INJUSTIFICABLE
DEMOLICIÓN DE PRESAS
Este
tema ya lo he tratado en otras ocasiones. Pero tengo que volver sobre la
cuestión, ya que el Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico con
la ministra al frente, persiste en su idea de demoler obras hidráulicas
ubicadas en los ríos españoles, en una deriva ecologista incomprensible y
absurda.
En
2021 ha destruido 108 infraestructuras hidráulicas en España, de las 239 que se
han demolido en toda la Unión Europea (UE). Más del 45 % del total.
El
comisario de aguas de la Confederación Hidrográfica del Duero, sentencia que se
derriban esas infraestructuras porque a ellos - ¿a quienes, a los ecologistas?
- les gustan los ríos y no los “cacharros” y que está todo lleno de
“cacharros”. Con este argumento tan endeble, pedestre y dictatorial y tan falto
de fundamentos técnicos, ya me dirán en manos de quiénes estamos. Supongo que
cuando se produzcan problemas de falta de agua, este ciudadano y los que le
mantienen en el cargo, no se harán responsables de sus consecuencias. Como
siempre pasa.
Y
es que este Ministerio, prioriza los intereses e ideología de los lobbies
ecologistas, frente a los intereses generales de los españoles.
No
debemos oponernos a que alguna infraestructura haya quedado obsoleta y tenga
que ser demolida. Hay casos en que puede resultar razonable su eliminación.
Pero esto tiene que ser la excepción y no la norma. Por mucha Estrategia de
Restauración de Ríos que se haya diseñado, que sigue un modelo europeo que no
es aplicable a nuestro país, ni a la zona sur mediterránea de la UE.
Vuelvo
a insistir en mis argumentos. El clima mediterráneo que afecta a la mayor parte
de España, obliga a acumular agua artificialmente, por la irregular
distribución de las lluvias en el espacio y en el tiempo. Gracias a los
embalses construidos en España la capacidad de regulación ha pasado del 9 % de
la aportación de las lluvias que habría en régimen natural, al 44 % de media en
España que tenemos ahora.
Esto
no ocurre en la mayor parte de Europa en donde el clima es totalmente distinto
y necesitan mucha menos capacidad de regulación artificial (embalses) para
garantizar sus usos socioeconómicos, porque disponen de una elevada capacidad
de regulación natural. El régimen hidrológico de los ríos Sena, Rin, Danubio o
Ródano, es totalmente distinto al de los ríos Guadiana o Guadalquivir, por
poner algunos ejemplos. La Estrategia de la UE para 2030, que es la de
recuperar 25.000 km de ríos, aplica recetas uniformes cuando se dan situaciones
muy diferentes entre el centro y norte de Europa, y en el sur y el mediterráneo,
por lo que es un tremendo error aplicar las mismas normas de actuación en todo
el territorio.
Dos
circunstancias sobrevenidas avalan la necesidad de regular toda el agua que
podamos en España. La primera es los efectos del cambio climático que auguran
mayores períodos de sequía y lluvias torrenciales según los expertos. La
segunda está relacionada con la obligatoriedad de mantener caudales ecológicos
para mejorar el estado de las masas de agua. Como en régimen natural nuestros
ríos aportan caudales muy bajos o nulos durante los períodos de estiaje, es
preciso suministrar los caudales ecológicos - introducidos de manera
sorprendente por la normativa española en 1999 - desde los embalses y esto
exige aumentar la capacidad de regulación, si no queremos disminuir las
garantías de suministro al resto de usos.
Un
ejemplo de despropósito lo tenemos en la intención de Ministerio de demoler la
presa de Valdecaballeros en la provincia de Badajoz, que se construyó para
refrigerar los grupos de una central nuclear que nunca se puso en marcha. Es
una estructura de hormigón con aliviadero de labio fijo, capaz de almacenar 70
Hm3 de agua, de excelente calidad del río Guadalupejo, de donde se abastecen
pueblos como Valdecaballeros o Castilblanco.
Esta
masa de agua que se extiende en medio de un secano rabioso, ha generado a lo
largo de los 40 años que lleva construida, un nuevo ecosistema con abundante
flora y fauna y es un lugar en el que se practican actividades recreativas por
los habitantes de los pueblos cercanos. Sirve también como abrevadero de la
ganadería de la zona. Y puede proporcionar agua para futuras concesiones de
regadío sostenible de zonas próximas.
También
llevaría a cabo funciones de laminación de avenidas cuando aparezcan las
lluvias torrenciales que anuncian los expertos del cambio climático. Y a mayor
abundamiento puede servir como un importante reservorio para suministrar agua a
los elementos aéreos y terrestres de extinción de incendios forestales, ya que
existen importantes zonas boscosas muy cercanas.
En
Extremadura la sociedad civil ha reaccionado contra el grave error de la
demolición de la presa de Valdecaballeros y diversos colectivos se oponen a la
misma. La Junta de Extremadura, que, según el Ministerio, había admitido
inicialmente el derribo de la presa, a la vista de la presión social y con unas
elecciones próximas, ha presentado un recurso para evitar el estropicio.
Lo
previsible, es que el Ministerio endilgará la titularidad de la presa y su
mantenimiento a la Junta de Extremadura. Pero eso no debe ser problema, porque
los servicios técnicos extremeños tienen sobrada experiencia en la explotación
y mantenimiento de presas, ya que la administración autonómica es titular de un
buen número de embalses tanto de regadío como de abastecimiento urbano.
Será
lo menos malo, si se salva la presa y puede seguir cumpliendo sus importantes
funciones.
Y
en cuanto a demoler infraestructuras sería más racional que el Ministerio de
marras, llevase a cabo un estudio pormenorizado en el que, caso a caso, se
estudiase el derribo y se explicase a los españoles las consecuencias técnicas,
hidrológicas, económicas, sociales y ambientales de llevarlo a cabo.
Pero,
por lo que se ve, eso es mucho pedir.
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