NECESIDAD DE
NUEVAS OBRAS HIDRÁULICAS
Hace
unos pocos días en el Congreso Nacional de Comunidades de Regantes celebrado en
Alicante he presentado una comunicación libre titulada “El cambio climático y
los caudales ecológicos elementos determinantes de la construcción de nuevas
obras hidráulicas en España”
El
régimen de caudales ecológicos y los efectos del cambio climático son dos nuevos
elementos sobrevenidos que condicionarán las nuevas directrices de la política
hidráulica española.
La
orientación ambientalista de la Directiva Marco del Agua: DIRECTIVA 2000/60/CE
DEL PARLAMENTO EUROPEO Y DEL CONSEJO de 23 de octubre de 2000 por la que se
establece un marco comunitario de actuación en el ámbito de la política de
aguas (en lo sucesivo DMA), establece que los caudales ecológicos serán
considerados no como un uso sino como una restricción previa a los sistemas de
explotación. Por otra parte los caudales ecológicos que se implantan con
carácter retroactivo, pueden afectar negativamente a usos concesionales existentes
con anterioridad, como por ejemplo los regadíos estatales que tienen
autorizaciones o concesiones de agua muy anteriores a la DMA.
No ha de olvidarse, por otra parte, que la introducción
de caudales ecológicos supone una alteración del régimen natural del río. En
muchos cursos de ríos españoles de la denominada España seca el caudal en
estiaje es en muchas ocasiones nulo.
El asegurar unos caudales ecológicos en los cursos de
agua supone que los embalses han de aportar agua para mantenerlos. La
casuística aquí puede ser variopinta según sea la situación del embalse a lo
largo de la cuenca, los aprovechamientos aguas abajo y las condiciones de las
masas de agua.
Como ejemplo de lo que decimos en los sistemas de la
cuenca del Tajo en Extremadura han de desembalsarse para atender los caudales
ecológicos establecidos en el Plan Hidrológico de la Demarcación, volúmenes de
agua que van desde 57,38 Hm3/año a desembalsar desde Gabriel y Galán/Valdeobispo
hasta 18,59 Hm3 anuales que habrá que suministrar desde el embalse de Rosarito
en el río Tiétar.
Por otra parte el cambio climático es un fenómeno ya
admitido por la mayor parte de la comunidad científica. Se traducirá en
determinados efectos en áreas de tipo mediterráneo como España. Las
consecuencias más importantes del mismo que afectan a los regadíos serán las
siguientes:
· - Disminución
de las lluvias y por tanto de las aportaciones de agua a nuestros ríos y
acuíferos y, en consecuencia reducción de la disponibilidad de recursos
hidráulicos.
· - Incremento
del consumo de agua de los cultivos al elevarse el valor de la
Evapotranspiración como consecuencia principalmente de la subida de
temperaturas y también de la variación de otros parámetros meteorológicos:
radiación, humedad relativa y velocidad del viento.
· - Aumento
de las frecuencias de fenómenos extremos: sequías e inundaciones.
La
disminución de lluvias y en consecuencia la reducción de aportaciones a los
embalses se evalúa según estudios del Ministerio de Medio Ambiente en un 7 % en
la cuenca del Tajo y en un 11 % en la del Guadiana que son las que más afectan
a Extremadura.
Esto
traerá consigo una menor disponibilidad de recursos hídricos para atender los
diferentes usos, entre ellos a los regadíos que son los que más agua utilizan.
El
incremento térmico que afecta también a otros factores meteorológicos traerá
consigo un aumento de la Evapotranspiración potencial (ETo) y por tanto del
consumo de agua de los cultivos. El incremento de la ETo aplicando hipótesis
conservadoras en el posible incremento de la temperatura se situará en el caso
de Extremadura en el entorno del 20 %. Si se mantienen los coeficientes de
cultivo (Kc) las necesidades netas de riego aumentarán en dicho porcentaje.
Conclusión:
Si se necesita suministrar volúmenes de agua adicionales para atender los
caudales ecológicos, y si además el
cambio climático traerá como consecuencia una menor aportación de agua y mayor
consumo de ella por los cultivos, el corolario es que se necesitará regular una
mayor cantidad de agua en nuevas estructuras si se quiere mantener la garantía
para disponer de agua con vistas a poder atender las demandas de los diferentes
usos.
Es
evidente que en la proyección y construcción de estas nuevas obras hidráulicas
habrá que tener en cuenta criterios de viabilidad técnica, económica, social y
ambiental. Pero habrá que empezar a pensar en su diseño, proyección y
ejecución, si no queremos que en el futuro se vean afectados negativamente
algunos usos del agua.
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