INCONGRUENCIAS
EN LAS ENCUESTAS
Ya
se ha armado el revuelo con la última encuesta del CIS. Según sus resultados
parece que se produce el “sorpasso” y el PSOE queda como tercera fuerza
nacional.
Maticemos:
Unidos Podemos no “sorpassa” al PSOE ya que obtiene 16,4 % de los votos y 58 –
60 escaños. Los socialistas llegan al 21,2 % de votos y una horquilla de 78 –
80 escaños.
Para
que se produzca el, por algunos anhelado, “sobrepasamiento” a los votos de
Unidos Podemos hay que sumarles los de En Comú Podem, los de Compromis y los de
En Marea. Entonces sí que hay “sorpasso”. Su suma llegaría al 25,6 % y una
horquilla entre 88 y 92 escaños. Estos tres últimos partidos aportan al
conglomerado entre 30 y 32 escaños. Más de la mitad de los que obtiene Unidos
Podemos.
Por
tanto pese a que el PSOE sigue perdiendo votos y escaños, cuestión que sus
dirigentes deberían analizar, pues indiscutiblemente algo están haciendo mal o
tal vez peor que mal, Unidos Podemos no supera al PSOE. Para conseguirlo tiene
que sumar más de la mitad de los escaños que tiene con otras formaciones
distintas de Unidos Podemos.
Esta
es una primera conclusión que debería hacer rectificar al PSOE la deriva de su
campaña electoral para centrarse en vender su producto, que ha demostrado ser
bueno durante muchos años, para olvidarse de calificar productos ajenos. Si no
lo va tener crudo. Aunque todavía quede mucho
partido.
Si
se entra en las tripas de la encuesta del CIS uno se queda bastante perplejo con
ciertos contenidos de la misma.
Así
a la pregunta sobre qué partido despierta más simpatías, gana el PSOE con el 18
% seguido de Unidos Podemos y la suma de sus aliados con el 17,8 % y el PP con
el 17 %. ¿Alguien puede entender que siendo el partido que más simpatías
despierta luego en la intención de voto ocupe el tercer puesto a 8 puntos del
PP y 4,4 puntos de Unidos Podemos y sus coaliciones?
O
alguien explica esto muy bien explicado o en la cocina final a los del CIS se
les ha ido la mano con el guiso. Y eso no está nada bien en un órgano al que
debiera acompañar en sus pronósticos la imparcialidad más exquisita. Porque
entre otras cosas sus previsiones pueden condicionar en parte la postura de los
electores.
En
el mismo sentido el resultado de la pregunta de la encuesta del CIS ¿quién le
gustaría que tuviera más votos? Triunfa el PSOE con el 19,8 % seguido por el PP
con el 19,6 % y de la suma de Unidos Podemos y sus coaliciones con el 19,4 %.
Como puede deducirse vuelve a ganar el PSOE aunque sea por estrecho margen.
Pues bien la cocina vuelve a enmascarar estos resultados poniendo en la
intención de voto al PP y a la suma de Unidos Podemos y sus coaliciones muy por
delante del PSOE que queda relegado a una tercera posición.
Por
estas razones de falta de imparcialidad hay que poner estas encuestas en
entredicho. Lo cual no quiere decir que un partido como el PSOE en continua
pérdida de votos no deba hacer un rápido examen de conciencia para ver qué está
haciendo mal. Porque en algo se está errando.
Puede
ser que en el enfrentamiento absurdo entre Pedro Sánchez y Susana Díaz del que
pueden salir los dos perjudicados. O en la incoherencia de algunos partidos
regionales como el PSC entrando en el ayuntamiento de Barcelona para apoyar a
Ada Colau. O tal vez en la ambigüedad de posicionamiento en cuanto al referéndum
en Cataluña. O en las discrepancias públicas entre algunos barones y el
secretario general. O quizá en la insistencia de Pedro Sánchez por querer ser
presidente.
Queda
toda una campaña electoral para rectificar. Los 137 años de historia del
partido y sus aportaciones a nuestra joven democracia no debieran caer en saco
roto. Pero lo primero que hay que hacer es, ser coherente con el ideario
socialdemócrata, creer en las propias propuestas, explicarlas con pelos y
señales a los ciudadanos y asegurar a los electores los medios que se pondrán
en marcha para cumplirlas.
Las
urnas del 26 J serán la encuesta definitiva.
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