LAS FRESAS DE HUELVA Y EL VODEVIL DEL GOBIERNO
Una
delegación de parlamentarios del Bundestag alemán, encabezada por un diputado
de los Verdes, pretendía visitar España, para comprobar si el cultivo de fresas
y otros frutos rojos que se lleva a cabo en la provincia de Huelva, tiene algo
que ver con el deficiente estado hídrico que presenta el Parque Nacional de
Doñana.
Un
grupo de presión llamado Campact, de corte ecologista y, dicen las malas
lenguas, relacionado con el SPD, ha
desatado en Alemania una campaña que anima a dejar de consumir fresas de
Huelva, con el argumento de que el riego para producirlas afecta al estado del
humedal andaluz. Lo insólito del caso es que el presidente del Gobierno Español
y la ministra de Transición Ecológica, han dado pábulo y justificado esta
campaña desde las redes sociales.
De
manera imprudente, el Ministerio de Transición Ecológica ha consentido esta
visita (los parlamentarios alemanes han sido recibidos por el secretario de
Estado), debido a la absurda lucha electoral que este ministerio mantiene con
la Junta de Andalucía, la cual tiene toda la razón en defender los intereses de
sus cultivadores. Pretendía el ministerio, con la presión de esta visita, que
la administración andaluza retirara un proyecto de ley sobre regadíos en la
corona norte del Parque (a unos 30 kilómetros de Doñana), que permitiría regar
algunas hectáreas con aguas superficiales sustitutivas de aguas subterráneas,
eliminando pozos ilegales.
Como
el escándalo generado por la visita adquiría proporciones desmesuradas en
Huelva y en la mayor parte de España, el Bundestag, con el argumento de una
posible interferencia en el proceso electoral del 23 J, ha cancelado el resto del
viaje, una vez llevada a cabo la reunión con el secretario de Estado.
Dicha
visita de inspección de los alemanes a las fresas onubenses, es una injerencia
intolerable en las actividades de un estado soberano, consentida por el
gobierno de España y por un ministerio que han perdido el norte.
En
el año 2014 (gobierno socialista en Andalucía), se llevó a cabo un plan de
reestructuración del regadío en la corona de Doñana, dejando pendiente una
superficie en la parte norte, en el condado de Huelva, de la realización de un
trasvase de 20 Hm3 de aguas superficiales desde el sistema TOP (Tinto – Odiel –
Piedras) para descargar el acuífero y cerrar pozos ilegales. Estas obras,
competencia del gobierno central, no se han ejecutado. Y ya han pasado 9 años.
Las
obras de construcción de la presa de Alcolea (246 Hm3) sobre el río Odiel que
es fundamental para asegurar agua a todo el sistema hidráulico de Huelva, se
encuentran paradas desde 2017, habiéndose ejecutado aproximadamente el 20 % y
no existiendo fecha previsible para su reanudación. Tampoco se han llevado a
cabo otras obras de interconexión del sistema Andévalo – Chanza – Piedras -
Alcolea y de conducción y distribución de agua que reducirían la presión sobre
el acuífero de Doñana. Todas estas obras son competencia del gobierno central.
Si
se hubieran llevado a cabo en su día estas actuaciones del Ministerio de
Transición Ecológica, los problemas existentes se habrían reducido
significativamente. Aunque en Doñana seguiría el mal estado hídrico en tanto
haya sequía y no llueva lo suficiente para recargar el acuífero.
En
Huelva se cultivan alrededor de 12.000 ha de “berries” (frutos rojos). Unas
6.300 ha son de fresas, 3.600 ha de arándanos y 1.800 ha de frambuesas. El 98 %
de esta superficie se riega con aguas superficiales y por tanto no tiene
influencia alguna sobre el acuífero de Doñana. Lo que se riega cerca de Doñana
del sistema Almonte – Marismas, que diseñara el IRYDA, sólo es un 20 % de la
superficie inicialmente prevista, siendo riegos legales que no afectan a la
recarga normal del acuífero.
Así
que haber dado cancha como han hecho el Gobierno y el Ministerio de Transición
Ecológica a esta campaña teutona es totalmente ilógico. Sólo se justifica en que
han hecho del ecologismo un dogma y a su lucha electoral con la Junta de
Andalucía que tiene toda la razón en defender el cultivo de fresa y frutos
rojos en Huelva, porque supone una exportación de casi 1.200 Millones de euros
y mantener un elevado número de puestos de trabajo directos: se estima en 100.000.
Gracias a estos cultivos una provincia que hace unos años estaba sumida en el
desempleo, es hoy una potencia en agricultura de primor aplicando las más
modernas tecnologías en el riego y en los cultivos.
Aparte
de la Junta de Andalucía que defiende el futuro de las familias agricultoras
afectadas ¿no debería el Ministerio de Agricultura competente en cultivos y
regadíos opinar en este asunto y aclarar el grado de influencia de los cultivos
en Doñana?
El
ministro de Agricultura ha estado desaparecido tres días. ¿No tenía nada que
decir sobre la absurda posición de su colega de Transición Ecológica? Pues
bien, cuando ha hablado ha sido para apoyar las tesis de su compañera. ¿Es que
ahora Transición Ecológica es el departamento que regula la agricultura
española?
Es
ridículo que el Ministerio de Transición Ecológica haya consentido y apoyado la
visita de esta comisión presidida por un Verde alemán para dictaminar sobre
este complejo asunto. Cuando su obligación es defender los intereses de España
y no plegarse a caprichos ecologistas alemanes. O tal vez a campañas
comerciales encubiertas.
Espero
que, en breve, otra comisión de parlamentarios españoles, intente una visita a
las factorías de automóviles alemanas para comprobar cómo se fabrican unos vehículos
que, al circular por España, contaminan su atmósfera y sus ciudades. Es lo
procedente, equitativo y saludable. ¡Verás lo bien que nos reciben los alemanes
¡
Porque
puestos a hacer el ridículo, si ellos dejan de comprar fresas españolas,
nosotros podemos y debemos dejar de comprar coches alemanes. Sería lo justo.
Para publicar en el Frankfurter Allgemeine Zeitung. Completo y con un planito.
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