¡ HA
LLOVIDO Y HABRÁ RIEGO ¡
Hasta
que llegó la borrasca Filomena con sus importantes nevadas, la cosa del agua
pintaba mal en Extremadura, Al menos en la cuenca del Guadiana. En las zonas
regables de esta cuenca había inquietud ante la falta de recursos hídricos en
sus embalses que no aseguraban la garantía para poder regar la totalidad de la
superficie en la campaña del 2021. Los regantes recordaban períodos de sequía
vividos anteriormente y especialmente el del cuatrienio 1992 - 95 cuando hubo
que dejar sin riego extensas superficies. En el Tajo la cosa estaba bastante
mejor y el riego para la actual campaña podía considerarse asegurado.
Afortunadamente
el tren de borrascas que ha seguido a Filomena, una de las siguientes ha sido
nombrada como Lola, ha incrementado notablemente el volumen de agua acumulado
en nuestros embalses. Así que entre Filomena y Lola nos van a arreglar la
campaña de riegos. Los regantes están llenos de alegría porque suben los
embalses y no parece que tendrán que pasar penurias esta campaña. Aunque
todavía no está la cosa rematada. Pero casi.
A
fecha 25 de enero y según datos de la Confederación del Guadiana había agua
embalsada para atender el 75 % de la superficie regable. Se tenían 890 Hm3
embalsados útiles para atender el consumo de la superficie de riego (1000 Hm3)
y la evaporación (200 Hm3). Hablamos de grandes números.
Como
desde entonces ha seguido lloviendo los embalses han continuado acumulando agua
y la situación hoy día es mucho menos agobiante.
Concretamente
a día 22 de febrero, en la cuenca del Guadiana, el agua acumulada útil (1.224,97
Hm3) podía atender al 102 % de la superficie regable, o mejor al 102 % del
consumo de riego en un año normal. Prácticamente la campaña de riegos también
está asegurada en el Guadiana. En principio podrá regarse esta campaña sin
limitaciones de importancia. Aunque sólo hay agua para esta próxima campaña de
riegos.
Pero
los usuarios del agua no debemos confiarnos. El cambio climático, según los
expertos, se caracterizará por un incremento de los fenómenos extremos: lluvias
torrenciales y sequías. Y habrá que acostumbrarse a ellos. Y tomar medidas de
adaptación a los efectos de este cambio climático. Sobre todo, hacer un uso más
eficiente del agua de la que dispongamos.
Durante
el Foro del Regadío de Agroexpo 2021, que tiene su sede en Don Benito, la
ciudad capital del regadío de Extremadura. y que se celebró telemáticamente por
causa de la pandemia, tuve la oportunidad de exponer una ponencia que trataba
de la postura de los regantes frente a los planes hidrológicos que se
redactarán en breve una vez confeccionados los Esquemas de Temas Importantes
(ETIs) que es el paso previo a su redacción.
Destacaba
en ella que estos ETIs que son el guion de los futuros planes hidrológicos para
el período 2021 – 2027, se redactan en base a lo dispuesto en la Directiva
Marco del Agua (DMA), dándose prioridad a la consecución de los objetivos
medioambientales (alcanzar el buen estado de las masas de agua) posponiendo
frente a ellos el alcanzar la satisfacción de las demandas de los usos
económicos del agua: p.e. el regadío.
El
próximo (2021 – 2027) es el tercer ciclo de planificación. En los anteriores
planes tanto el número de medidas de los programas como las inversiones a
realizar se han inclinado prioritariamente del lado de los objetivos
ambientales, dejando la satisfacción de las demandas en un segundo término.
La
consecuencia es que, en la cuenca del Tajo, se mantienen cuatro sistemas
deficitarios: Henares, Alberche, Tiétar y Árrago, estos dos últimos situados en
Extremadura. Los planes hidrológicos no parece que vayan a dar solución a estos
sistemas, a tenor de lo que se establece en el Esquema de Temas Importantes. Y estos
sistemas de explotación seguirán penando sin tener asegurada la garantía del
riego. Para quitar hierro al asunto ahora los califican como “sistemas
comprometidos” que suena menos duro que sistemas deficitarios que es lo que
realmente son. Pero el uso de eufemismos es muy dado en nuestra administración
para tratar de ocultar la realidad de las cosas.
Entretanto,
y dado el contenido del ETI no se prevé en la cuenca del Tajo ni una sola obra
nueva para aumentar la capacidad de regulación de la cuenca, especialmente de
cara a resolver los sistemas deficitarios antedichos, que llevan años en esta
situación. Y también para laminar posibles avenidas y asegurar los caudales
ecológicos para mejorar el estado de las masas de agua.
Pues
bien, a pesar de que existen sistemas deficitarios en la cuenca del Tajo, se
sigue trasvasando agua por el trasvase Tajo – Segura. La ley del Plan
Hidrológico Nacional establece que una cuenca sólo puede trasvasar recursos
excedentarios. Que no parece ser el caso del Tajo. Pero, ahí siguen soltando
agua a Levante y Murcia desde hace más de 40 años. Castilla la Mancha suele
recurrir los trasvases, sin éxito alguno. La Junta de Extremadura no mueve un
solo músculo y aguanta impertérrita, el expolio. Eso sí supongo que recogerá
con gran satisfacción las migajas que los regantes levantinos le transfieren
por llevarse el agua.
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