viernes, 2 de febrero de 2024

 

EXTREMADURA RESIGNADA: LO PAGAREMOS CARO.

El pasado día 21 de enero, diversas agrupaciones de la sociedad civil convocaron concentraciones a lo largo de la Ruta de la Plata, para pedir al Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible y al gobierno de España, que soliciten de la Unión Europea la inclusión en la Red Básica Ampliada de la Red Transeuropea de Transportes, la reapertura de la vía férrea del Corredor Oeste Ruta de la Plata, entre Plasencia y Astorga que fue cerrada al tráfico de viajeros en 1985 y diez años después al de mercancías.

La inclusión en la Red Básica Ampliada permitiría adelantar los tiempos de ejecución al año 2040 y, poder solicitar la financiación con fondos europeos para la construcción de las obras.

El caso de esta línea férrea es especial, ya que se trata de una restitución del servicio, aunque sea en nuevas condiciones, que fue suprimido con razones poco claras de rentabilidad y antes de nuestra entrada en la Comunidad Económica Europea, sin tener en cuenta esta nueva perspectiva en el transporte tanto de viajeros como de mercancías.

Se llevaron a cabo concentraciones masivas a lo largo de toda la Ruta de la Plata. En 12 ciudades en las comunidades autónomas de Asturias, Castilla y León, Extremadura y Andalucía.

En determinados puntos como Astorga o Salamanca, se ha conseguido una asistencia masiva. Pero en Extremadura la movilización ha sido mucho menor. Como casi siempre ocurre. Movilizar un par de cientos de personas en Cáceres, Plasencia o Mérida cuesta un esfuerzo ímprobo.

La mayoría de los extremeños pasa del problema y no se moviliza. Llevamos siglos resignados a nuestra suerte, sin ninguna capacidad reivindicativa, sólo pendiente de las migajas o de la sopa boba que nos asignen los poderes públicos. Y aguantando estoicamente la falta de desarrollo al que está sometida la región.

Extremadura ocupa los últimos lugares de la clasificación en relación con las comunidades autónomas españolas, en los indicadores macroeconómicos como el PIB per cápita, o la Renta disponible. Tiene altas tasas de desempleo y en 2022 ha sido la única autonomía de España que ha perdido población.

Pues bien, una reivindicación tan estratégica para la región como es la reapertura de la vía férrea del Corredor Oeste - Ruta de la Plata, no suscita el menor interés para la generalidad de la población que pasa olímpicamente del asunto. Les da igual. No quieren molestarse en ver los beneficios que para la Extremadura supondría la restauración de este servicio.

Aquí estamos a vivir lo mejor que se pueda, cosa que a mí no me parece mal. Pero con estos niveles de desarrollo en la región, los jóvenes no encuentran su sitio en ella y tienen que irse fuera. Una emigración de talento que es una sangría para Extremadura y una gran pérdida de profesionales de gran nivel que, si existiera un mínimo de industrialización y perspectivas de desarrollo, permanecerían en Extremadura y contribuirían con su trabajo a mejorar los niveles de bienestar regionales.

Hace poco hice un conteo entre los hijos de amigos y conocidos míos. El 70 % de ellos trabaja fuera de Extremadura. En mi caso mis dos hijas, lo hacen en Madrid.

Pue bien, los extremeños con nuestra resignación y nuestra falta tradicional para ser capaces de reivindicar mejoras para Extremadura, lo pagaremos caro y estamos contribuyendo con nuestra actitud, a que los políticos que deciden las inversiones den de lado a Extremadura.

Y esto es un círculo vicioso, a menos reivindicación, vaciado de población y cada vez Extremadura tendrá menos importancia para los políticos, que lo que buscan son los votos.

La reapertura del Corredor Oeste Ruta de la Plata, convertido en un eje ferroviario de transporte de viajeros y mercancías, y en un corredor energético y de comunicaciones telemáticas, contribuiría en gran medida al desarrollo de todo el oeste de España, ahora sumido en un grave proceso de vaciamiento de población. Y a equilibrar el país con el corredor mediterráneo al que van destinadas la mayoría de las inversiones.

En muchas ciudades de la Ruta de la Plata, se ha comprendido esta situación y la gente ha salido masivamente a las calles. En Extremadura, no. Los extremeños, en su mayoría, se ha quedado cómodamente en casa, esperando que los problemas se resuelvan solos. Cosa que no sucederá. Como ha venido ocurriendo hasta el momento.

Hay una gran falta de concienciación social en el pueblo extremeño sobre la importancia estratégica del tren Ruta de la Plata para Extremadura. Por el contrario, sí que hay instituciones como las Cámaras de Comercio e Industria que han abanderado la idea desde el comienzo, Diputaciones, Ayuntamientos, partidos políticos con más o menos entusiasmo, empresas y asociaciones de empresarios, colegios profesionales y un buen número de ciudadanos a título personal apoyan la reapertura de este eje vital para las comunicaciones entre el norte y el sur de España a través del oeste de la península.

Este apoyo de la sociedad civil debería tenerlo en cuenta el gobierno en aras a que exista un equilibrio entre las regiones de España. Aunque a la población extremeña, le cueste salir a la calle.

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