viernes, 11 de noviembre de 2016

REGADÍOS: SUMIDEROS DE CO2

Según han hecho público hace unos días los meteorólogos de la NOAA (National Oceanic and Atmospheric Administration) de los Estados Unidos, la concentración de CO2 (Anhídrido carbónico o Dióxido de carbono) en la atmósfera ya ha alcanzado el valor record de 400 ppm (partes por millón = mg/l = g/m3).

Esta cifra nos indica que su contenido atmosférico continúa elevándose día tras día y, en consecuencia, se agudizan los efectos del cambio climático siendo sus manifestaciones más destacadas: un acusado incremento de la temperatura y la disminución del régimen de precipitaciones en la zona mediterránea que es la que afecta a España. También se detecta un aumento en la frecuencia de fenómenos extremos: inundaciones y sequías.

Y todo ello a pesar de los Acuerdos sobre el Cambio Climático suscritos por la mayoría de los países, el último de ellos en París el cual ha entrado en vigor hace unos días. Claro que una cosa es firmar y otra muy distinta cumplir. Y precisamente los países más incumplidores son los que más contaminan. Lo de siempre, vamos.

Hay que advertir que la existencia de CO2 en la atmósfera es imprescindible para que coadyuvando a generar un moderado efecto invernadero pueda mantenerse la temperatura de la tierra en unos 15 - 17ºC. En ausencia o reducida concentración de CO2 atmosférico la temperatura de nuestro planeta descendería hasta unos -18ºC haciendo la vida terrestre prácticamente imposible.

Al hilo de la situación límite en la que estamos a causa del inusitado incremento de la concentración de CO2 que se ha alcanzado, voy a explicar, en lo que sigue, los beneficios que los regadíos pueden aportar a la sociedad en relación con la problemática derivada del cambio climático, debido a su capacidad para actuar como sumideros de CO2.

Esta peculiaridad hará todavía más importantes las funciones que han de cumplir las alrededor de 324 Millones de ha de tierras equipadas para el riego que hay en el mundo (FAO, 2012). Su primordial misión será colaborar decisivamente para conseguir el abastecimiento agroalimentario de la población mundial que alcanzará dentro de unos pocos años los 9.000 millones de habitantes. Las otras son: generar millones de puestos de trabajo en todo el mundo y fijar la población en las áreas rurales evitando la desertización poblacional de grandes extensiones de nuestro planeta.

La capacidad de almacenamiento de CO2 por los regadíos tiene lugar por el balance de este elemento que se produce entre la fotosíntesis o función clorofílica, actuación formadora de los tejidos de las plantas cultivadas en ellos y la respiración de dichos cultivos.

El proceso en lenguaje comprensible se desarrolla del siguiente modo:

Mediante la función clorofílica o fotosíntesis las plantas forman sus tejidos en base a la siguiente reacción:

CO2 (atmosférico) + Agua + Luz = Carbohidratos + Oxígeno (pasa a la atmósfera)

El proceso de respiración o destrucción funciona al revés:

Carbohidratos + Oxígeno (atmosférico) = CO2 (pasa a la atmósfera) + Agua + Energía

El balance Fotosíntesis - Respiración se convierte en biomasa y el CO2 fijado representa del orden del 45 – 50 % del peso de la planta.

En consecuencia, los cultivos que ocupan los regadíos absorben CO2  de la atmósfera y por tanto colaboran a la reducción de su concentración en ella contribuyendo a la mitigación de los efectos del cambio climático.

Existen experiencias en diversas partes del mundo que demuestran el balance favorable de los cultivos a la fijación del CO2 atmosférico.

En España también se han llevado a cabo este tipo de estudios. A continuación se refleja un resumen adaptado de los resultados referidos a los principales cultivos, del realizado en Murcia por Micaela Carvajal investigadora del CSIC.


CULTIVO


Kg. de CO2 fijado /ha
TOMATE
31.800
PIMIENTO
22.638
SANDÍA
5.956
MELÓN
8.020
LECHUGA
8.437
BRÓCULI – NAXOS
8.354,5
ALCACHOFA
5.978
TRIGO
13.750
CEBADA
13.000
CIRUELO
23.242,9
MELOCOTONERO
28.369,5
NECTARINA
26.587,1


Con esta cifras las aproximadamente 20.000 ha de tomate para transformación que se cultivan en los regadíos de Extremadura llegarían a fijar una cantidad de CO2 que se elevaría a 636.000 t.

Si estimamos en base a la distribución de cultivos existentes en dichos regadíos una media de 20.000 kg/ha de CO2 fijado,  la cantidad que absorberían de la atmósfera las 259.000 ha de riego que existen en Extremadura supondría la cifra de 5,18 Millones de toneladas o lo que es lo mismo 5,18 Mt (Mega toneladas) de CO2.  

En consecuencia los regadíos han de ser considerados como sistemas que, además de cumplir las importantes funciones antes descritas, favorecen muy activamente la lucha contra el cambio climático al actuar como sumideros de CO2 que es el gas más importante que causa el efecto invernadero.


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