viernes, 12 de octubre de 2018


A LA DERIVA

Me pareció un acierto la postura adoptada por el PSOE de Felipe González en la transición española iniciada con la Constitución de 1978. Optó por la reconciliación nacional, tras los avatares acontecidos en la guerra civil y en los casi 40 años posteriores de dictadura franquista.

Desde una posición pragmática de gran inteligencia los socialistas optaron por mirar hacia adelante y encarar el futuro en base a una libertad sin ira. Era lo procedente si se quería olvidar un pasado de revolución antidemocrática de izquierdas y alzamiento de militares rebeldes ante el caos existente que dio lugar a la guerra civil. Allí hubo culpables en los dos lados no sólo en el franquismo como se pretende hacer ver ahora.

De ello eran conscientes los dirigentes del PSOE en la transición y por eso eligieron una vía de reconciliación pacífica mirando a un futuro de progreso para España, cosa que se conseguiría a la postre.

Los españoles reconocieron esta inteligente postura y dieron su confianza a los socialistas de entonces permitiéndoles gobernar durante varias legislaturas. Con algunos errores y bastantes aciertos y en alternancia con gobiernos de centro y de derecha otorgaron a España un período de bonanza económica y social. Se destruiría el camino emprendido en 1978 con la tremenda crisis económica que se inició en 2007 y que ha causado daños irreparables en muchas capas sociales españolas y ha traído consigo la aparición en el panorama político de fuerzas populistas de corte radical de izquierdas financiadas desde el exterior.

La Ley de Memoria Histórica de Zapatero, es posible que sin pretenderlo, abrió de nuevo antiguas heridas, que parecían cerradas. Sólo tenía en mi opinión un aspecto positivo: con financiación estatal se debería haber acometido la recuperación de los restos de las víctimas (de los dos bandos) enterradas en fosas comunes, tapias de cementerios o cunetas de carreteras para entregarlos a sus familias a fin de darles una digna sepultura. Eso era justo y los populares no estuvieron por la labor en las etapas del gobierno de Rajoy. Un gran error.

La llegada de Pedro Sánchez con su equipo, en el que curiosamente hay pocos o ningún componente que vivieran la guerra civil y ni siquiera la inmediata posguerra, ha supuesto un nuevo enfoque de la Ley de Memoria Histórica. Pretenden llevar a cabo una revisión interesada de la historia para concluir que los republicanos de izquierda, anarquistas y comunistas eran los buenos y las derechas y los militares que se levantaron contra la barbarie consentida por los gobiernos de la II República y que vencieron en la contienda eran los malos.

En resumen quieren volver a las dos Españas de Antonio Machado. Mal asunto para el presidente del Gobierno si se presume de ser un estadista. Debería pararse a pensar por qué el régimen franquista fue reconocido por la práctica totalidad de los países integrados en la ONU.

La historia no va a permitir la falacia de pretender reescribirla. Hay un montón de historiadores imparciales que ya se han pronunciado sobre la guerra civil y han dejado las cosas bastante claras. Culpas en los dos bandos y desmanes en igual forma. Las guerras civiles y sus consecuencias posteriores son así. Una desgracia para todos.

La forma legítima pero anómala en que el nuevo PSOE ha accedido al poder ha supuesto el pacto con fuerzas de izquierda radical y con separatistas que buscan la ruptura de la unidad de España y que han impuesto a Pedro Sánchez sus condiciones para apoyarle. Y éste las está cumpliendo a rajatabla.

Las acciones que está llevando a cabo el gobierno de España del nuevo PSOE era difícil de imaginar que se produjeran. Pero están superando todo lo previsible.

El PSOE ha pasado de ser un partido constitucionalista, defensor de la unidad de España como había sido hasta ahora, a un nuevo PSOE guerracivilista y que apoya las actuaciones de los golpistas catalanes para romper España - ya hay tres o cuatro ministros y la delegada del gobierno en Cataluña que anuncian indulto y eso que todavía no hay sentencia - y si esto continúa así también darán su apoyo a futuros golpistas vascos.

Alguien con prestigio y ascendiente dentro del partido debería levantar la voz para advertir a directivos, militantes y simpatizantes sobre la deriva que lleva el actual gobierno del nuevo PSOE y que le ha hecho perder el norte. Este partido otrora socialdemócrata y de centro izquierda, defensor de la unidad territorial de España, que velaba por las clases medias y trabajadoras, las cuales le recompensaban con su voto, está deviniendo en un partido echado en brazos de Podemos y socio de golpistas y separatistas, al que no se le reconoce, prisionero de las exigencias de aquellos que le mantienen en un poder inestable que no ha ganado en las urnas.

La solución pasa por unas elecciones cuanto antes. Han de hablar los ciudadanos. Si estos están de acuerdo con la política que está siguiendo el partido volverán a dar el triunfo a los socialistas. Por eso no hay que tener miedo a las urnas. Son las que confirman si estás en el camino correcto o has cogido una senda equivocada. Por eso hay que convocar elecciones cuanto antes. Veremos si es así.

Jamás pensé que escribiría una entrada en mi blog con este contenido. Pero lo que está ocurriendo con el gobierno del PSOE de Pedro Sánchez me ha obligado a ello. Y bien que lo siento. Sobre todo por muchos buenos amigos socialistas que tengo y que espero no se molestarán si leen estos comentarios. 


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