viernes, 20 de diciembre de 2019


CUMBRE CLIMÁTICA: PATADA A SEGUIR

En el rugby se practica una jugada que es conocida como “patada a seguir”. Consiste en que alguno de los zagueros u otro jugador despejan el elipsoide (balón oval de rugby) para ganar metros o seguir jugando.

Pues bien en la COP25 (25 Conferencia de las Partes) o Cumbre del Clima presidida por Chile y celebrada recientemente en Madrid, la maratoniana reunión ha terminado como en el rugby. Patada a seguir hasta el año 2020 en el que se celebrará una nueva cumbre en Glasgow. Así se gana tiempo. Y seguimos como estábamos.

Tras mucha parafernalia, postureo y exageraciones de todo tipo sin una base científica independiente y sólida, la Cumbre Climática ha terminado mal por no decir que peor. El evento que debía finalizar un viernes con los acuerdos firmados, se ha prolongado hasta el domingo, para consensuar un documento de mínimos, pero que muy de mínimos.

El resumen del mismo es que todo se deja para 2020 en Glasgow y ya se verá entonces lo que se hace. Allí de dictaminará si se cumple el Acuerdo de París y en qué términos.

Uno de los prolegómenos del certamen fue el publicitado viajecito de la niña Greta Thunberg, aireado “urbi et orbi”, a causa de que lo realizaba en un catamarán de propulsión a vela y por tanto no contaminante. Expertos en náutica aseguran que es imposible cruzar el Atlántico en un catamarán sólo con la propulsión de sus velas, en el tiempo que ha tardado la joven activista en realizar el desplazamiento. Así que la travesía se ha debido de hacer impulsando el barco por los dos potentes motores Volvo de los que dispone y contaminando lo suyo. Pelillos a la mar.

Luego la comedia ha seguido con el viaje ferroviario de la chica desde Lisboa a Madrid, llevado a cabo a bordo de un tren contaminante: el Lusitania que discurre por Salamanca ahora y que hasta hace poco lo hacía por mi tierra extremeña. La Junta de Extremadura ofreció a la niña costearle un coche eléctrico para su viaje desde la capital lusa a la española pasando por Extremadura, claro está. Ni caso. Ni coche eléctrico, ni paseo por Extremadura. Nuestro gozo en un pozo. Alguien se tenía que haber pensado más detenidamente el ofrecimiento. Pero aquí en nuestra tierra nunca pasa nada. Nadie es responsable de nada.

La Cumbre Climática ha transcurrido con reuniones y más reuniones, conferencias y más conferencias, consignas y más consignas y refrigerios y más refrigerios. Se han distinguido como adalides del cambio climático aquellos que más han contribuido a la situación actual del clima. Las petroleras que siguen contaminando con el comercio de sus combustibles fósiles y las compañías eléctricas que se han forrado con sus centrales térmicas y de carbón, se han puesto al frente de la manifestación. Cinismo de altura. Todas ellas pretenden seguir enriqueciéndose, esta vez con las energías renovables en donde han visto un nuevo chollo. Y ya están en ello. Pero no deberían tomarnos el pelo y considerar que somos medio tontitos.

Y eso que a nivel de empresas y de la sociedad civil parece que va tomando cuerpo el hecho de que, independientemente del origen y causas del cambio climático sobre el que hay controversias al respecto, hay que hacer algo para que nuestro planeta sea más limpio y no destrocemos sus recursos naturales que son limitados. En este sentido puede que la Cumbre Climática haya sido un toque de atención para empezar a tomar medidas. Se pueden hacer muchas cosas para mejorar la situación Y hay que ponerse a ello.

Me sorprende bastante - es posible que se haya tratado en algún nivel, aunque yo no le he visto de forma destacada - que nadie hable de la población creciente que habita nuestro planeta y que necesita consumir un volumen cada vez mayor de recursos naturales. Según estimaciones de la ONU, actualmente habitan la Tierra 7.500 Millones de seres humanos. En 2050 serán unos 10.000 Millones.  

Sería conveniente controlar el número de habitantes del planeta. Cuantos más pobladores haya, más recursos serán necesarios para alimentarles, darles de beber, sanear las aguas residuales, atender a sus necesidades de vestido, vivienda, transporte, comunicaciones…etc. Y todo esto exigirá recursos naturales adicionales cada vez en mayor cantidad. Y contando con que las tecnologías de reciclado mejoren la situación. Pero la población terrestre ha de tener un límite. Y deberíamos reflexionar sobre este tema seriamente. Y establecer qué número de habitantes en la tierra no debe sobrepasarse para que el planeta sea sostenible.

Extraigo una conclusión final de esta Cumbre Climática. En el supuesto de que el cambio climático se deba exclusivamente a la acción antrópica, cuestión que suscita dudas, la lucha contra el cambio climático o la llevan a cabo todos los países al unísono o no valdrá para nada o para muy poco, si sólo algunos de ellos se comprometen. Si Estados Unidos, China, India y Brasil (que ellos solos emiten más del 52 % del total) no se ponen al frente de las reducciones de emisiones de GEIs como países más contaminantes, el esfuerzo del resto será baldío a pesar de los bríos de la UE. Y en la COP25 estos países más contaminantes o se han mantenido al margen o no se han entregado a la causa tomando medidas serias para resolver el problema.

Así que seguimos donde estábamos más o menos. El balance final es que esta Cumbre Climática, publicitada por nuestro gobierno en funciones a bombo y platillo ha servido para poco. Sólo como en el rugby: patada a seguir hasta Glasgow. Y allí ya veremos qué pasa.

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