viernes, 16 de septiembre de 2022

 

EL DISCURSO DE LANDERO

Como parte del acto institucional conmemorativo del día de Extremadura, celebrado en el Teatro Romano de Mérida, el discurso ciudadano corrió a cargo del destacado escritor extremeño, nacido en Alburquerque, Luis Landero.

En su disertación abordó entre otras cuestiones el tema del tren extremeño. Si la alocución de Landero era el discurso ciudadano, fue razonable que el escritor tratara el tema ferroviario, ya que es una de las preocupaciones más importantes de la inmensa mayoría de los extremeños.

Landero argumentó que los políticos competentes en el tren, no habían actuado de modo “jeitoso”, es decir haciendo las cosas bien. Si lo hubieran hecho, los extremeños ya disfrutaríamos de un tren digno. Luego envió a los infiernos a los políticos responsables de los ferrocarriles, a los que calificó de modo cordial y desde la ironía y buen rollo como “canallas”.

Parece que este calificativo no ha sentado muy bien a los políticos extremeños que han dado muestras de desagrado ante esta parte del discurso de Landero. En realidad, este tema sólo consumió un par de minutos de los poco más de 20 de la intervención. Y, además, recibió ovaciones de los asistentes.

De inmediato el escritor ha aclarado que el cordial calificativo de “canallas” no iba dirigido a los políticos extremeños, sino a los que son competentes en el tema ferroviario y de los que dependen ADIF y RENFE, o sea que se refería a los políticos del gobierno de España de todos los tiempos y de todos los partidos.

A los políticos extremeños al darse por aludidos, se les podría aplicar el conocido dicho:” quien se pica, ajos come". Y es que sus conciencias no deben de estar muy tranquilas, pues, a pesar de no ser directamente responsables de los presupuestos y ejecución del dichoso tren, sí que han consentido con sus silencios, entrega al poder central y falta de reivindicaciones serias, un cúmulo de despropósitos ferroviarios que han afectado gravemente a Extremadura.

En 1985, se dejaron cerrar para viajeros y en 1995 para mercancías la vía férrea Ruta de la Plata. Un eje fundamental y vertebrador del territorio extremeño y la vía más recta y cercana de acceso a Europa y a los puertos del norte español y también al Norte de África desde los puertos del sur de España. Dejaron hacer al gobierno central sin oponerse y nos quedamos sin una de las infraestructuras más importantes de Extremadura. Un error imperdonable.

Y luego ha venido el episodio del AVE a Madrid vía Cáceres. Primero fue AVE que llegaría a Lisboa, después AVE, pero menos, más tarde alta velocidad, luego tren de altas prestaciones, y por último, degenerando, hemos llegado al tren digno. Han consentido que se inaugure una infraestructura incompleta, servida por trenes Alvia de desecho de Galicia, que eso sí, han sido convenientemente tuneados. Y como era de esperar, las averías y retrasos han estado a la orden del día.

Pero siguiendo el discurso de Landero, el escritor calificó a la Extremadura de hoy, como una autonomía moderna, nada que ver con la situación que existía en el año 1960, cuando Landero y su familia se vieron obligados a emigrar, buscando una vida que fuera mejor que la miseria que se les ofrecía en la región. Efectivamente a raíz del Plan de Estabilización de 1958 – 59, comenzó el vaciado de diversas regiones españolas, entre ellas Extremadura, que perdió de golpe una cantidad importante de su población que emigró una parte a Europa y otra, muy importante, a las regiones favorecidas por Franco: Cataluña y el País Vasco. Esto último no lo dijo Luis Landero, pero lo digo yo. Porque es la cruel realidad. O sea que la España vaciada no es de ahora, comenzó mucho antes. En la actualidad continúan los privilegios con esas mismas regiones y Extremadura sigue perdiendo población. Esto también es de mi cosecha.

Por otra parte, los políticos extremeños deberían sentirse satisfechos con la calificación que dio Landero a la Extremadura actual a la que describió como una región moderna.

Y yo añado, que la situación actual no tiene nada que ver con la que había en Extremadura en los primeros años 80 del siglo pasado, cuando se recibieron por el gobierno autonómico las transferencias de las competencias desde el estado central.

Hoy día, aunque en PIB o renta disponible Extremadura se encuentre en el furgón de cola de España, la situación regional es sensiblemente mejor que cuando se recibieron las competencias del Estado. Y eso lo han conseguido los políticos y el pueblo extremeño.

Nuestra red de carreteras autonómicas en la que destacan dos autovías muy modernas, es calificada por la Asociación Española de la Carretera, un ente independiente de la administración, como la segunda mejor de España. Pero también han mejorado sensiblemente la sanidad, con algunas disfunciones y desequilibrios territoriales, y las estructuras de la educación. También lo han hecho las infraestructuras del agua, tanto las de abastecimiento urbano, aunque ahora andemos un poco apretados por la sequía, como las de saneamiento y depuración.

Igualmente tenemos un sector agrario mucho más desarrollado, con un regadío con tecnología avanzada y muy modernizado y una industria agroalimentaria creciendo. Las infraestructuras y el desarrollo turísticos han mejorado sensiblemente.

Pero el tema ferroviario sigue pendiente y los políticos extremeños, en lugar de enfadarse con Landero, deberían dedicar sus afanes a conseguir cuanto antes unas infraestructuras ferroviarias modernas y funcionales, que incluyan la restitución de una nueva vía férrea Ruta de la Plata con prioridad al tramo Plasencia - Salamanca, y que permitan que los extremeños podamos vivir, desarrollarnos y comunicarnos mejor, exigiendo plazos perentorios y presupuestos, ejecutados y no en papel, al gobierno de España.

Por lo demás el discurso de Landero me pareció muy bien construido y reivindicó el orgullo de ser extremeño y la valía de nuestros antepasados que nos transmitieron su sabiduría campesina y su cultura popular. Aunque muchos de ellos fueran analfabetos.

 

 

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