EL
SOCAVÓN DE LA CARRETERA CÁCERES – BADAJOZ
Las
recientes y abundantes lluvias acaecidas en Extremadura, aunque han sido una
bendición para nuestros campos y embalses, han provocado diversos percances en
algunas infraestructuras viarias de carreteras de la región.
Uno
de los daños de mayor influencia en el tráfico, ha sido el ocurrido en la
carretera (N 523, antes EX 100 y mucho antes N 523) que es la carretera que
perteneció primero a la red nacional, luego a la red autonómica, para
finalmente volver a ser nacional, entre las localidades de Puebla de Obando y
La Roca de la Sierra.
El
exceso de agua de lluvia, ha rebasado la capacidad de evacuación de la obra de
fábrica existente y el agua ha destrozado la carretera provocando un enorme
socavón y, en consecuencia, la imposibilidad de tráfico en las dos direcciones
e impidiendo la comunicación directa entre Cáceres y Badajoz y entre las dos
poblaciones afectadas más cercanas que ahora tienen que dar un rodeo
considerable para comunicarse.
El
daño, aunque es importante, no es ninguna cosa del otro mundo y lo lógico
habría sido proceder de inmediato a la reposición del servicio, mediante la realización
de una obra de emergencia, método de contratación que permite acortar los
plazos y ejecutar la reparación en el menor plazo posible.
Porque
la tardanza en resolver la situación, provocará que para ir de Cáceres a
Badajoz o viceversa haya que dar un importante rodeo por Mérida. Esto trae
consigo más kilómetros a recorrer, unos 40, más tiempo, más consumo de
combustible, que por cierto está carísimo y más emisiones de CO2 a la atmósfera
de los vehículos que circulan, ahora que tanto preocupa a algunos el cambio
climático.
Pues
bien, parece que la reparación se ha tomado con calma ¡Ni que hubiera que
acometer la obra de El Escorial ¡
Se
trataría de proyectar una obra de fábrica con capacidad de evacuación
suficiente, probablemente un puente de los que ya existen tipificados, lo que
abreviaría la redacción del proyecto, aumentando el período de retorno de
cálculo para no volver a las andadas y reconstruir después los terraplenes
laterales y la subbase, base y capa de rodadura de la carretera.
Vamos
una obra que, si se me apura mucho, es de carácter menor si se compara por
ejemplo con las que habrá que abordar en la construcción del primer tramo de la
autovía Cáceres - Badajoz entre la capital cacereña y el río Ayuela, el cual ya
ha sido adjudicado y cuyas obras debieran comenzar en breve.
Vistas
las actuaciones y manifestaciones de unos y otros llevadas a cabo hasta el
momento en Extremadura, nadie mueve un dedo para reconstruir de una forma ágil
y rápida el socavón producido por las últimas lluvias y restituir el servicio
actualmente suspendido. Parece que no hay prisas y que sigue vigente el dicho
de que “las cosas de palacio, van despacio”
La
Junta argumenta que la carretera es de competencia nacional, cosa que es
verdad, y que las actuaciones corresponden a la administración central y concretamente
a la Demarcación de Carreteras del Estado en Extremadura, lo que también es
cierto. Pero entiendo que la obligación
de la comunidad autónoma es exigir al Ministerio de Transporte, Movilidad y
Agenda Urbana una actuación inmediata para resolver el problema. Existen
mecanismos para conseguirlo y la obra de emergencia es uno de ellos. Y se puede
acometer sin dilación. Siempre que exista voluntad de hacerlo.
Si
este estropicio hubiera ocurrido en Cataluña, estoy seguro de que ya estaban
actuando las máquinas para reponer el servicio y restituir la circulación. Pero
claro, Extremadura no es Cataluña. Aquí los extremeños no intentamos golpes de
estado, ni esas cosas tan feas. Aquí aguantamos carros y carretas, y veremos
cuanto tiempo habrá que estar circulando de Cáceres a Badajoz, vía Mérida.
Aquí
no hay prisas para nada y nos conformamos con las migajas que nos van dando de
vez en cuando. Así llevamos años y años y no vamos a cambiar ahora. Aunque tal
vez ya va siendo hora del cambio. Mejor nos iría.
Como
en el caso del AVE o lo que sea ese tren, que tarda años y años en llegar a
Madrid, todavía andamos por Navalmoral, seguiremos aguantando estoicamente
tomaduras de pelo día tras día. Y encima vienen a inaugurarlo por tramitos
inacabados, para hacerse la foto y apuntarse tantos. Y nos colocan convoyes de
desecho de otras regiones convenientemente tuneados. Así que, luego de la
inauguración, continúan los retrasos e incidencias de todo tipo. Y seguimos
tragando. Porque los extremeños somos españoles de segunda o tercera división.
Menos para pagar impuestos que estamos en primera categoría.
Yo
creo que, de una vez por todas, los extremeños a través de sus representantes
deberíamos hacernos valer ante los poderes del Estado. Y exigir que este
socavón, que es una obra de menor importancia, pero básica para la comunicación
directa entre las capitales extremeñas, se ejecute de inmediato. Mañana antes
que pasado mañana.
A
ver si hay suerte esta vez y al tratarse de poca inversión nos hacen caso. Pero
no veo el tema claro. Ojalá me equivoque y en un breve espacio de tiempo
podamos volver a circular con total seguridad por la carretera que une nuestras
dos capitales, ahorrando tiempo y dinero, mientras esperamos que se termine de
una vez la deseada autovía.
No hay comentarios:
Publicar un comentario