viernes, 26 de febrero de 2021

 

¡ HA LLOVIDO Y HABRÁ RIEGO ¡

Hasta que llegó la borrasca Filomena con sus importantes nevadas, la cosa del agua pintaba mal en Extremadura, Al menos en la cuenca del Guadiana. En las zonas regables de esta cuenca había inquietud ante la falta de recursos hídricos en sus embalses que no aseguraban la garantía para poder regar la totalidad de la superficie en la campaña del 2021. Los regantes recordaban períodos de sequía vividos anteriormente y especialmente el del cuatrienio 1992 - 95 cuando hubo que dejar sin riego extensas superficies. En el Tajo la cosa estaba bastante mejor y el riego para la actual campaña podía considerarse asegurado.

Afortunadamente el tren de borrascas que ha seguido a Filomena, una de las siguientes ha sido nombrada como Lola, ha incrementado notablemente el volumen de agua acumulado en nuestros embalses. Así que entre Filomena y Lola nos van a arreglar la campaña de riegos. Los regantes están llenos de alegría porque suben los embalses y no parece que tendrán que pasar penurias esta campaña. Aunque todavía no está la cosa rematada. Pero casi.

A fecha 25 de enero y según datos de la Confederación del Guadiana había agua embalsada para atender el 75 % de la superficie regable. Se tenían 890 Hm3 embalsados útiles para atender el consumo de la superficie de riego (1000 Hm3) y la evaporación (200 Hm3). Hablamos de grandes números.

Como desde entonces ha seguido lloviendo los embalses han continuado acumulando agua y la situación hoy día es mucho menos agobiante.

Concretamente a día 22 de febrero, en la cuenca del Guadiana, el agua acumulada útil (1.224,97 Hm3) podía atender al 102 % de la superficie regable, o mejor al 102 % del consumo de riego en un año normal. Prácticamente la campaña de riegos también está asegurada en el Guadiana. En principio podrá regarse esta campaña sin limitaciones de importancia. Aunque sólo hay agua para esta próxima campaña de riegos.

Pero los usuarios del agua no debemos confiarnos. El cambio climático, según los expertos, se caracterizará por un incremento de los fenómenos extremos: lluvias torrenciales y sequías. Y habrá que acostumbrarse a ellos. Y tomar medidas de adaptación a los efectos de este cambio climático. Sobre todo, hacer un uso más eficiente del agua de la que dispongamos.

Durante el Foro del Regadío de Agroexpo 2021, que tiene su sede en Don Benito, la ciudad capital del regadío de Extremadura. y que se celebró telemáticamente por causa de la pandemia, tuve la oportunidad de exponer una ponencia que trataba de la postura de los regantes frente a los planes hidrológicos que se redactarán en breve una vez confeccionados los Esquemas de Temas Importantes (ETIs) que es el paso previo a su redacción.

Destacaba en ella que estos ETIs que son el guion de los futuros planes hidrológicos   para el período 2021 – 2027, se redactan en base a lo dispuesto en la Directiva Marco del Agua (DMA), dándose prioridad a la consecución de los objetivos medioambientales (alcanzar el buen estado de las masas de agua) posponiendo frente a ellos el alcanzar la satisfacción de las demandas de los usos económicos del agua: p.e. el regadío.

El próximo (2021 – 2027) es el tercer ciclo de planificación. En los anteriores planes tanto el número de medidas de los programas como las inversiones a realizar se han inclinado prioritariamente del lado de los objetivos ambientales, dejando la satisfacción de las demandas en un segundo término.

La consecuencia es que, en la cuenca del Tajo, se mantienen cuatro sistemas deficitarios: Henares, Alberche, Tiétar y Árrago, estos dos últimos situados en Extremadura. Los planes hidrológicos no parece que vayan a dar solución a estos sistemas, a tenor de lo que se establece en el Esquema de Temas Importantes. Y estos sistemas de explotación seguirán penando sin tener asegurada la garantía del riego. Para quitar hierro al asunto ahora los califican como “sistemas comprometidos” que suena menos duro que sistemas deficitarios que es lo que realmente son. Pero el uso de eufemismos es muy dado en nuestra administración para tratar de ocultar la realidad de las cosas.

Entretanto, y dado el contenido del ETI no se prevé en la cuenca del Tajo ni una sola obra nueva para aumentar la capacidad de regulación de la cuenca, especialmente de cara a resolver los sistemas deficitarios antedichos, que llevan años en esta situación. Y también para laminar posibles avenidas y asegurar los caudales ecológicos para mejorar el estado de las masas de agua.

Pues bien, a pesar de que existen sistemas deficitarios en la cuenca del Tajo, se sigue trasvasando agua por el trasvase Tajo – Segura. La ley del Plan Hidrológico Nacional establece que una cuenca sólo puede trasvasar recursos excedentarios. Que no parece ser el caso del Tajo. Pero, ahí siguen soltando agua a Levante y Murcia desde hace más de 40 años. Castilla la Mancha suele recurrir los trasvases, sin éxito alguno. La Junta de Extremadura no mueve un solo músculo y aguanta impertérrita, el expolio. Eso sí supongo que recogerá con gran satisfacción las migajas que los regantes levantinos le transfieren por llevarse el agua.

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