REGADÍOS: SUMIDEROS DE CO2
Según
han hecho público hace unos días los meteorólogos de la NOAA (National Oceanic
and Atmospheric Administration) de los Estados Unidos, la concentración de CO2
(Anhídrido carbónico o Dióxido de carbono) en la atmósfera ya ha alcanzado el
valor record de 400 ppm (partes por millón = mg/l = g/m3).
Esta
cifra nos indica que su contenido atmosférico continúa elevándose día tras día
y, en consecuencia, se agudizan los efectos del cambio climático siendo sus manifestaciones
más destacadas: un acusado incremento de la temperatura y la disminución del
régimen de precipitaciones en la zona mediterránea que es la que afecta a
España. También se detecta un aumento en la frecuencia de fenómenos extremos:
inundaciones y sequías.
Y
todo ello a pesar de los Acuerdos sobre el Cambio Climático suscritos por la
mayoría de los países, el último de ellos en París el cual ha entrado en vigor
hace unos días. Claro que una cosa es firmar y otra muy distinta cumplir. Y
precisamente los países más incumplidores son los que más contaminan. Lo de
siempre, vamos.
Hay que advertir que la existencia de CO2 en la atmósfera es
imprescindible para que coadyuvando a generar un moderado efecto invernadero
pueda mantenerse la temperatura de la tierra en unos 15 - 17ºC. En ausencia o
reducida concentración de CO2 atmosférico la temperatura de nuestro
planeta descendería hasta unos -18ºC haciendo la vida terrestre prácticamente
imposible.
Al hilo de la situación límite en la que estamos a causa del inusitado
incremento de la concentración de CO2 que se ha alcanzado, voy a
explicar, en lo que sigue, los beneficios que los regadíos pueden aportar a la
sociedad en relación con la problemática derivada del cambio climático, debido
a su capacidad para actuar como sumideros de CO2.
Esta peculiaridad hará todavía más importantes las funciones que han de
cumplir las alrededor de 324 Millones de ha de tierras equipadas para el riego
que hay en el mundo (FAO, 2012). Su primordial misión será colaborar
decisivamente para conseguir el abastecimiento agroalimentario de la población
mundial que alcanzará dentro de unos pocos años los 9.000 millones de
habitantes. Las otras son: generar millones de puestos de trabajo en todo el
mundo y fijar la población en las áreas rurales evitando la desertización
poblacional de grandes extensiones de nuestro planeta.
La capacidad de almacenamiento de CO2 por los regadíos tiene
lugar por el balance de este elemento que se produce entre la fotosíntesis o
función clorofílica, actuación formadora de los tejidos de las plantas
cultivadas en ellos y la respiración de dichos cultivos.
El proceso en lenguaje comprensible se desarrolla del siguiente modo:
Mediante la función clorofílica o fotosíntesis las plantas forman sus
tejidos en base a la siguiente reacción:
CO2
(atmosférico) + Agua + Luz = Carbohidratos + Oxígeno (pasa a la atmósfera)
El proceso de respiración o destrucción funciona al revés:
Carbohidratos +
Oxígeno (atmosférico) = CO2 (pasa a la atmósfera) + Agua + Energía
El balance Fotosíntesis - Respiración se convierte
en biomasa y el CO2 fijado representa del orden del 45 – 50 % del
peso de la planta.
En consecuencia, los cultivos que ocupan los
regadíos absorben CO2 de la
atmósfera y por tanto colaboran a la reducción de su concentración en ella contribuyendo
a la mitigación de los efectos del cambio climático.
Existen experiencias en diversas partes del mundo
que demuestran el balance favorable de los cultivos a la fijación del CO2
atmosférico.
En España también se han llevado a cabo este tipo de
estudios. A continuación se refleja un resumen adaptado de los resultados
referidos a los principales cultivos, del realizado en Murcia por Micaela
Carvajal investigadora del CSIC.
CULTIVO
|
Kg. de CO2 fijado /ha
|
TOMATE
|
31.800
|
PIMIENTO
|
22.638
|
SANDÍA
|
5.956
|
MELÓN
|
8.020
|
LECHUGA
|
8.437
|
BRÓCULI – NAXOS
|
8.354,5
|
ALCACHOFA
|
5.978
|
TRIGO
|
13.750
|
CEBADA
|
13.000
|
CIRUELO
|
23.242,9
|
MELOCOTONERO
|
28.369,5
|
NECTARINA
|
26.587,1
|
Con esta cifras las aproximadamente 20.000 ha de
tomate para transformación que se cultivan en los regadíos de Extremadura
llegarían a fijar una cantidad de CO2 que se elevaría a 636.000 t.
Si estimamos en base a la distribución de cultivos
existentes en dichos regadíos una media de 20.000 kg/ha de CO2
fijado, la cantidad que absorberían de
la atmósfera las 259.000 ha de riego que existen en Extremadura supondría la
cifra de 5,18 Millones de toneladas o lo que es lo mismo 5,18 Mt (Mega
toneladas) de CO2.
En consecuencia los regadíos han de ser considerados
como sistemas que, además de cumplir las importantes funciones antes descritas,
favorecen muy activamente la lucha contra el cambio climático al actuar como
sumideros de CO2 que es el gas más importante que causa el efecto
invernadero.
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