miércoles, 11 de julio de 2018


MANUAL PARA SER POLITICAMENTE CORRECTO 

Les comento algunas normas, sólo unas cuantas, que usted debería cumplir para que pueda ser considerado como un individuo políticamente correcto. Si usted o “usteda” las observa podrá alcanzar la plenitud democrática.

Diríjase siempre al auditorio usando el masculino y el femenino, ejemplo: españoles y españolas, vosotros y vosotras, periodistas y periodistos, miembros y miembras….

Hay que declararse ateo o al menos agnóstico, en ambos casos lo será por la gracia de Dios.

El feminismo ha de presidir todos nuestros actos. Si es hombre y habla con una mujer bella no se le pase por la cabeza alabar, aunque sea sólo con intenciones estéticas, su hermosura. Sería usted calificado inmediatamente de machista. O tal vez le llamarán “machirulo” palabro que se ha puesto de moda últimamente.

También hay que ser animalista y en consecuencia anti taurino furibundo. A los toreros que resulten heridos o muertos en la plaza se les puede insultar y desear lo peor sin aplicar tasa ni medida. Para eso están las redes sociales. Para el insulto y la descalificación.

Hay que votar a Unidos Podemos o al nuevo PSOE (el antiguo que llegó a obtener 202 diputados, ni está ni se le espera).

Hay que ser partidario del derecho a decidir de los pueblos de España. De todos ¿o sólo de algunos superiores genéticamente al resto como catalanes y vascos?

Declárese republicano. La monarquía sólo existe en España. Bueno y en Gran Bretaña, Holanda, Bélgica, Noruega, Suecia, Dinamarca…etc. Ah¡ y en Japón.

Al Rey, que es el Jefe del Estado, se le puede insultar, abuchear y quemar su efigie sin consecuencias para los autores. También se le puede ningunear como hace la Generalitat en Cataluña. Es fruto de la libertad que disfrutamos.

Los golpistas catalanes son presos políticos y no políticos presos como pretenden los constitucionalistas. En consecuencia hay que excarcelarlos y cuando los jueces los juzguen, indultarlos. Para que estén en condiciones de volver a dar el golpe, esta vez definitivo.

En Cataluña no ha de haber vencedores ni vencidos, ni en el fin de ETA tampoco. Es de justicia. De ella sólo se benefician los delincuentes. Las víctimas pasaron a mejor vida y ya no cuentan.

Por supuesto que en España no hay democracia. Eso sí los elegidos por el denostado sistema democrático vigente seguirán cobrando suculentos sueldos aunque no la haya.

El franquismo no ha desaparecido. Para conseguirlo hay que destruir todos los símbolos y vestigios de este movimiento, por ejemplo: los pueblos de colonización, excepto los colonos, los embalses, los regadíos, los hospitales, las viviendas protegidas, las industrias franquistas del INI, las universidades laborales y de las otras y algunos aeropuertos, puertos y carreteras. No ha de quedar piedra sobre piedra. A los profesionales que se formaron en aquel “desastre” de sistema educativo y que construyeron todas estas minucias hay que dejarlos: poco a poco irán cascando. Cada vez quedamos menos.

La Semana Santa actual con sus procesiones atiborradas de gente, así como las  bodas religiosas, sólo las católicas faltaría más, los bautizos y las comuniones (excepto los fiestorros de celebración) son cosa del pasado, franquista claro está. Y las romerías de las vírgenes y de los santos con miles de asistentes rezando por sus intenciones, son propias de pueblos analfabetos que tienen miedo al más allá. Cuando, en realidad, debieran tenerlo al más acá.

La paridad hay que llevarla hasta sus últimas consecuencias. En todos los organismos igual número de mujeres que de hombres aunque estos últimos sean unos mastuerzos.

Odia el delito y compadece al delincuente. De las víctimas ni noticia. De esas, cuando son muchas, sólo se acuerdan las asociaciones de afectados.

La bandera de España es franquista. Ni mirarla. Se puede quemar sin mayores consecuencias. Eso se llama libertad de expresión y de pensamiento.

Y al himno de España, que también es franquista, en cuanto empiecen sus acordes: a pitar para que no se oiga. Eso también es libertad de expresión.

El criticar a la izquierda radical no es libertad de expresión. Eso es fascismo. Y san se acabó que tocan a misa. O al rosario.

Hay que ver sólo la Cuatro y especialmente la Sexta, emisoras de televisión totalmente independientes e imparciales. Se percibe esto nada más sintonizarlas. De los diarios hay que volver a leer El País, que ya va entrando en razones. Bueno y ahora ya se puede ver RTVE cuyos profesionales las van a pasar “moradas”.

Lo siguiente permanece invariable en el tiempo porque no hay tu tía: hay que ser seguidor del Real Madrid. Es el único club que gana títulos importantes. Se admite que haya gente del Atlético, que es un club simpático y ya va ganando cosas.

Si cumple todas estas directrices - la última puede dejarse de lado - no dude  que se encuentra usted en la primera línea política y social, lo que le permitirá alcanzar la plenitud democrática y tal vez algún escaño si la cosa se da bien. Si no las cumple es usted un facha como la copa de un pino. Y debería regenerarse democráticamente y entrar en razón.

Por cierto estas líneas las escribo al amparo de mi libertad de expresión. ¿O lo mío también es fascismo?

Unas merecidas vacaciones para ustedes y para mi suspenderán este blog hasta finales de agosto. Buen verano y muchas gracias por su atención.


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