LOS
REGADÍOS Y LA SEQUÍA EN EXTREMADURA
Veníamos
advirtiendo del inicio de un ciclo de sequía que amenaza nuevamente a
Extremadura. No es la primera vez que esto ocurre. El clima extremeño es así y
con cierta frecuencia aparecen episodios de falta de agua. Recuerdo las sequías
de los años 1978, 1980 - 83, 1992 – 95, que ha sido la más grave que yo he conocido
y algunas otras en este siglo XXI. Llevamos algunos años de precipitaciones
inferiores a lo normal, lo que trae consigo que los embalses acumulen cada vez
menos agua.
La
situación en estos momentos es muy preocupante en lo que afecta a Extremadura,
especialmente en la cuenca del Guadiana, pero tampoco es muy halagüeño el nivel
de recursos hídricos embalsados en la cuenca del Tajo.
Las
Confederaciones Hidrográficas tienen vigentes Planes Especiales de Sequía (PES),
para intentar defendernos de estas situaciones de la mejor manera posible. Conforme
a lo indicado en los PES, existen dos calificaciones de sequía, la Sequía Prolongada
(SP), que define la sequía de carácter ambiental y está relacionada
exclusivamente con la disminución de las precipitaciones y de las aportaciones
en régimen natural. La otra es la Escasez (E) que introduce la problemática
temporal de atención a las demandas socioeconómicas establecidas en una zona. Dentro
esta última se definen los estados de Normalidad, Prealerta, Alerta y
Emergencia según las posibilidades de atender las demandas de los diferentes
usos socioeconómicos.
Con
fecha julio/agosto de 2022, la situación en Extremadura era la siguiente:
Guadiana:
8 unidades territoriales estaban en Sequía Prolongada y una sin ella. Respecto
a la Escasez 3 unidades estaban en Prealerta, dos en Alerta, dos en Emergencia
y cuatro en Normalidad.
Tajo:
respecto de la Sequía Prolongada no había ninguna unidad en este estado. En
cuanto a la Escasez 6 unidades estaban en normalidad y dos en Prealerta.
En
cuanto a volúmenes embalsados en el Guadiana, a fecha 15 de agosto en la zona
que afecta a Extremadura había embalsados 1.926,9 Hm3, el 23,7 % del máximo de
8.122,91 Hm3 que es su capacidad de embalse.
En
grandes números en el Guadiana extremeño son necesarios 2.330 Hm3 para atender
una campaña anual. Su distribución es la siguiente: para asegurar el riego se necesitan 1.150
hm3, para los caudales ecológicos 800 hm3, para dos años de abastecimiento
urbano 120 hm3, para los cultivos permanentes (frutales principalmente) 80 hm3
y en evaporación de los embalses 180 hm3.
Con
lo embalsado hasta mediados de agosto, no pueden cubrirse las necesidades totales
de la próxima campaña. Y ha de tenerse en cuenta que lo previsible es que hasta
el comienzo del año hidrológico las cantidades embalsadas sean aún menores.
En
el Tajo la situación es un poco mejor, pero los sistemas deficitarios con
carácter estructural del Tiétar y Árrago, tendrán problemas para el regadío la
próxima campaña y previsiblemente también puede haberlos en el Alagón.
Pero
la sequía solamente se solucionará si llueve. Y esto dependerá de la
meteorología exclusivamente. Confiemos en que el próximo año hidrológico que
comienza el primero de octubre sea lluvioso. Si no es así, la próxima campaña
de agua presentará grandes dificultades para todos los usos.
Cuando
hay situaciones de sequía aparecen los “listos” de siempre. Suelen ser
movimientos ecologistas, casi siempre mimados y subvencionados por los
gobiernos, que pretenden salvarnos de las penas del infierno. Y arremeten sin
piedad contra los regadíos, pues a su juicio son los causantes de la sequía. Cuando
la causa de la sequía es la ausencia de precipitaciones y no los regadíos. La
prueba es que en Galicia o en Europa norte y centro en donde ahora tampoco
llueve y casi no hay regadíos, también hay sequía.
Es
improcedente que altos directivos del Ministerio de Transición Ecológica, con
sus imprudentes declaraciones, culpen a los regadíos de la sequía. Esto denota
o bien mala fe y sectarismo ecologista en ellos o lo que es más grave aún: no
saben lo que tienen entre manos. Tal vez debieran considerar si los excesivos
caudales ecológicos introducidos con carácter preferente en la normativa, no
tienen algo que ver en las penurias que están pasando los regadíos.
Son
incapaces de reconocer el esfuerzo de los regantes para mejorar la eficiencia
en el uso del agua, que vienen realizando desde 1998 en los que se iniciaron
los procesos de modernización de los regadíos. Hoy día en Extremadura se riegan
por goteo el 57 % de nuestros regadíos (la media de España está alrededor del
52 %) lo que supone un sensible ahorro de agua.
En
Extremadura arremeten contra nuevos regadíos como el de Barros. Argumentan el
gasto de agua, cuando son los regadíos que menos agua unitaria utilizarán. Con
43 Hm3 se regarán más de 15.100 ha con una dotación de 2.375 m3/ha, ya que son
riegos de apoyo a cultivos leñosos como el olivar y el viñedo y a otros nuevos
que puedan instalarse como el pistacho o el almendro. Estos regadíos podrán ser
discutibles por su alta inversión, debido a su complejidad, aunque ese tema lo
deben decidir los regantes que la asumen, pero no por el volumen de agua que
van a consumir.
Estos
talibanes del medio ambiente, también se oponen a la construcción de nuevos
embalses, cuando por el tipo de clima que se da en Extremadura y en la mayor
parte de España, con una irregular distribución de las lluvias en el espacio y
en el tiempo se hacen indispensables para almacenar agua en los períodos
húmedos y utilizarla en los secos. Hace años que no se construyen nuevos
embalses en España, porque a los ecologistas no les gustan y en el Ministerio
competente en agua les hacen caso.
Si
no dispusiéramos de la red de embalses construida por los españoles a lo largo
del tiempo, y no por Franco como se dice por ahí, estas sequías que se producen
con alguna frecuencia, hace tiempo que habrían acabado con nuestro modo de
vida.
Solución:
que llueva en abundancia cuanto antes y entretanto ahorremos toda el agua que
podamos en todos los usos.
Me refresca la lectura de estos artículos, tan bien escritos, con una información clara y veraz. La definición de "talibanes del medio ambiente" la encuentro rigurosamente exacta, precisa. En definitiva son artículos en los que uno encuentra semillas de esperanza que, ojalá, encuentren su terreno nutricio en gentes del mismo talante como el del propio autor.
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