EXTREMADURA
RESIGNADA: LO PAGAREMOS CARO.
El
pasado día 21 de enero, diversas agrupaciones de la sociedad civil convocaron
concentraciones a lo largo de la Ruta de la Plata, para pedir al Ministerio de
Transportes y Movilidad Sostenible y al gobierno de España, que soliciten de la
Unión Europea la inclusión en la Red Básica Ampliada de la Red Transeuropea de
Transportes, la reapertura de la vía férrea del Corredor Oeste Ruta de la
Plata, entre Plasencia y Astorga que fue cerrada al tráfico de viajeros en 1985
y diez años después al de mercancías.
La
inclusión en la Red Básica Ampliada permitiría adelantar los tiempos de
ejecución al año 2040 y, poder solicitar la financiación con fondos europeos
para la construcción de las obras.
El
caso de esta línea férrea es especial, ya que se trata de una restitución del
servicio, aunque sea en nuevas condiciones, que fue suprimido con razones poco
claras de rentabilidad y antes de nuestra entrada en la Comunidad Económica
Europea, sin tener en cuenta esta nueva perspectiva en el transporte tanto de
viajeros como de mercancías.
Se
llevaron a cabo concentraciones masivas a lo largo de toda la Ruta de la Plata.
En 12 ciudades en las comunidades autónomas de Asturias, Castilla y León,
Extremadura y Andalucía.
En
determinados puntos como Astorga o Salamanca, se ha conseguido una asistencia
masiva. Pero en Extremadura la movilización ha sido mucho menor. Como casi
siempre ocurre. Movilizar un par de cientos de personas en Cáceres, Plasencia o
Mérida cuesta un esfuerzo ímprobo.
La
mayoría de los extremeños pasa del problema y no se moviliza. Llevamos siglos
resignados a nuestra suerte, sin ninguna capacidad reivindicativa, sólo
pendiente de las migajas o de la sopa boba que nos asignen los poderes
públicos. Y aguantando estoicamente la falta de desarrollo al que está sometida
la región.
Extremadura
ocupa los últimos lugares de la clasificación en relación con las comunidades
autónomas españolas, en los indicadores macroeconómicos como el PIB per cápita,
o la Renta disponible. Tiene altas tasas de desempleo y en 2022 ha sido la
única autonomía de España que ha perdido población.
Pues
bien, una reivindicación tan estratégica para la región como es la reapertura
de la vía férrea del Corredor Oeste - Ruta de la Plata, no suscita el menor
interés para la generalidad de la población que pasa olímpicamente del asunto.
Les da igual. No quieren molestarse en ver los beneficios que para la Extremadura
supondría la restauración de este servicio.
Aquí
estamos a vivir lo mejor que se pueda, cosa que a mí no me parece mal. Pero con
estos niveles de desarrollo en la región, los jóvenes no encuentran su sitio en
ella y tienen que irse fuera. Una emigración de talento que es una sangría para
Extremadura y una gran pérdida de profesionales de gran nivel que, si existiera
un mínimo de industrialización y perspectivas de desarrollo, permanecerían en
Extremadura y contribuirían con su trabajo a mejorar los niveles de bienestar
regionales.
Hace
poco hice un conteo entre los hijos de amigos y conocidos míos. El 70 % de
ellos trabaja fuera de Extremadura. En mi caso mis dos hijas, lo hacen en
Madrid.
Pue
bien, los extremeños con nuestra resignación y nuestra falta tradicional para ser
capaces de reivindicar mejoras para Extremadura, lo pagaremos caro y estamos
contribuyendo con nuestra actitud, a que los políticos que deciden las
inversiones den de lado a Extremadura.
Y
esto es un círculo vicioso, a menos reivindicación, vaciado de población y cada
vez Extremadura tendrá menos importancia para los políticos, que lo que buscan
son los votos.
La
reapertura del Corredor Oeste Ruta de la Plata, convertido en un eje
ferroviario de transporte de viajeros y mercancías, y en un corredor energético
y de comunicaciones telemáticas, contribuiría en gran medida al desarrollo de
todo el oeste de España, ahora sumido en un grave proceso de vaciamiento de
población. Y a equilibrar el país con el corredor mediterráneo al que van
destinadas la mayoría de las inversiones.
En
muchas ciudades de la Ruta de la Plata, se ha comprendido esta situación y la
gente ha salido masivamente a las calles. En Extremadura, no. Los extremeños,
en su mayoría, se ha quedado cómodamente en casa, esperando que los problemas
se resuelvan solos. Cosa que no sucederá. Como ha venido ocurriendo hasta el
momento.
Hay
una gran falta de concienciación social en el pueblo extremeño sobre la
importancia estratégica del tren Ruta de la Plata para Extremadura. Por el
contrario, sí que hay instituciones como las Cámaras de Comercio e Industria
que han abanderado la idea desde el comienzo, Diputaciones, Ayuntamientos,
partidos políticos con más o menos entusiasmo, empresas y asociaciones de
empresarios, colegios profesionales y un buen número de ciudadanos a título
personal apoyan la reapertura de este eje vital para las comunicaciones entre
el norte y el sur de España a través del oeste de la península.
Este
apoyo de la sociedad civil debería tenerlo en cuenta el gobierno en aras a que
exista un equilibrio entre las regiones de España. Aunque a la población extremeña,
le cueste salir a la calle.
No hay comentarios:
Publicar un comentario