viernes, 4 de septiembre de 2020


¿ENTRAMOS EN UN PERÍODO DE SEQUÍA EN EXTREMADURA?

El final del mes de agosto presenta un estado de acumulación de agua en nuestros embalses regionales que empieza a ser preocupante. El inicio de un período seco que comenzó en 2018 parece que empieza a tomar visos de realidad.

Ya lo advertíamos en una publicación de este blog de julio de 2019, en la que dábamos cuenta de que se atisbaban indicios del comienzo de un período de sequía en Extremadura. Y como siempre hacemos, pedíamos un uso racional del agua evitando los despilfarros de todo tipo y en todos los usos.

El próximo final de la campaña de riegos, que en principio se va a desarrollar sin incidencias notables en lo referente al uso del agua, va a dejar los embalses en unos niveles de acumulación de agua bastante bajos.

En la cuenca del Guadiana en Extremadura a fecha de final de agosto los embalses acumulaban 2.545,6 Hm3, equivalentes al 31,6 % de su capacidad máxima. El año pasado por estas fechas acumulaban 3.108,4 Hm3, el 38,5 % de su máximo almacenamiento. Disponemos de 562,8 Hm3 de agua menos que el año anterior o lo que es igual un 6,9 % menos de agua embalsada.

Para completar la visión de la situación existente los organismos de cuenca, las confederaciones hidrográficas, analizan dos indicadores: el Índice de Sequía Prolongada que define la sequía de carácter ambiental y el Índice de Escasez que define la sequía socioeconómica (afección a los usos del agua).

En el Guadiana no existe ningún sistema en sequía prolongada a primeros de agosto de 2020 (último índice disponible)

Respecto a indicadores de escasez en esa misma fecha, en la cuenca del Guadiana extremeño sólo se encontraba en situación de emergencia el sistema Piedra Aguda, en Alerta estaba el sistema Barros - Alange y en Prealerta el sistema Alto Zújar.

Los regantes ya se han puesto en funcionamiento y la Comunidad de Regantes de Orellana anuncia algunas restricciones de final de campaña para tratar de cumplir con su asignación de 467 Hm3 y de paso ahorrar algo de recurso por si los próximos tiempos vienen secos. Acertada medida que dice mucho de la sensibilidad de los regantes para ahorrar agua. Ellos saben que son los primeros beneficiados con mantener esta actitud.

En lo referente a la cuenca del Tajo, la situación es un poco mejor que en la del Guadiana. Los embalses de riego tienen acumuladas a final de agosto cantidades que oscilan entre el 65,9 % en el embalse de Baños, el 55,8 % en el embalse de Ribera de Gata y el 43,9 % en los embalses de Borbollón y Gabriel y Galán. El de Rosarito es el que peor situación presenta con el 27,15 %, pero esta circunstancia es tradicional ya que el río Tiétar sobre el que se encuentra este embalse está muy mal regulado.

En los de abastecimiento el embalse de Plasencia se encuentra en buena situación (66,7 %) frente al embalse del Guadiloba en Cáceres que está en peor estado (32,05 %).

Respecto al Índice de Sequía, solamente el sistema Alagón se encuentra en Sequía prolongada y en cuanto al Índice de Escasez hay normalidad en todos los sistemas extremeños de la cuenca del Tajo.

Es previsible que cuando finalice totalmente la campaña de riegos, en fechas próximas, la situación sea algo peor de la descrita, pues no se avizoran períodos de lluvias próximos que puedan influir en la acumulación de agua en los embalses.

De modo y manera que nos vamos a encontrar con una situación relativamente mala de cara al próximo año hidrológico. Podíamos decir que no es alarmante, pero sí preocupante. Si el otoño, invierno y primavera próximos son secos, podemos encontramos con dificultades de cara a la próxima campaña de riegos y puntualmente puede haber problemas en abastecimientos locales desde pequeños embalses poco hiperanuales.

Por lo tanto, procede que tomemos precauciones desde ahora mismo para evitar posibles problemas futuros. Y esto comienza con que todos hagamos un uso racional del agua en el consumo urbano. Y ahorrar todo los posible en el riego de jardines y zonas verdes de nuestras ciudades.

Respecto al regadío, habrá que reflexionar seriamente sobre el futuro de cultivos con alto consumo de agua como es el arroz. Este cultivo debería quedar limitado a suelos impermeables existentes en algunas terrazas del Guadiana y evitar su cultivo en suelos permeables de las vegas en los que, debido a su elevada conductividad hidráulica se produce un mayor consumo de agua del cultivo. Y además recurrir al cultivo de arroz en seco. Es otra forma de ahorrar agua en el cultivo de este cereal.

En consecuencia, hemos de tener nuestra vista puesta en que un próximo período de sequía pueda alcanzarnos y empezar a tomar medidas desde ahora, que incluyan una futura ordenación de cultivos si la sequía llega a consolidarse.

La experiencia vivida en Extremadura especialmente en la pertinaz sequía padecida en el período 1992 – 95 debería llevarnos a tomar medidas ahora para adelantarnos a posibles problemas.

Y por descontado seguir insistiendo en el proceso de modernización de los regadíos en aquellos en los que todavía no se ha llevado a cabo. Recientemente la Junta de Extremadura ha firmado un convenio con SEIASA al respecto y, además, ha publicado la normativa para modernización de regadíos en las Comunidades de Regantes. Ese es el camino que hay que seguir para llegar a tener un regadío sostenible en Extremadura.





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