PRISIÓN
PERMANENTE REVISABLE
Los
padres de Diana Quer, Mari Luz Cortés y Marta del Castillo entre otros se han
unido en la recogida de firmas para tratar de impedir la derogación de la
figura de la prisión permanente revisable incluida desde 2015 en nuestro Código
Penal. El procedimiento legislativo para conseguir esta derogación está
impulsado en el Congreso por el PNV y apoyado por Podemos y el PSOE así como
por algún partido minoritario más.
Los
padres de estas tres inocentes víctimas se han unido en una campaña de recogida
de firmas a través de la plataforma Change.org para que se mantenga en nuestro
Código Penal la figura de la prisión permanente revisable. Han obtenido más de
dos millones.
Si
quieren asegurar el éxito de la campaña los organizadores harían bien en no
identificarse con ningún partido político. Por dos razones principales: porque
hay encuestas que concluyen que cerca del 80 % de los españoles están a favor
de la prisión permanente revisable y porque los partidos políticos los utilizarán
en su propio beneficio, dejándolos luego tirados si les conviene.
Hay
que advertir que esta pena de prisión tan alta sólo se aplica en determinados
tipos de delito de carácter excepcional por las circunstancias de crueldad,
abuso o ensañamiento que se dan en ellos. Esta pena extrema no se aplica con
carácter general ni mucho menos. Esto explica que actualmente un solo recluso
en España esté cumpliendo la misma.
Voy
a opinar exclusivamente como ciudadano porque desafortunadamente no soy experto
en Derecho. Ni falta que me hace para mi propósito. Eso sí soy ciudadano y
contribuyente y tengo todo el derecho de poder expresar mi opinión. Aunque
pueda parecer políticamente incorrecta para aquellos partidos que se las dan de
progresistas. Como el PNV, vamos. Que tiene de progresista más bien poco. Me
resulta altamente sospechoso que sea este partido el que lo promueva. Pero cuando
pienso que todavía hay 300 asesinatos de ETA sin resolver me queda algo más
clara la cuestión.
La
postura del PSOE es un ejemplo más de que este partido va a la deriva y lo
terminará pagando en las urnas.
Las
leyes han de cumplir un fin fundamental. La protección de los derechos de los
ciudadanos. De todos. Especialmente, añado yo, de aquellos que resultan
víctimas de los delitos. Es ilógico que haya leyes que en su aplicación final
protejan más a los verdugos que a las víctimas. Por muchos razonamientos de
reinserción que puedan subyacer para recuperar a los delincuentes. Pero hay
delitos y delitos.
Estas
tres jóvenes mujeres: Diana, Mari Luz y Marta vieron cercenadas su vida y sus
expectativas personales, familiares y sociales por la acción de unos
delincuentes que en todos los casos no han recibido ni un solo rasguño en su
actuación. Los asesinos han cometido
unos crímenes de una manera cobarde y premeditada con abuso de superioridad y
ensañamiento con las víctimas. El reciente caso del niño Gabriel Cruz en Almería
es otro ejemplo más de lo que comentamos.
Y
yo me pregunto ¿las leyes han de defender los derechos de estas inocentes
víctimas o los de unos asesinos que les quitaron la vida en su adolescencia o
juventud? ¿Las leyes que en definitiva representan el sentir de la sociedad han
de defender con preferencia a los verdugos? ¿Es justa y lógica esta manera de
actuar?
Yo
creo que el Derecho además de legítimo debe ser justo. Y no es justo que el
poder legislativo constituido en nuestro caso por el Congreso y el Senado,
olvide con cierta facilidad los derechos de las víctimas. Probablemente porque
estas ya no pueden hablar para contar los sufrimientos que padecieron, antes de
perder la vida.
El
poder legislativo está para defender a los inocentes ciudadanos víctimas de los
delitos. Insisto en que no todos los delitos son de igual gravedad. Por eso en
aquellos de gravedad máxima hay que aplicar penas también excepcionales. Sin
perder de vista una posible reinserción del delincuente.
Porque
la pena de prisión permanente revisable, a los 25 de años de la condena es
objeto de una revisión judicial y penitenciaria. Y si el reo ha mostrado
arrepentimiento y ha asumido su reinserción en la sociedad puede recuperar su
libertad. Y entonces la prisión deja de ser permanente.
Ha
de insistirse en que esta pena extrema se aplicaría solamente en el caso de los
delitos más graves. Como los de las tres chicas y el niño que nos ocupan. Y la sociedad
ha de habilitar mecanismos de defensa como éste para disuadir a los
delincuentes de la comisión de esto tipo de agresiones o para evitar su
repetición. La prisión permanente revisable es ejemplarizante. Un aviso a
navegantes para que no delincan.
Apoyar
a estos padres en su cruzada es evitar que los políticos por intereses
bastardos cometan un despropósito. Sólo eso. Y que las cosas se dejen como
están. La derogación de la prisión permanente revisable sería una flagrante
injusticia. En mi opinión, claro está.
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