viernes, 19 de marzo de 2021

 

PLASENCIA EN DECLIVE: HAY QUE BUSCAR SOLUCIONES

Plasencia es la cuarta ciudad más poblada de Extremadura con casi 40.000 habitantes y la segunda en población de la provincia de Cáceres, por detrás de la capital.

Ocupa una posición geográfica privilegiada en la parte norte de Extremadura y está rodeada de comarcas bien provistas de recursos naturales: agua, agricultura y ganadería, bosques, paisajes bellísimos, zonas turísticas. Es la capital del hinterland formado por las comarcas de Campo Arañuelo, La Vera, el Valle del Jerte, el valle del Ambroz, los valles de Alagón y Árrago, la sierra de Gata y Hurdes.

Tuvo su oportunidad perdida para ser capital de provincia en la división provincial de Javier de Burgos en 1833, pero diversas circunstancias y el caciquismo reinante dieron al traste con aquella ilusión.

No obstante, se constituyó en el núcleo principal de población del norte de Cáceres, por su situación privilegiada en la intersección del eje Navalmoral - Coria (hoy recorrido por la autovía autonómica EX – A1, una excelente obre de la Junta de Extremadura) y la autovía nacional A 66, la Vía de la Plata que une el norte y sur de España.

Plasencia ha sufrido mucho la crisis iniciada en 2008 que afectó seriamente a la construcción, actividad de gran importancia en la ciudad, que es sede de empresas constructoras de primer nivel que trabajan en distintos lugares de España y que vieron reducida su actividad de un plumazo. De igual modo la crisis del Covid 19 también ha afectado seriamente al sector servicios ya que Plasencia es una de ciudad de servicios para las comarcas aledañas. Consecuencia: entre 2016 y 2020, la ciudad ha perdido alrededor de 800 habitantes.

Pero es preciso levantarse de la crisis y reinventar nuevas figuras aprovechando las nuevas circunstancias. La primera oportunidad es la próxima entrada en servicio de la alta velocidad ferroviaria extremeña. Plasencia ha de construir en la línea del AVE una nueva estación de pasajeros y mercancías con una plataforma logística anexa en la que se instalen industrias de diferente tipo y especialmente la agroalimentaria de transformación de sus recursos naturales, aprovechando las energías renovables de sus parques eólicos y fotovoltaicos próximos.

Esta estación intermodal serviría a Plasencia y también a ciudades como Coria o Moraleja y a las comarcas aledañas a Plasencia, en espera de una nueva reconstrucción de la línea férrea Ruta de la Plata, la cual sería el camino más corto de salida a Europa de los productos extremeños.

El hecho de que la nueva estación quede a una cierta distancia del centro de la ciudad (8-9 km) no debe ser obstáculo, si se dota de lanzaderas o autobuses de unión con el centro urbano pues además queda muy próxima a las autovías mencionadas. Eso ocurre en Tarragona por ejemplo cuya estación del AVE se encuentra a 12 km del centro urbano. Y no pasa nada.

Plasencia debe ser impulsada como el centro sanitario de referencia en el eje: Navalmoral – Plasencia – Coria actualmente muy bien comunicado por la autovía autonómica. Por eso su hospital debe ser ampliado en número de especialidades y dotado de carácter universitario y de formación de especialistas sanitarios.

Por otra parte, su Centro Universitario habría de ser potenciado, buscando alguna titulación nueva relacionada con las nuevas tecnologías y los procesos de digitalización que se abren en nuestra sociedad. En este sentido también la UNED, un centro que funciona en un buen nivel, debería ser potenciado con la creación de alguna nueva titulación abierta a las nuevas orientaciones tecnológicas.

Podría ser de interés el ubicar en la ciudad un centro universitario privado como es el ofrecido por la Universidad Católica de Ávila que sería un revulsivo para la ciudad.

Sería muy interesante la ubicación en la ciudad de un Centro de Investigación sobre el Agua, tanto en sus aspectos agrarios como urbanos, ligado al Centro Universitario y al Centro de Agricultura Ecológica y de Montaña.

Y exigir a la Junta de Extremadura que el Personero del Común (defensor del pueblo de Extremadura) tenga su sede en Plasencia tal y como dispone el estatuto de autonomía, dotándole de la infraestructura de medios materiales y personales necesaria.

En materia turística el área de Plasencia y sus comarcas ha de integrarse en el eje entre Madrid y Lisboa, un eje internacional que puede dar mucho juego, una vez se concluya la autovía autonómica EX – A1 hasta la frontera portuguesa en Monfortinho y de allí unirla con la autovía A23 en Castelo Branco, ya en tierras lusas.

Plasencia puede ser el centro de rutas turísticas muy diversas. Rutas de naturaleza como la del Parque Nacional de Monfragüe, muy cercano a la ciudad y con unos valores ambientales y ornitológicos muy destacados; Ruta del cerezo en flor y de paisajes variables de la primavera al otoño en los valles del Jerte, la Vera, Ambroz o Alagón; Ruta de las catedrales con destacada importancia de las de Coria y Plasencia; Ruta de los “cimborrios” que agrupa a las catedrales de Zamora, Salamanca y Plasencia; Rutas turísticas por la Sierra de Gata y Hurdes. Y otras más.

Los paradores nacionales de Plasencia y Jarandilla pueden jugar un importante papel en este desarrollo turístico y servir de lanzadera para una mejora en las condiciones de la hostelería del norte de Cáceres.

En resumen, estas y otras iniciativas han de ser puestas en marcha y apoyadas desde las administraciones públicas. Hay que impedir el declive de Plasencia. Para que la ciudad siga siendo agradable a Dios y a los hombres. Y centro de acogida y de prestación de servicios para todas las comarcas que la rodean.

 

 

 

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