cultivos de secano se ven afectados, habría que implementar, una red de puntos de observación en las tierras de secano, constituida por sensores que midan el grado de humedad del suelo. Servirían de base para poder declarar situaciones de sequía que afecten al sector agrario del secano a efectos, entre otros, de indemnizaciones en el caso de seguros agrarios, o de la implementación de ayudas a los titulares de explotaciones.

Sería posible también la utilización de imágenes satelitales o de drones y aplicación de los Índices de Vegetación de Diferencia Normalizada (NDVI) para establecer el contenido de humedad de las plantas.

En regadío la consideración del Índice de Escasez y sus niveles de Normalidad, Prealerta, Alerta y Emergencia, parece suficiente para determinar el grado en que habrá o no recursos hídricos para el riego. Y por tanto en qué manera influirá la sequía hidrológica en la disponibilidad de agua para las explotaciones de regadío.

En la sequía actual, los indicadores de Escasez determinan la práctica inexistencia de problemas en los regadíos extremeños de la cuenca del Tajo y la reducción de un 23 % del agua disponible para la campaña de riegos de este año en la cuenca extremeña del Guadiana. En este sentido podrían considerarse válidos.

Y por último es necesaria la declaración de Sequía Prolongada para poder reducir, en su caso, los caudales ecológicos. Y ya hemos visto el desfase existente. Se mantendrán caudales ecológicos cuando habría que reducirlos. Sería mejor ligarlo a los indicadores de Escasez y reducirlos proporcionalmente desde el estado de Prealerta.

 

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