CARRETERAS DEGRADADAS
La
red de carreteras españolas presenta un lamentable estado en muchos de sus
tramos. Esta situación es consecuencia de la drástica reducción de inversiones
en conservación de estas infraestructuras que se ha venido produciendo en el
marco de la crisis económica en la que estamos inmersos desde hace unos 10
años.
La
resultante de las reducidas inversiones que en materia de conservación se están
llevando a cabo en nuestras carreteras es la de que su estado vaya siendo cada
día que pasa más lastimoso, rozando en algunos casos la peligrosidad.
La
realidad a día de hoy es que cada vez con mayor frecuencia vemos tramos de
nuestra red viaria en los que el estado del firme y la baja calidad de la
señalización tanto horizontal como vertical ponen en peligro la seguridad vial
de la misma. Nuestras carreteras y autovías se deterioran a ojos vistas día
tras día, sin que se atisben visos de que las administraciones titulares de
ellas tengan intención de tomar medidas serias que atenúen dicha degradación.
Suelo
utilizar con cierta frecuencia dos autovías que son de relativamente reciente
construcción. Se trata de la A 66 entre Cáceres y Sevilla y la A 49 entre
Sevilla y la salida Lepe Oeste (km 117) de la misma.
Hay
tramos en estas dos importantes infraestructuras, las cuales soportan una alta
densidad de tráfico, que se encuentran en un estado de auténtico peligro para
la circulación. En alguno de ellos como en la autovía A 66 la única medida adoptada
ha sido limitar la velocidad a 100 km/h poniendo indicadores de Firme en mal
estado o Pavimento ondulado. La situación en estos tramos es sencillamente
desastrosa e impresentable en un país desarrollado.
En
otros casos en los que existe una degradación del firme evidente: baches, fisuras,
pavimento cuarteado, ni siquiera se limita la velocidad, cuando hay un riesgo
meridiano de que puedan producirse accidentes por causa del estado del firme.
En la autovía A 49 hay varias partes de la misma cuyo estado es simplemente
indecoroso y peligroso al máximo. Se limitan a poner algunas señales de badén y
sanseacabó.
Entre
el desvío de la H 31 y la salida Lepe Oeste (km 117) el estado de la autovía A
49 es sencillamente lamentable.
Ante
la situación existente estimo que si se producen accidentes va a haber
reclamaciones de culpabilidad de los mismos a la administración titular de la
vía, debido al estado de estas autovías cuyo firme se encuentre en un grado de
deterioro muy importante.
Como
es sabido la seguridad vial es la consecuencia de la interacción de tres
factores fundamentales: la conducción, el estado de los vehículos y el nivel de
calidad de la infraestructura viaria. Estos tres factores han de estar en las
mejores condiciones para conseguir que la seguridad vial alcance límites
aceptables y, en consecuencia, se reduzca el número de accidentes y como
corolario el número de víctimas.
La
malhadada crisis ha influido negativamente sobre estos tres factores. Los
conductores mantienen cierto nivel de alteración en sus comportamientos que
bien puede achacarse a la crisis y al nivel de intranquilidad que por diversas
razones ha podido producir en ellos. Los positivos en alcohol y drogas crecen
por momentos.
El
parque de vehículos de España ha envejecido considerablemente, cada vez se
observan más vehículos averiados en los arcenes, aunque ahora da la impresión
de que comienza una cierta recuperación. El estado mecánico y el mantenimiento
y conservación de los vehículos influye de un modo decisivo en el grado de
siniestralidad.
Y
el tercer factor es la calidad de la vía por la que circulan los vehículos. Un
aceptable estado de la infraestructura favorece la reducción del número de
accidentes. De ahí que sea decisiva la inversión en conservación. Supongo que
en nuestras autovías los viaductos estarán sometidos a un proceso de
conservación y mantenimiento que evite catástrofes como la acontecida en el
viaducto Morandi de Génova.
Los
expertos no dudan en que las inversiones en mantenimiento son de fundamental
importancia para la vida de la infraestructura y para la reducción del número
de accidentes.
Pero
parece que ciertos partidos hacen oídos sordos a estos consejos de los que
saben del tema. Prefieren destinar recursos a incrementar el número de
políticos, de asesores y de altos cargos que perciben sueldos descompasados a
las funciones que realmente realizan.
Entretanto
la red de carreteras envejece y se deteriora por momentos sin que ningún
político haga el más mínimo esfuerzo para resolver el tremendo problema de
seguridad vial que se ha generado.
Es
hora de tomar medidas. Si no se hace así, cuando la carretera o la autovía por
falta de conservación y mantenimiento llegue a una situación irrecuperable
habrá que construirla de nuevo. Y esto afectará mucho más a los presupuestos
públicos. Y por tanto al bolsillo de los ciudadanos.
Pero,
por desgracia nuestros políticos, en general bastante mediocres, trabajan
pensando en las elecciones más próximas y no en el largo plazo y en el interés
general de los ciudadanos. Los votantes habríamos de tomar nota para obrar en
consecuencia.
Totalmente de acuerdo con el comentario en particular y especialmente con el poco interés de los políticos en el mantenimiento de las infraestructuras y ello es porque tiene poca rentabilidad política. A diferencia de las obras nuevas que, además de los reiterados anuncios de su proyección y ejecución, tienen la puesta de la primera, segunda y hasta tercera piedra en su inicio, tienen después los cortes de cinta en la inauguracion, todo ello con profusión de fotos y demás canonjias mediáticas, las inversiones en mantenimiento no tienen nada de eso y por tanto no son rentables políticamente.
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo con el comentario en particular y especialmente con el poco interés de los políticos en el mantenimiento de las infraestructuras y ello es porque tiene poca rentabilidad política. A diferencia de las obras nuevas que, además de los reiterados anuncios de su proyección y ejecución, tienen la puesta de la primera, segunda y hasta tercera piedra en su inicio, tienen después los cortes de cinta en la inauguracion, todo ello con profusión de fotos y demás canonjias mediáticas, las inversiones en mantenimiento no tienen nada de eso y por tanto no son rentables políticamente.
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