viernes, 17 de agosto de 2018


CARRETERAS DEGRADADAS

La red de carreteras españolas presenta un lamentable estado en muchos de sus tramos. Esta situación es consecuencia de la drástica reducción de inversiones en conservación de estas infraestructuras que se ha venido produciendo en el marco de la crisis económica en la que estamos inmersos desde hace unos 10 años.

La resultante de las reducidas inversiones que en materia de conservación se están llevando a cabo en nuestras carreteras es la de que su estado vaya siendo cada día que pasa más lastimoso, rozando en algunos casos la peligrosidad.

La realidad a día de hoy es que cada vez con mayor frecuencia vemos tramos de nuestra red viaria en los que el estado del firme y la baja calidad de la señalización tanto horizontal como vertical ponen en peligro la seguridad vial de la misma. Nuestras carreteras y autovías se deterioran a ojos vistas día tras día, sin que se atisben visos de que las administraciones titulares de ellas tengan intención de tomar medidas serias que atenúen dicha degradación.

Suelo utilizar con cierta frecuencia dos autovías que son de relativamente reciente construcción. Se trata de la A 66 entre Cáceres y Sevilla y la A 49 entre Sevilla y la salida Lepe Oeste (km 117) de la misma.

Hay tramos en estas dos importantes infraestructuras, las cuales soportan una alta densidad de tráfico, que se encuentran en un estado de auténtico peligro para la circulación. En alguno de ellos como en la autovía A 66 la única medida adoptada ha sido limitar la velocidad a 100 km/h poniendo indicadores de Firme en mal estado o Pavimento ondulado. La situación en estos tramos es sencillamente desastrosa e impresentable en un país desarrollado.

En otros casos en los que existe una degradación del firme evidente: baches, fisuras, pavimento cuarteado, ni siquiera se limita la velocidad, cuando hay un riesgo meridiano de que puedan producirse accidentes por causa del estado del firme. En la autovía A 49 hay varias partes de la misma cuyo estado es simplemente indecoroso y peligroso al máximo. Se limitan a poner algunas señales de badén y sanseacabó.

Entre el desvío de la H 31 y la salida Lepe Oeste (km 117) el estado de la autovía A 49 es sencillamente lamentable.

Ante la situación existente estimo que si se producen accidentes va a haber reclamaciones de culpabilidad de los mismos a la administración titular de la vía, debido al estado de estas autovías cuyo firme se encuentre en un grado de deterioro muy importante.

Como es sabido la seguridad vial es la consecuencia de la interacción de tres factores fundamentales: la conducción, el estado de los vehículos y el nivel de calidad de la infraestructura viaria. Estos tres factores han de estar en las mejores condiciones para conseguir que la seguridad vial alcance límites aceptables y, en consecuencia, se reduzca el número de accidentes y como corolario el número de víctimas.

La malhadada crisis ha influido negativamente sobre estos tres factores. Los conductores mantienen cierto nivel de alteración en sus comportamientos que bien puede achacarse a la crisis y al nivel de intranquilidad que por diversas razones ha podido producir en ellos. Los positivos en alcohol y drogas crecen por momentos.

El parque de vehículos de España ha envejecido considerablemente, cada vez se observan más vehículos averiados en los arcenes, aunque ahora da la impresión de que comienza una cierta recuperación. El estado mecánico y el mantenimiento y conservación de los vehículos influye de un modo decisivo en el grado de siniestralidad.

Y el tercer factor es la calidad de la vía por la que circulan los vehículos. Un aceptable estado de la infraestructura favorece la reducción del número de accidentes. De ahí que sea decisiva la inversión en conservación. Supongo que en nuestras autovías los viaductos estarán sometidos a un proceso de conservación y mantenimiento que evite catástrofes como la acontecida en el viaducto Morandi de Génova.

Los expertos no dudan en que las inversiones en mantenimiento son de fundamental importancia para la vida de la infraestructura y para la reducción del número de accidentes.
Pero parece que ciertos partidos hacen oídos sordos a estos consejos de los que saben del tema. Prefieren destinar recursos a incrementar el número de políticos, de asesores y de altos cargos que perciben sueldos descompasados a las funciones que realmente realizan.

Entretanto la red de carreteras envejece y se deteriora por momentos sin que ningún político haga el más mínimo esfuerzo para resolver el tremendo problema de seguridad vial que se ha generado.

Es hora de tomar medidas. Si no se hace así, cuando la carretera o la autovía por falta de conservación y mantenimiento llegue a una situación irrecuperable habrá que construirla de nuevo. Y esto afectará mucho más a los presupuestos públicos. Y por tanto al bolsillo de los ciudadanos.

Pero, por desgracia nuestros políticos, en general bastante mediocres, trabajan pensando en las elecciones más próximas y no en el largo plazo y en el interés general de los ciudadanos. Los votantes habríamos de tomar nota para obrar en consecuencia.

2 comentarios:

  1. Totalmente de acuerdo con el comentario en particular y especialmente con el poco interés de los políticos en el mantenimiento de las infraestructuras y ello es porque tiene poca rentabilidad política. A diferencia de las obras nuevas que, además de los reiterados anuncios de su proyección y ejecución, tienen la puesta de la primera, segunda y hasta tercera piedra en su inicio, tienen después los cortes de cinta en la inauguracion, todo ello con profusión de fotos y demás canonjias mediáticas, las inversiones en mantenimiento no tienen nada de eso y por tanto no son rentables políticamente.

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  2. Totalmente de acuerdo con el comentario en particular y especialmente con el poco interés de los políticos en el mantenimiento de las infraestructuras y ello es porque tiene poca rentabilidad política. A diferencia de las obras nuevas que, además de los reiterados anuncios de su proyección y ejecución, tienen la puesta de la primera, segunda y hasta tercera piedra en su inicio, tienen después los cortes de cinta en la inauguracion, todo ello con profusión de fotos y demás canonjias mediáticas, las inversiones en mantenimiento no tienen nada de eso y por tanto no son rentables políticamente.

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