viernes, 9 de julio de 2021

 

IMPRUDENCIAS MINISTERIALES

Lo de este gobierno de coalición entre el sanchismo ¿dónde se fue el PSOE de la transición? y Podemos no es precisamente un ejemplo de coordinación en sus actuaciones. El consejo de ministros semeja una jaula de grillos. En él cada ministro va a su aire diciendo lo que le viene en gana de cara sus intereses electorales y a lo que quieren oír sus seguidores, como si fuera un activista en lugar de un administrador de los intereses generales de España. Se da una permanente descoordinación que se traduce en continuas rectificaciones y dimes y diretes lo que termina en una falta de credibilidad del mismo.

Podía pensarse que la cosa era exclusiva de los ministros de Podemos, pero no son sólo ellos los que imprudentemente se meten una y otra vez en charcos que minan la credibilidad de este gobierno que está bajo mínimos.

No voy a relatar todas las imprudencias cometidas por los ministros sino solamente algunas de las que afectan al sector agrario que parece ser que está en el punto de mira de este gobierno. No son conscientes de la importancia estratégica de este sector para la economía nacional. Son un conjunto de ministros urbanitas que, salvo alguna excepción, no tienen ni repajolera idea de lo que es el sector agrario y de su importancia, para la economía y la vida de los españoles.

La vicepresidenta cuarta y ministra de Transición Ecológica y el Reto Demográfico le tiene especial inquina al sector agrario.

La primera embestida, aunque esta afectara indirectamente al sector ha sido su política energética. Ha conseguido que tengamos los precios más altos tanto de la energía eléctrica como de los carburantes. El sector agrario está sufriendo elevados incrementos de precio de la energía que especialmente está afectando a los regadíos, que ven como día a día sus insumos energéticos crecen en coste mientras que los precios agrarios están estabilizados. Le obligan a modernizar sus regadíos para ahorrar agua, lo que supone un mayor uso de la energía y en pleno proceso de modernización del sector le ponen los precios de la energía por las nubes.

No contentos con lo anterior en los planes hidrológicos que el Ministerio ha redactado para el período 2022 – 2027 y que se encuentran en fase de exposición pública, hay una auténtica persecución a los regadíos españoles. Se elevan los caudales ecológicos lo que reducirá la garantía de las dotaciones de riego, se restringen las dotaciones a las zonas regables, aunque no se hayan modernizado todavía y se propone gravar con nuevos cánones ambientales el coste del agua lo que producirá el abandono de muchas explotaciones de riego por falta de rentabilidad. Parece que el Ministerio de marras está invadido por los ecologistas que lo único que les importa es el tema ambiental y a él subordinan todo lo demás incluidos los usos socioeconómicos como el regadío, lo que pondrá en riesgo nuestro abastecimiento alimentario.

A Luis Planas un ministro de Agricultura sensato, de quien dependen los regadíos, aunque no el agua, lo tienen relegado en un segundo término, fruto de la prepotencia de un ministerio sobre el otro.

En estos días el ministro de Consumo, Alberto Garzón, siguiendo la senda ecologista se ha sacado de la manga, sin contar con Luis Planas ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, competente en el sector ganadero y cárnico, una campaña sobre reducción del consumo de carne, en base a las emisiones de metano por los rumiantes y a las necesidades de agua para producir esa carne, que por otra parte es fuente de proteínas y de otros elementos necesarios en una alimentación equilibrada.

Usa los datos a su antojo, sin compararlos con las emisiones de otros sectores y sin matizar la procedencia del agua necesaria para producirlos. No es lo mismo el agua de lluvia, la denominada agua verde que constituye la mayor parte (90%) del agua necesaria para producir la carne, que el agua azul que correspondería al agua de riego, que sí podría ser objeto de discusión. Y no tiene en cuenta los esfuerzos investigadores para tratar de que nuevos tipos de alimentos del ganado reduzcan la emisión de metano.

Este hombre, urbanita del máximo nivel, no es consciente del daño que puede causar al sector ganadero primero y a la industria cárnica detrás. Varias organizaciones interprofesionales de la carne se han visto obligadas a remitir una carta abierta al ministro rebatiendo una tras otras sus equivocadas tesis y la bondad de sus datos.

Pedro Sánchez ha desautorizado de inmediato a su ministro, porque la indignación que ha levantado esta campaña en el sector agrario y en gran parte de la sociedad amenazaba con engullirlo a él por apoyarla.

Y para rematar, otra que tal baila, Yolanda Díaz, ministra de Trabajo, se presenta en Extremadura diciendo que el problema del campo español y del extremeño es la precariedad laboral. Su desconocimiento del sector es de tal magnitud que no es consciente ni de la importancia del mismo ni de su problemática. Que no es precisamente la precariedad laboral sino la falta de rentabilidad por la estabilización de los precios agrarios y el incremento acelerado del coste de los insumos para los agricultores y ganaderos.

Así que esto es lo que hay. A ver si en la que parece próxima crisis ministerial empiezan a salir de este gobierno este hatajo de imprudentes.

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