viernes, 6 de octubre de 2017

UN TRASVASE  FANTASMA DESDE  EL TAJO A LEVANTE

El Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente cada día nos sorprende con nuevos juegos malabares que pone en marcha con el objetivo de enviar agua a las insaciables regiones de Levante. Busca cualquier subterfugio legal o no tanto para mandar agua a ese territorio, aunque los embalses de la cabecera del Tajo, el sistema Entrepeñas – Buendía esté en las últimas.

Esta vez argumenta que el trasvase fantasma que ha tenido lugar el 29 de septiembre, con al parecer un volumen de 8 Hm3, recoge una venta de agua que han hecho los regantes del canal de Estremera a los murcianos y asociados. En el colmo de los despropósitos el agua se envía desde la cabecera del Tajo, perjudicando aún más de lo que ya están a los usuarios y municipios de esas zonas del curso alto del río. Y también a otras regiones aguas abajo.

Debería haberse hecho público en el BOE por qué se hace este trasvase, cuántos y qué recursos venden los regantes, qué precio perciben y por qué razones se perjudica  a la cabecera del Tajo. También deberían haber informado si el agua que se vende corresponde a esta campaña de riegos o lo es con cargo a la próxima campaña que probablemente si continúa esta sequía ni habrá.

En un ejercicio de opacidad total el trasvase se realiza en fin de semana, con nocturnidad y alevosía.

La realidad es que las normas de explotación del trasvase Tajo – Segura actualizadas en la disposición adicional decimoquinta de la Ley 21/2013 de 9 de diciembre, establecen que cuando el sistema Entrepeñas – Buendía almacene 400 Hm3 o menos, que corresponde al definido como nivel 4, no puede realizarse trasvase alguno a Levante. Se establece una gradación temporal en la misma, hasta alcanzar el nivel de los 400 Hm3, de modo que en 2017 no puede trasvasarse si el sistema acumula menos de 368 Hm3. Eso es lo que dice la Ley. Que como veremos a continuación parece que no han tenido muy en cuenta la ministra y sus colaboradores.

Pues bien en el momento de realizar el trasvase que nos ocupa el sistema de cabecera Entrepeñas – Buendía almacenaba 235 Hm3, es decir menos de los 368 Hm3 limitantes, con lo cual no podría trasvasarse ni un solo Hm3 de agua, aunque sea de la que venden los regantes.  La decisión tomada por el Ministerio con un incumplimiento palmario de la Ley en el que pudiera darse una presunta prevaricación, ha desencadenado la salida del presidente de la Confederación Hidrográfica del Tajo probablemente por no plegarse a estos manejos.

Parece ser que el gobierno de Castilla – La Mancha ha recurrido este trasvase al considerar que conculca las normas y supone un perjuicio para esta región ya que coadyuva a disminuir todavía más los caudales circulantes en el Tajo medio y especialmente entre Aranjuez, Toledo y Talavera en donde el río es una pura cloaca.

La posición de la Junta de Extremadura resulta cuando menos sorprendente. No reúne  el Consejo Asesor del Agua de Extremadura para tratar un tema tan importante como el que nos ocupa. Da la impresión de que no se dan por enterados de que este trasvase afecta a la región. Tal vez sería conveniente que reflexionaran sobre las consecuencias que los envíos de agua desde la cabecera del Tajo a Levante suponen para Extremadura.

Para facilitarles la labor les señalaré, entre otros, algunos efectos perjudiciales que para nuestra comunidad autónoma producen estos trasvases.

El primero de ellos es que disminuyen los caudales del río principal que llegan a la región. La ya deplorable calidad del agua que aporta el Tajo al embalse de Valdecañas se verá afectada negativamente, de modo que habrá menos caudal y volumen junto a agua de peor calidad por una menor capacidad de dilución.

El segundo aspecto a considerar es que la contribución hídrica que la cuenca del Tajo, que es una demarcación hidrográfica internacional, ha de hacer a Portugal regulada por el convenio de Albufeira, que se cifra en 2.750 Hm3 / año, aunque matizada en épocas de sequía y por tiempos, habrá de salir prioritariamente de los embalses extremeños que son los que tienen algo de agua, cada vez menos. Este hecho disminuirá la garantía para los usos en Extremadura especialmente para el riego.

La actuación del Ministerio raya en el escarnio y la falta de respeto para regiones como Castilla La Mancha, Madrid y Extremadura. Conculca una norma aprobada por él mismo y además lo lleva a cabo sin trasparencia alguna y con total opacidad y secretismo, sin anunciarlo previamente y enterándose los afectados a hechos consumados.

Creo que ha llegado la hora de que se investigue a fondo este despropósito de trasvase fantasma. Pero ya verán como no pasará nada. Y el Ministerio seguirá haciendo mangas y capirotes con el agua del Tajo.

Por su parte la Junta de Extremadura permanecerá mirando para otro lado, ensimismada en su economía verde y circular. Es lo que hay.

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