viernes, 12 de febrero de 2016

VUELA EL AVE A LISBOA

Parece que una vez más Extremadura se va a quedar a la luna de Valencia.

El cariz que van tomando ciertos acontecimientos, auspiciados por Adif y Renfe, hacen prever que el futuro tren AVE Madrid – Lisboa no va a discurrir por Extremadura vía Badajoz sino que lo hará por Salamanca.

Es posible que para los portugueses que al final serán los que tengan la última palabra, y a pesar del rodeo que hay que dar para ir a Lisboa por Salamanca, sea más interesante el trayecto salmantino pues les permite matar dos pájaros de un tiro al solucionar al mismo tiempo el enlace entre Madrid y Oporto.

Es sabido que en Portugal al igual que ocurre en España entre Madrid y Barcelona, existe una tradicional rivalidad entre las áreas urbanas de Lisboa y Oporto que exigen similares tratamientos inversores y el tren salmantino les soluciona el problema con un menor coste, ya que hay una gran parte del trayecto que es común. De discurrir por Badajoz la línea de Lisboa, exigiría prácticamente construir otra línea a Oporto.

Existiría la solución de que la línea del AVE a Lisboa y Oporto discurriera por Plasencia, en paralelo a la autovía autonómica EX – A1, que marcaría la distancia media más corta para ambas ciudades desde Madrid, pero esto hoy día es impensable por dos razones: Salamanca acoge más población y Plasencia y sus comarcas le importan bastante poco a los poderes fácticos extremeños.

De modo que si Dios no lo remedia, Extremadura quedará una vez más aislada de las grandes líneas férreas como históricamente ha ocurrido.

Respecto de las maniobras ejecutadas por Adif y Renfe para llevar el AVE por Salamanca, en Extremadura no se ha levantado ni una sola voz, tal vez con la excepción de la los Amigos del Ferrocarril de Mérida, pero no han existido ni una sola reclamación oficial consistente, ni una protesta o manifestación ciudadana al respecto. En conclusión tenemos todas las papeletas para quedarnos sin el AVE Madrid – Lisboa y, en consecuencia, sin la posibilidad de enlazar Extremadura por este medio con Madrid y con los ejes ferroviarios transeuropeos Atlántico y Mediterráneo.

La cosa se complica todavía más al haberse anulado en 1985 la línea férrea Ruta de la Plata que habría permitido de estar activa un enlace extremeño con el eje Atlántico en Salamanca. Así que lo más probable es que Extremadura quede aislada una vez más de las grandes infraestructuras de comunicación ferroviaria.

Parece ser que los hados o algunas manos negras en Bruselas y Madrid, con la entusiasta colaboración de nuestros políticos de Mérida y de algunas organizaciones conservacionistas, han decidido que Extremadura sea un reducto de parque natural para mostrárselo a los europeos que decidan visitarnos. Ya tenemos mucho trayecto recorrido, alrededor del 35 % del territorio extremeño goza de algún tipo de figura de protección: LIC, ZEPA o Parque Nacional entre otras, con lo que ya hemos transitado una gran parte del camino para convertirnos en una reliquia de la naturaleza en su estado prístino.

En estas condiciones la máxima aspiración de Extremadura será vivir de la sopa boba que quieran suministrarnos el resto de ciudadanos europeos y continuar instalados por muchísimos años en el furgón de cola de la renta disponible en España y en Europa. Eso sí con bastante menos población en el territorio. Las políticas verdes no dan para más.

De hecho ya está produciendo una constante reducción de la población extremeña. Como comprobación hice un recuento entre los hijos de conocidos y amigos y en torno al 70 % de ellos trabajan fuera de Extremadura. Es decir nuestros jóvenes no encuentran ocupación en su tierra de nacimiento. Aquí hay sitio y campan a sus anchas las grullas, las cigüeñas, los buitres y los linces que son las últimas estrellas de la constelación, pero no los extremeños a los que su tierra es incapaz de darles un trabajo digno.

El desvío del AVE a Lisboa por Salamanca es un indicio más de lo que les apunto. Nos quedaremos aislados y seguiremos siendo una región subvencionada y acogida a la sopa boba, una región de ciudadanos de segunda pero pagando impuestos como si fuéramos de primera.

Y entretanto en Mérida mareando la perdiz con los presupuestos de 2016, mientras el AVE a Lisboa vuela hacia Salamanca.  ¡Una pena¡




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