viernes, 26 de agosto de 2022

 

PRECIOS DEL CAMPO A LA MESA

En relación con el proceso inflacionista al que estamos asistiendo y que en el mes de julio de este año se ha traducido en España en un incremento de precios del 10,8 % y una inflación subyacente del 6,1 %, uno se pregunta si alguien se está beneficiando de estos incrementos desorbitados de los precios, que hacen que nuestro país presente una inflación 2 puntos superior a la media de la UE.

Vamos a analizar el caso del sector agroalimentario, uno de los más importantes en el que los consumidores gastan buena parte de sus rentas y a fijarnos en los precios que perciben los agricultores y ganaderos en origen y los que cobran los puntos de venta a los consumidores.  Iremos de sorpresa en sorpresa.

Para ello he utilizado datos del mes de febrero de 2022, tratando de evitar el efecto de la guerra de Ucrania, a la que ahora se le achacan todos los males que nos acaecen por la alta inflación. Porque ha de recordarse que en febrero la inflación ya alcanzaba el 7,6 %.

Así según datos manejados por la organización agraria COAG, en el caso de las naranjas el incremento entre el precio percibido por el agricultor y el precio en supermercado fue del 875 %, en los limones un 830 %, en las mandarinas un 571 %, en los ajos un 754 %, en las patatas un 619 %, en las zanahorias un 588 %, en las cebollas un 532 % y un 462 % en el brócoli. En algunas verduras las diferencias son del 363 % en alcachofas, 360 % en acelgas, 241 % en berenjenas y 260 % en los calabacines.

En productos cárnicos la diferencia es del 408 % en la carne de cerdo, 309 % en la de ternera, 219 % en la de cordero y 167 % en la de pollo.

Como puede deducirse de las cifras anteriores son unos incrementos desmesurados e injustificados entre lo que percibe el productor agricultor o ganadero y lo que ha de pagar el consumidor en los puntos de venta. Alguien en la cadena alimentaria se está forrando y no es precisamente el productor.

Según el IPOD (Índice de Precios en Origen y Destino) de junio de 2022, que maneja la COAG, se tenían los siguientes datos de precios:

PRODUCTO

Ud = Kg

ORIGEN

€/Ud

DESTINO

€/Ud

INCREMEN

%

PRODUCTO

Ud=Kg

ORIGEN

€/Ud

DESTINO

€/Ud

INCREMEN

%

Aceituna mesa

1,39

5,48

294

Tomate ensalada

0,66

2,46

273

AOVE

3,38

5,11

51

Zanahoria

0,14

1,02

629

Acelga

0,64

2,66

316

Cereza

2,12

6,44

204

Ajo

0,7

5,94

749

Melocotón

0,8

3,33

216

Berenjena

0,38

1,89

397

Melón

0,47

1,87

296

Brócoli

0,48

2,67

456

Naranja

0,15

1,48

887

Calabacín

0,37

1,73

368

Plátano

0,99

3,35

238

Cebolla

0,33

1,51

358

Sandía

0,36

2,17

503

Lechuga

0,18

1,1

511

Ternera 1ª

4,96

 

246

Patata

0,2

1,35

575

Leche vaca

0,4

0,8

100

Pimiento Rojo

1,17

2,89

147

Cordero

3,75

 

248

Pimiento Verde

1,02

2,44

139

Cerdo

1,64

 

277

AOVE = Aceite de Oliva Virgen Extra.

Según este indicador, el IPOD medio de los productos agrícolas se sitúan en 4,6 veces de incremento entre origen y destino y en 2,79 veces el de los productos ganaderos.

Esta situación nos está indicando que la nueva Ley de la Cadena Alimentaria no funciona como estaba previsto. Los productores soportan un coste creciente de los insumos que han experimentado incrementos desmesurados, mientras que los precios percibidos no llegan a cubrir en muchos casos los costes de producción, mientras el consumidor está pagando precios desorbitados por los productos agrarios.

Algunos, y no son otros que los intermediarios y los vendedores finales, están haciendo su agosto. Como siempre ha ocurrido a través de la historia. Esta situación es muy difícil de superar y se viene produciendo desde tiempos inmemoriales.

Ya la describieron, con mucho gracejo, el grupo canario Los Sabandeños en su Polka Frutera, hace ya algunos años. Una de sus estrofas rezaba: “De quién es ese vapor, de quién es ese velero; pues son de un intermediario, en el negocio frutero”. Y terminaba: “Quiere darme cinco duros, para comer, caballero. ¿Y quién sois, vos? Yo soy un pobre del campo, agricultor platanero”.

Yo me pregunto ¿por qué la administración competente no lleva a cabo un estudio para ver cómo se incrementa el coste del productor al consumidor, quien genera estas plusvalías y quien se las apropia?

Para resolver esta situación, un camino interesante sería que las asociaciones de productores, empresas o cooperativas, vendan directamente a los consumidores, a través de distribuidores directos eludiendo la participación de los intermediarios. La venta “on line”, puede ser una solución practicada cada vez más, la cual ha de completarse con la apertura de puntos de venta directa al consumidor, que sean titularidad de las empresas o cooperativas agrarias.

Este camino no será fácil de recorrer ya que le pondrán todo tipo de trabas posible, pero entiendo que es el único, en mi opinión, que existe en la actualidad, por el que los productores y consumidores pueden beneficiarse mutuamente. La Ley de la Cadena Alimentaria, que es muy voluntarista no está cumpliendo la función encomendada. Y la inflación galopante en los productos alimentarios sigue ahí. Para desesperación de productores y consumidores y beneficio de unos cuantos que, además, son los que menos riesgos corren.

1 comentario:

  1. Esto se tiene q arreglar, y, de abajo a arriba. Es dificil, pues el Grupo Comprador tiene muchisimo poder. Pero no se puede esperar a q lo srregle el gobierno. Podria ser en akguna de las soluciines q planteas. Enhorabuena y gracias.

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