LA CRUDA REALIDAD
DE EXTREMADURA EN CIFRAS
Para
conocer la situación real de Extremadura, se desarrolla en lo que sigue un
somero análisis de algunos indicadores socioeconómicos de la situación
extremeña y su comparación con los de España. Los índices y datos utilizados
son oficiales obtenidos del Instituto Nacional de Estadística (INE).
Examinemos
alguno de ellos. Todos son índices normalmente utilizados para determinar el
grado de desarrollo de un territorio y realizar comparaciones entre ellos.
En
el período 2000 – 2017 el PIB extremeño ha crecido un 75,31 %, mientras que el
PIB español lo ha hecho en un 80,47 %. El PIB extremeño ha pasado de
representar el 1,66 % del nacional al 1,62 % en este mismo período.Extremadura
sólo supera en valor absoluto del PIB a Cantabria, La Rioja y a las ciudades
autónomas de Ceuta y Melilla.
Si
se estudian los valores del PIB “per cápita” los resultados son también poco
esperanzadores para nuestra región.
El
PIB “per cápita” medio de España ha pasado de 15.935 € a 25.064 € creciendo un
57,28 %. El PIB por cabeza extremeño ha pasado de 10.145 € a 17.554 €
incrementándose en un 73,03 %. Durante
todo el período 2000 - 2017 Extremadura ha ocupado el último lugar del ranking
español en cuanto a este indicador.
La
diferencia con el PIB “per cápita” medio español ha pasado de 5.790 € en el año
2000 a 7.510 € en el año 2017. No se produce convergencia en este parámetro.
Veamos
otro indicador muy interesante para el ciudadano extremeño. No es otro que la
Renta Bruta Disponible “per cápita”.
En
el período 2000 - 2016 la Renta Bruta Disponible per cápita ha pasado en
Extremadura desde 7.669 € a 11.310 €. Supone un incremento de 3.641 € para ese
período. En el mismo lapso de tiempo el dato medio en España ha pasado de
10.428 € a 14.781 € con un aumento de 4.353 €. Como vemos no se produce
convergencia de Extremadura con el resto de España en valor absoluto. Si que el
incremento porcentual sobre la situación inicial ha sido mayor en Extremadura
(47,47 %) que en España (41,74 %) Algo es algo. Aunque hay que tener en cuenta
las variaciones de población.
En
valores de este indicador Extremadura se sitúa en el último lugar de la
clasificación española por detrás incluso de las ciudades autónomas.
Un
valor muy indicativo ligado a la actividad económica es la Tasa de Paro.
Tampoco en este indicador Extremadura sale bien parada. Veamos.
Con
datos de la EPA (Encuesta de Población Activa), referidos siempre al primer
trimestre de cada año la Tasa de Paro en Extremadura al comienzo de la crisis
2007 era del 12,75 %, mientras la media de España era del 8,42 %. La diferencia
era del 4,33 %. Solo nos superaban en desempleo las ciudades autónomas de Ceuta
y Melilla.
En
el momento peor de la crisis, primer trimestre de 2012 la Tasa de Paro en
Extremadura era del 35,67 % y la de España del 26,94 %. Diferencia del 8,73 %.
Y
en el primer trimestre de 2018 los valores eran de 25,94 % para Extremadura y
de 16,74 % para España. Diferencia del 9,2 %. Sólo estaban peor que Extremadura
las ciudades de Ceuta y Melilla.
En
el cuarto trimestre de 2018 (última EPA) los valores eran del 23,1 % para
Extremadura y del 14,45 % para la media de España. Diferencia: 8,65 %. Algo se
ha mejorado.
Respecto
a la evolución de la población residente, la región aumentó el número de
habitantes entre los años 2002 (1.057.795 habitantes) y 2012 (1.104.343
habitantes). A partir de 2012 se produce un importante descenso y en 2018 la
población extremeña alcanza 1.070.453 habitantes habiendo perdido 33.890
habitantes desde que alcanzara ese máximo. En el año 2002 la población
extremeña representaba el 2,57 % del total nacional. En 2018 este porcentaje ha
descendido al 2,29 %.
Como
puede apreciarse por el cúmulo de índices analizados la situación de
Extremadura es harto preocupante.
A
los poderes públicos y a la sociedad civil nos corresponde buscar soluciones
para remontar esta situación. En mi opinión las líneas de trabajo a seguir son
de dos tipos. El primero consistiría en aprovechar nuestros recursos endógenos:
industrializar, transformar y comercializar nuestros productos agrícolas y
ganaderos por medio de la industria agroalimentaria, terminar los regadíos
pendientes, promocionar el turismo y nuestro patrimonio monumental, cultural,
paisajístico y gastronómico haciéndole formar parte de rutas internacionales
(el eje Madrid – Lisboa por ejemplo) y aprovechar de forma equilibrada la
introducción de energías renovables con vista a la transición energética que se
avecina, pero sin generar una nueva burbuja.
El
segundo sería buscar la industrialización regional a través de las industrias
ligadas a las nuevas tecnologías: TICs, biotecnología, biomedicina,
nanotecnología. Es un reto regional pendiente. Sin industria Extremadura será
difícil que salga del furgón de cola en el que se encuentra hundida.
Hay
que abandonar las políticas conservacionistas desarrolladas hasta ahora que se
ha demostrado no son la solución por sí solas para la región. A los anteriores
datos me remito.
Nadie
nos va a regalar nada y tendremos que llevar a cabo un esfuerzo ímprobo todos
los extremeños. Sólo así será posible
salir del pozo en el que nos encontramos. ¿Seremos capaces?
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