CRISTIANO RONALDO Y LA HACIENDA
ESPAÑOLA
Cuando
un extranjero reside en un lugar distinto al de su origen, está obligado a
cumplir las leyes del país en el que vive. En consecuencia Cristiano Ronaldo,
que es residente en España, tiene el deber de cumplir la normativa española y especialmente
la que rige en materia fiscal. Y si a juicio de la Agencia Tributaria este
contribuyente la infringiere, esta entidad puede, como así ha ocurrido hace unos
días, presentar ante la Fiscalía la oportuna denuncia.
La
legislación fiscal española dispone, asumiendo el principio constitucional de
que todos debemos contribuir con nuestros impuestos de manera progresiva, que
el que más gana más ha de pagar al objeto de contribuir al sostenimiento de las
estructuras nacionales. Y así debe de ser para todos. Desde Cristiano hasta el
último españolito. Otra cosa es que este principio resulte ser de aplicación
general en la realidad. En España hay defraudadores fiscales “a esgalla” que
dicen en Valladolid. Por desgracia en numerosas ocasiones suelen irse de
rositas.
Los
contribuyentes procuran, los grandes asesorados por gabinetes de expertos en
derecho fiscal, aplicarse las leyes tributarias de modo que el importe de los
impuestos a satisfacer resulte el menor posible. A nadie le gusta pagar al
fisco. Por solidaridad debería ser al revés: tendríamos que contribuir con
alegría. Sobre todo cuando se perciben unos emolumentos tan elevados como es el
caso del “crack” luso.
De
esta controversia fiscal suelen surgir discrepancias entre los contribuyentes y
la hacienda pública que hay que dirimir por la vía del acuerdo o en los
tribunales. En ningún caso parece razonable que se dicte sentencia en los
medios de comunicación. Cristiano tiene derecho, como todos los contribuyentes,
a la presunción de inocencia y él en particular a no ser juguete de la confrontación
entre dos equipos Madrid y Barcelona que está azuzada por el pulso
independentista catalán.
Desde
que Messi ha sido condenado por delito fiscal, en Barcelona están propalando la
especie de que a Cristiano Ronaldo se le da trato de favor en la Agencia
Tributaria y en los tribunales. Cuando según todas las informaciones los casos
de Messi y Cristiano Ronaldo no son exactamente iguales y por tanto no son
comparables.
Como
el caso del luso es muy emblemático, los medios de comunicación que empiezan a
estar secos de noticias una vez pasada la moción de censura, ya sólo se dedican
a hablar del calor, de los incendios y del posible delito fiscal de este
futbolista.
Cristiano
Ronaldo es un excelente jugador, el mejor del mundo en opinión de muchos, uno
de los mejores a juicio de otros. Una figura del balompié según todos. Esa
condición no puede darle ninguna ventaja ante el fisco español, pero tampoco
puede ser la justificación para tomarle como cabeza de turco y que sirva como
ejemplo para descarriados fiscales. Ha de tener un tratamiento justo y
equitativo. En función de los hechos que se hayan producido y no de otras
circunstancias colaterales.
Es
insólito que el representante de una asociación sindical de técnicos de
hacienda vaya por ahí haciendo declaraciones a diestro y siniestro sobre la
culpabilidad de Ronaldo y las posibles consecuencias penales en las que ya se
le atribuye condena e intervalos de años de cárcel. Los inspectores y técnicos
de hacienda han de limitarse a hacer su trabajo y a reivindicar los medios
técnicos y las condiciones necesarias para poder llevarlo a cabo sin presiones
de ninguna clase. Pero no tienen que entrar a juzgar al contribuyente. Para eso
están los tribunales.
Cristiano
Ronaldo que en sus manifestaciones siempre ha considerado que cumple con
hacienda, ante la denuncia presentada en su contra se ha pillado un “cabreo” de
dimensiones considerables y está dispuesto a abandonar España y por tanto el
Real Madrid del que ha sido principal figura los últimos ocho años.
La
postura del portugués apostando por irse es un error. Ha de quedarse para si
hay disparidad de criterios en la tributación llegar a un final en que todo
quede en una falta administrativa o bien si el acuerdo no es posible someterse
al juicio de un tribunal con todas las garantías de imparcialidad y recursos
pertinentes.
Y
entretanto si alguien se desmanda en los medios de comunicación y le injuria o calumnia
presentar las demandas o querellas judiciales que procedan para reconducir a
los lenguaraces. Que hay muchos por cierto.
Cristiano
y sus asesores han de considerar que si su representado es un genial jugador de
fútbol, ha de ser también un ejemplo como contribuyente y despejar cualquier
duda que pueda haber en el cumplimiento de sus obligaciones fiscales.
Ese
es el camino. Y no abandonar España. Yo creo que si lo hace perderíamos todos.
Él porque abandonaría un club de solera que le permite optar a conseguir un
montón de títulos y al Balón de Oro y los espectadores de los estadios
españoles porque se verían privados de su excelente juego.
Supongo
que detrás del enfado del portugués no habrá espurios propósitos para conseguir
un incremento de su contrato con el club o el abono de sus pagos fiscales por
parte del Real Madrid. Si existiesen esas aviesas intenciones el club blanco
debería prescindir de inmediato de sus servicios vendiéndole a buen precio.
Nadie puede estar por encima del club. En su día ya lo demostró Don Santiago
con Di Stefano. Que era el Cristiano de entonces.
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