FERROCARRIL EN EXTREMADURA: UN
CAOS.
Aunque
es un tema muy manido y recurrente, no quería dejar pasar la oportunidad de
echar mi cuarto a espadas desde este blog, para reflexionar sobre la desastrosa
situación del ferrocarril extremeño.
Extremadura
una región tranquila y pacífica que busca salir del furgón de cola de la
economía española, se encuentra maltratada en materia de infraestructuras
ferroviarias las cuales son condición necesaria, aunque puede que no
suficiente, para conseguirlo. Es la única región española que no dispone de una
sola línea férrea de doble circulación ni tampoco electrificada. Por supuesto
el AVE ni está ni se le espera. Al menos en un plazo razonable de tiempo.
La
serie de peripecias que se están produciendo en los servicios ferroviarios en
Extremadura, daría para escribir un libro con bastantes páginas. Nos movemos
por el alambre, camino de que en cualquier momento pueda producirse un serio
accidente.
Es
raro el día que no ocurre algún incidente. El incumplimiento de los horarios es
una situación de normalidad cuando habría de ser lo excepcional. Los retrasos
es lo menos malo que le puede ocurrir al viajero. Averías constantes, trenes
parados en medio del campo a temperaturas tórridas este verano, traslado de
pasajeros a pie hasta la estación más cercana, puertas que no obedecen al
mando, atropellos mortales de los que al menos tres han ocurrido en el último
año.
Trenes
que tienen parada en Plasencia los detienen en Monfragüe y desde allí trasladan
a los viajeros en autobuses a la ciudad del Jerte. Todo ello avisando el
revisor a los pasajeros sobre la marcha. Así que quien no se entera del recado,
yo presencié un caso, da con sus huesos
en Cáceres con gran contento del afectado.
Hay
una elevada probabilidad de que los usuarios vivan una odisea cada vez que se
suben a unos de estos destartalados convoyes que dan servicio a Extremadura. En
fin el ferrocarril en Extremadura es un auténtico caos.
Y
lo curioso del caso es que la Junta de Extremadura ha de abonar a Adif y Renfe
la módica cantidad de 4 millones de euros anuales para que mantenga en
funcionamiento estas líneas. Supongo que no pagarán ni uno solo de esos euros,
dada la deplorable calidad del servicio que esos organismos del ministerio de
Fomento prestan a la región. Sería el acabose si encima se paga. Cornudos y
apaleados.
Para
acallar posibles protestas están construyendo una chapuza a la que denominan
pomposamente Tren de Altas Prestaciones. Se trata de un tren diesel, ahora
dicen que será el modelo Talgo, que aprovechará la infraestructura construida
del AVE a Lisboa, para con una línea unidireccional tratar de taparnos la boca
por un tiempo. Que podrá convertirse en otro porrón de años. Después dicen que
electrificarán una sola línea entre Badajoz y Plasencia. Sin doble circulación,
los tiempos serán, si acaso, sólo ligeramente mejores que los de ahora. En fin
un despropósito que nuestras autoridades no debieran consentir.
El
gobierno de Fernández Vara está absolutamente equivocado en este tema. No se
puede admitir que nos coloquen un tren de segunda división. Hay que obligar al
gobierno a la firma de un pacto con Extremadura para que en un horizonte máximo
de 10 años, con plazos parciales fijados, la región pueda disponer de unas
infraestructuras ferroviarias similares a las que existen en el resto de
España.
Las
resumo:
·
AVE
si se enlaza con Lisboa o en su defecto doble línea electrificada para trenes
tipo Alvia en el trayecto Madrid – Plasencia – Cáceres – Mérida – Badajoz.
·
Reactivar
en las mismas condiciones técnicas de doble vía electrificada la Ruta de la
Plata, en los tramos Plasencia -
Salamanca y Mérida - Sevilla.
·
Y
hacer lo mismo en el tramo Mérida – Brazatortas.
Este
debería ser el Pacto del Ferrocarril. Podría financiarse como pago de la deuda
histórica con Extremadura, una región abandonada secularmente del poder
central. Ya va siendo hora de que nos resuelvan esta deplorable situación en la
que nos encontramos.
Afortunadamente
hay indicios de reacción en la región. Se han constituido varias plataformas que
empiezan a reivindicar un trato para Extremadura que sea igual al que se da en
el resto de España. No hay que cejar en el empeño. Si pagamos los mismos
impuestos tenemos derecho a disponer de iguales servicios.
Hay
que rechazar de plano este despropósito de tren de altas prestaciones que están
construyendo y del que tan orgullosos se encuentran algunos dirigentes
autonómicos, los de ahora y los de antes que lo consintieron.
Eso
sí directivos de Fomento, Renfe y Adif visitan con frecuencia la región para
soltar la correspondiente milonga y hacerse la foto con las autoridades
autonómicas. Y así años y años. La realidad ya la hemos descrito: un tren
tercermundista.
Y
por cierto el cometido de los dirigentes no es asistir a las manifestaciones.
Su misión es trabajar infatigablemente en los despachos del Ministerio de
Fomento, de Renfe y de Adif dejándose allí la piel. En el trabajo permanente en
esos despachos y en la presidencia del Gobierno es donde se consiguen las
cosas. Y no haciéndose la foto con las pancartas. Las manifestaciones han de
ser cosa de la sociedad civil o sea de los ciudadanos de a pié.
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