UNOS DIALOGAN Y OTROS NO
La
fragmentación en la composición del Congreso de los Diputados consecuencia de
los resultados electorales del 20 D, da a entender que los votantes están
sugiriendo a los partidos políticos la conveniencia de dialogar para obtener
mayorías que permitan el gobierno de España.
El
PP pese a su victoria, que podría calificarse como pírrica, ha contado con
pocos o ningún apoyo de otras formaciones, fundamentalmente por dos razones: la
política de rodillo aplicada desde su mayoría absoluta en la última legislatura
y procesos de corrupción que, a diferencia de otros partidos, afectan a la
esencia del mismo pues se refieren a su financiación irregular obtenida por un
entramado muy amplio de degeneración que incluye a sus vertientes nacional,
autonómica y local.
Rajoy
constatada la imposibilidad de encontrar socios, declinó la invitación que le
hizo el Jefe del Estado para que intentara formar gobierno. A partir de su
negativa, adoptó una posición como la del perro del hortelano cuando el Rey
solicitó al siguiente partido en número de votos, el PSOE, que tomara su relevo.
El
PSOE empezó mirando a su izquierda, a Podemos, y se encontró con un líder
prepotente, ensoberbecido, aplicando las mismas tácticas que utiliza en la
universidad en donde se ha erigido en el rey del mambo, gracias al materia tan
dúctil y maleable que se maneja allí. Iglesias, 69 diputados, solamente 42
directamente suyos, después de asegurar
que no se fiaba de los socialistas, nombró a Pedro Sánchez presidente del
gobierno con vocación de jarrón chino, se adjudicó para sí la vicepresidencia
ejecutiva y los principales ministerios y regaló uno a IU. Nada de programa,
primero los cargos y el control del cotarro: Interior, CNI, Fuerzas Armadas,
RTVE. Y el CIS para Monedero. Vamos como en los mejores tiempos del Soviet
Supremo.
Ante
esta tesitura Sánchez hubo de mirar al centro derecha, complemento de la
ubicación natural del PSOE que es el centro izquierda, posición que le ha
permitido ser el partido que, arropado por millones de votos, más tiempo ha
gobernado en España desde la transición y el que ha aportado las políticas más
sociales y progresistas a nuestro país.
Allí
se ha encontrado con Rivera, un político joven bastante centrado, con un modelo
reformista, proclive al diálogo y con una idea muy clara de lo que ha de ser
España en su unidad avalada por su experiencia en Cataluña. Y aquí sí que el
PSOE ha hallado posibilidades de hablar
y de hacer bueno el mandato de los electores de que los partidos habrían de
entenderse. Y a trancas y barrancas los dos partidos - han tenido que ceder
ambos - han llegado a un acuerdo que,
con bastantes lagunas, puede considerarse un buen principio para regenerar las
políticas aplicadas por Rajoy durante cuatro años y mejorar las
condiciones de la población recuperando buena parte del estado de bienestar que
tanto han deteriorado los populares.
Este
acuerdo no tiene recorrido real pues con 130 diputados es imposible un gobierno
estable, pero podría ser el principio de un acuerdo más amplio, si el PP fuese
generoso, ya que su situación de corrupción aconseja un tiempo en la oposición
para regenerar el partido. Podría realizar un esfuerzo de altruismo para
abstenerse y permitir el gobierno PSOE – C’s, apoyando posteriormente las
reformas constitucionales a llevar a cabo una vez consensuadas con ellos.
El
PP puede argumentar que es el partido más votado (123 escaños) y eso es
indiscutible, pero su situación actual y la de su líder - debería haber asumido
hace tiempo responsabilidades políticas por la corrupción que invade esta
formación - aconsejarían un apoyo al pacto PSOE – C’s (130 escaños) desde una
oposición responsable. Seguro que los electores valorarían esta manera de
proceder para futuros comicios. Digamos que el PP haría una inversión a medio
plazo. Pero dudo que Rajoy aferrado a su cargo tenga ese ataque de
clarividencia.
Esto
permitiría sacar del juego a Podemos un partido de izquierda radical,
disfrazado de socialdemócrata, de fundamentos inmorales pues deja a un lado sus
principios con tal de pillar cacho, aplicando de paso métodos maquiavélicos. De
este modo evitaríamos: reinas magas, padrenuestros del coño y la vagina,
titiriteros, semana de festividades en
sustitución de la Semana Santa, prepotencia, nepotismo, postureo y chupe de
cámara con niño mamando y “pico” de Iglesias incluidos, que es lo único que han
hecho hasta ahora con el objetivo de conseguir su reflejo en los medios de comunicación.
Pero
el nivel de nuestros políticos es bastante mediocre y se avizoran nuevas
elecciones con gran alborozo de Podemos. Esperemos que los votantes sepan
valorar a los partidos que en base al
diálogo buscaron una salida de gobierno y se hayan dado cuenta del humo y las
utopías inviables que vende Podemos.
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