VIEJOS
DE ESPAÑA: EL TRIAJE HA VUELTO
En
una entrada de este blog de hace unas semanas me preguntaba si dada la
evolución que llevaba la pandemia y el incremento de ingresos hospitalarios que
se estaba produciendo, volveríamos al despiadado “triaje” que se produjo en la
primera oleada y en el que los mayores no entraban en las UCIs porque no había
sitio, y se daba prioridad a la gente más joven.
Pues
bien parece que en esta tercera oleada ya ha comenzado el “triaje” de nuevo y
en las UCIs de los hospitales de Granada ya no ingresan los mayores de 80 años
porque no son viables. Esa es la denuncia efectuada por el presidente del
Sindicato Médico de Granada. Advierte de que se reducirá la edad de los que se
ingresan en UCI en función de la demanda que exista.
La
sanidad oficial granadina ha matizado diciendo “que se siguen criterios de
viabilidad de los pacientes y sus patologías previas” que en el fondo es lo
mismo que denuncia el presidente del Sindicato Médico granadino. Que el triaje
ha vuelto y a los viejos se los deja a su suerte.
Me
malicio que esta misma situación se dará en otras ciudades y hospitales, pero
no ha trascendido a los medios de comunicación.
Casi
un año después, los mayores vuelven a estar en almoneda y su vida vale muy
poco. Eso sí pagan los mismos impuestos que el resto de los españoles. Pero al
parecer no tienen derecho a recibir el mismo trato. Una cosa vergonzosa.
Y
es que desde que empezó la pandemia no hemos aprendido prácticamente nada. Y
por supuesto no culpo al estamento sanitario, el único que ha aprendido algo, que
está haciendo lo posible y lo imposible y dejándose la piel y la vida para atender
a los enfermos. Del triaje no tienen culpa los médicos ni el personal
sanitario. Tienen que llevarlo a cabo porque no hay sitio material para atender
a los enfermos con las UCIs llenas hasta las trancas. Nos advirtieron con
tiempo de lo que se nos podría venir encima antes de la segunda oleada y de las
Navidades. Pero estos políticos que nos mal gobiernan pasan de ellos.
Claro
que como en junio ya “habíamos vencido al virus” y “salíamos más fuertes” los
políticos y su inexistente comité de expertos se echaron a la bartola y se
olvidaron de la pandemia, para centrarse en el veraneo y en la memoria
histórica que, al parecer es lo importante ahora. Quitar cruces que se pusieron
hace 80 años y de cuya simbología los españoles nos habíamos olvidado, parece ser
que es lo que resolverá todos los problemas de la nación, incluida la crisis de
la pandemia, las colas en Cáritas y Cruz Roja en demanda de alimentos por parte
de miles de familias llevadas a la exclusión por la crisis, los Ertes, el paro
galopante que nos agobia y las tribulaciones que están pasando los empresarios
titulares de los miles de pequeñas y medianas empresas que están cerrando.
En
lugar de aprovechar la tregua que nos dio el virus este verano y mejorar los
hospitales aumentando las camas UCIs, buscando colaboración con la sanidad
privada para utilizar sus instalaciones redactando los oportunos protocolos de
actuación, se dedicaron al veraneo sin pensar que podían venir otras oleadas de
ataque del SARS – Cov - 2, como así ha sido. Y eso que el estamento sanitario
había advertido de posibles nuevas infecciones masivas del virus.
Se
siguen manteniendo 22 ministerios y vicepresidencias para colocar a los colegas
podemitas con el fin de asegurar los 35 votos correspondientes. De esta maraña
ministerial sobran la mitad de los ministerios y dos o tres vicepresidencias.
Los ministerios y la vicepresidencia podemita no cumplen función alguna y se
dedican a colocar asesores a manta y a gastar en estupideces a cuál mayor, al
marketing y a la propaganda y también a la intriga palaciega y mediática. Su
objetivo es cargarse las principales instituciones como la monarquía o el poder
judicial, para llevarse por delante la modélica transición que culminó en la
Constitución de 1978 que supuso la reconciliación entre españoles que ahora
vuelven a estar enfrentados.
Todo
ese gasto superfluo se debería haber dedicado a reforzar nuestro sistema
sanitario público, de modo que se hubieran mejorado los medios existentes y se
hubiera contratado más personal para reforzar a unas plantillas que están
agotadas física y psicológicamente y un gran número de ellos atacados por el
virus.
La
única dirigente que se le ocurre levantar en tiempo récord un hospital de
pandemias, que está cumpliendo una estupenda función ante las nuevas oleadas
del virus, recibe críticas inmisericordes, de aquellos que en su ineptitud no
han sido capaces de mover un dedo ni de invertir un euro para mejorar las
condiciones sanitarias de su competencia. Y además se producen sabotajes en este
hospital que ponen en peligro la vida de los enfermos. Los que los llevan a
cabo o los justifican y fomentan son unos miserables y unos canallas.
Y
todo esto ante la mirada inane de un gobierno central que ha abdicado de tener
responsabilidad alguna ni de ejercer el liderazgo en la lucha conta la
pandemia. La responsabilidad la han trasladado hábilmente a las comunidades
autónomas ya que tienen transferidas las competencias en materia sanitarias. Las
vacunas son cosa de la UE y no de ellos y si hay problemas de abastecimiento se
llaman a andana. Me pregunto qué pito toca el gobierno nacional en todo este
asunto.
Las
consecuencias las vuelven a pagar los viejos. Los que levantaron España con su
trabajo en la dictadura y trajeron el estado del bienestar. Les pagan todos sus
esfuerzos con el triaje. Claro que como se sacrificaron tanto, harán un
sacrificio más: morirse. De vergüenza.
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