A LA DERIVA
Me
pareció un acierto la postura adoptada por el PSOE de Felipe González en la
transición española iniciada con la Constitución de 1978. Optó por la
reconciliación nacional, tras los avatares acontecidos en la guerra civil y en
los casi 40 años posteriores de dictadura franquista.
Desde
una posición pragmática de gran inteligencia los socialistas optaron por mirar
hacia adelante y encarar el futuro en base a una libertad sin ira. Era lo
procedente si se quería olvidar un pasado de revolución antidemocrática de
izquierdas y alzamiento de militares rebeldes ante el caos existente que dio
lugar a la guerra civil. Allí hubo culpables en los dos lados no sólo en el
franquismo como se pretende hacer ver ahora.
De
ello eran conscientes los dirigentes del PSOE en la transición y por eso
eligieron una vía de reconciliación pacífica mirando a un futuro de progreso
para España, cosa que se conseguiría a la postre.
Los
españoles reconocieron esta inteligente postura y dieron su confianza a los
socialistas de entonces permitiéndoles gobernar durante varias legislaturas.
Con algunos errores y bastantes aciertos y en alternancia con gobiernos de
centro y de derecha otorgaron a España un período de bonanza económica y
social. Se destruiría el camino emprendido en 1978 con la tremenda crisis
económica que se inició en 2007 y que ha causado daños irreparables en muchas
capas sociales españolas y ha traído consigo la aparición en el panorama
político de fuerzas populistas de corte radical de izquierdas financiadas desde
el exterior.
La
Ley de Memoria Histórica de Zapatero, es posible que sin pretenderlo, abrió de
nuevo antiguas heridas, que parecían cerradas. Sólo tenía en mi opinión un
aspecto positivo: con financiación estatal se debería haber acometido la
recuperación de los restos de las víctimas (de los dos bandos) enterradas en
fosas comunes, tapias de cementerios o cunetas de carreteras para entregarlos a
sus familias a fin de darles una digna sepultura. Eso era justo y los populares
no estuvieron por la labor en las etapas del gobierno de Rajoy. Un gran error.
La
llegada de Pedro Sánchez con su equipo, en el que curiosamente hay pocos o
ningún componente que vivieran la guerra civil y ni siquiera la inmediata
posguerra, ha supuesto un nuevo enfoque de la Ley de Memoria Histórica. Pretenden
llevar a cabo una revisión interesada de la historia para concluir que los
republicanos de izquierda, anarquistas y comunistas eran los buenos y las
derechas y los militares que se levantaron contra la barbarie consentida por
los gobiernos de la II República y que vencieron en la contienda eran los
malos.
En
resumen quieren volver a las dos Españas de Antonio Machado. Mal asunto para el
presidente del Gobierno si se presume de ser un estadista. Debería pararse a
pensar por qué el régimen franquista fue reconocido por la práctica totalidad
de los países integrados en la ONU.
La
historia no va a permitir la falacia de pretender reescribirla. Hay un montón
de historiadores imparciales que ya se han pronunciado sobre la guerra civil y
han dejado las cosas bastante claras. Culpas en los dos bandos y desmanes en
igual forma. Las guerras civiles y sus consecuencias posteriores son así. Una
desgracia para todos.
La
forma legítima pero anómala en que el nuevo PSOE ha accedido al poder ha supuesto
el pacto con fuerzas de izquierda radical y con separatistas que buscan la
ruptura de la unidad de España y que han impuesto a Pedro Sánchez sus
condiciones para apoyarle. Y éste las está cumpliendo a rajatabla.
Las
acciones que está llevando a cabo el gobierno de España del nuevo PSOE era
difícil de imaginar que se produjeran. Pero están superando todo lo previsible.
El
PSOE ha pasado de ser un partido constitucionalista, defensor de la unidad de
España como había sido hasta ahora, a un nuevo PSOE guerracivilista y que apoya
las actuaciones de los golpistas catalanes para romper España - ya hay tres o
cuatro ministros y la delegada del gobierno en Cataluña que anuncian indulto y
eso que todavía no hay sentencia - y si esto continúa así también darán su
apoyo a futuros golpistas vascos.
Alguien
con prestigio y ascendiente dentro del partido debería levantar la voz para
advertir a directivos, militantes y simpatizantes sobre la deriva que lleva el
actual gobierno del nuevo PSOE y que le ha hecho perder el norte. Este partido
otrora socialdemócrata y de centro izquierda, defensor de la unidad territorial
de España, que velaba por las clases medias y trabajadoras, las cuales le
recompensaban con su voto, está deviniendo en un partido echado en brazos de
Podemos y socio de golpistas y separatistas, al que no se le reconoce,
prisionero de las exigencias de aquellos que le mantienen en un poder inestable
que no ha ganado en las urnas.
La
solución pasa por unas elecciones cuanto antes. Han de hablar los ciudadanos.
Si estos están de acuerdo con la política que está siguiendo el partido
volverán a dar el triunfo a los socialistas. Por eso no hay que tener miedo a
las urnas. Son las que confirman si estás en el camino correcto o has cogido
una senda equivocada. Por eso hay que convocar elecciones cuanto antes. Veremos
si es así.
Jamás
pensé que escribiría una entrada en mi blog con este contenido. Pero lo que
está ocurriendo con el gobierno del PSOE de Pedro Sánchez me ha obligado a
ello. Y bien que lo siento. Sobre todo por muchos buenos amigos socialistas que
tengo y que espero no se molestarán si leen estos comentarios.
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