EXTREMADURA: ELOCUENTES DATOS MACROECONÓMICOS.
La
Fundación de Estudios de Economía Aplicada (FEDEA) ha hecho público un informe
en el que ha actualizado los datos macroeconómicos españoles de una larga serie
temporal (1955 – 2019). El estudio muestra el mal camino que ha recorrido en
este período Extremadura que la lleva a ocupar actualmente lugares del furgón
de cola en el contexto de España.
Pero
hay algunos aspectos sorprendentes en la evolución de estas cifras. El PIB
extremeño se ha incrementado en el período analizado en un 550 %, Extremadura
es sin duda más rica ahora que a mediados del siglo XX, pero, en el mismo
período temporal, la media española del PIB experimentó un incremento del 826
%. Extremadura ha pasado de tener un PIB que suponía un 2,4 % del total de España
en 1955 a representar un 1,7 % en 2019. Una disminución porcentual del 29,1 %.
De las más altas de España, junto con Castilla y León, Asturias y Cantabria.
Pero
si profundizamos en las cifras comprobaremos la realidad del desastre que el
período franquista supuso para Extremadura, a pesar de los regadíos del Plan
Badajoz y del norte de Cáceres, únicas inversiones destacadas en la región
extremeña durante este largo período dictatorial.
Entre
1955 y 1975 (período franquista) el PIB extremeño creció un 117,9 % mientras
que la media nacional lo hacía en un 221,08 %. Esto supuso que la participación
de Extremadura en el PIB nacional cayó del 2,4 % al 1,6 %. En el período
democrático 1995 – 2019 la región ha logrado recuperar un modesto 0,1 % en su
participación en el PIB español y ahora está en el 1.7 %. Franco castigó a las
regiones más leales como la extremeña, beneficiando claramente a las regiones
separatistas como Cataluña y el País Vasco que acapararon la práctica totalidad
de las inversiones industriales y empresariales durante su mandato. Había que
tener contentas a las regiones díscolas. Eso sí cuando Franco visitaba la
región, los extremeños nos rompíamos las manos de aplaudirle y vitorearle.
Paradojas de la vida. Aplaudíamos a un personaje que nos empobrecía.
La
evolución de la población extremeña es otro desastroso indicador de la deriva
que lleva nuestra región. Entre 1955 y 2019 la región ha perdido 322.558 habitantes, un
23,28 % de su población. En el mismo intervalo temporal la población española
aumentó en 17.978.983 personas es decir un 61,72 %. Como puede deducirse una
situación catastrófica para la región. Si Extremadura hubiera crecido al mismo
ritmo que España ahora tendría una población de 2.240.000 personas.
Profundizando
en las cifras encontramos, y ya sin sorpresa, que en el período ocupado por la
dictadura franquista (1955 – 1975) Extremadura perdió una población de 259.824
personas el 18,75 % de la que tenía en 1955. Por el contrario, España
experimentó en ese mismo período un incremento de población de 6.624.785
habitantes equivalentes al 22,74 %. Como puede verse caminos divergentes.
La
pérdida de población durante la dictadura supuso el 80,55 % de la población
perdida entre 1955 y 2019.
El
franquismo provocó un éxodo tremendo de población de nuestra región. Cientos de
miles de extremeños emigraron a Cataluña y País Vasco, regiones en las que
había trabajo porque Franco invertía allí. Se completó con la salida a países
europeos como Alemania, Francia, Bélgica, Holanda o Suiza. Los extremeños de la
diáspora, que salieron con sus maletas de cartón demostrarían en sus lugares de
destino que eran unos trabajadores excelentes. Hubieran contribuido con su
eficaz labor y con su esfuerzo al desarrollo de Extremadura si hubieran
permanecido en la región. Y es muy probable que la región estaría en una
situación bastante más favorable de la que estamos.
El
período democrático (1995 – 2019) ha atemperado, pero no ha logrado invertir la
tendencia. En este período Extremadura perdió 1.964 habitantes, el 0,18 %.
España en este mismo intervalo temporal creció en 7.385.336 habitantes, el
18,59 %. Seguimos representando cada vez menos población del total de España. Y
la tendencia a perder población continúa.
En
1955 la población extremeña representaba un 4,8 % de la española. Al final del
franquismo este porcentaje había descendido al 3,1 % con una pérdida de 1,7
puntos porcentuales. En la actualidad representamos solamente un 2,3 % de la
población española.
En
el período democrático las políticas ambientalistas y proteccionistas del medio
ambiente seguidas con entusiasmo por la Junta de Extremadura no han conseguido
la recuperación de Extremadura para llevarla al menos a las ratios de 1955. La
falta de industrialización de la región hace que el PIB y la población sigan en
niveles del furgón de cola nacional. No se avizoran políticas
industrializadoras regionales que generen rentas y empleo. A la
industrialización agroalimentaria, aunque creciente, todavía le queda mucho para
que los productos autóctonos regionales se transformen aquí para retener el
valor añadido. Tampoco se observan inversiones en industrias derivadas de las
nuevas tecnologías, informática, bioingeniería, nanotecnología o industrias
biosanitarias.
Sólo
las energías renovables parecen tomar cuerpo en Extremadura. Pero esto puede
constituir una nueva colonización de la región. Pondremos el territorio y nos
darán algo de empleo y poco más. Nos timaron con la hidroelectricidad, con las
nucleares y ahora parece que con las renovables. Me temo.
Chapó J Ignacio
ResponderEliminarPara compartir y guardar en lugar seguro
Gracias por tus formidables análisis.A ver si los que rigen y rigieron la Region toman nota a algún efecto.No creo, falta competencia.