viernes, 18 de septiembre de 2015

LOS BARRUECOS: FUSIÓN DE NATURALEZA Y ARTE

Próximo al núcleo urbano de Malpartida de Cáceres se ubica, en plena naturaleza, un sitio idílico denominado Los Barruecos el cual ocupa una superficie de alrededor de 320 hectáreas.

Se trata de un batolito granítico formado por estas rocas magmáticas intrusivas. Desde el núcleo de la tierra, hace millones de años, emergió el magma que dio lugar a estas masas rocosas plutónicas de granito constituidas por minerales de cuarzo, mica blanca también denominada moscovita y feldespato ortosa como elemento cementante.

En el transcurso del tiempo este tipo de rocas, muy resistentes a los esfuerzos de compresión - con ellas se han construido múltiples obras de ingeniería que se mantienen en pie a lo largo de siglos -  pero algo deleznables, han sido erosionadas por la acción persistente de la lluvia, el viento y el hielo introducido en sus diaclasas (grietas en la roca), modelando una gran cantidad de formas caprichosas que constituyen un paisaje único.

En este rincón tan original se ubican dos charcas: los Barruecos de Arriba y de Abajo construidas para alimentar de agua a un lavadero de lanas y para servir de bebida al ganado que se alimentaba de los finos pastos, que crecían en la época de lluvias en los suelos arenosos derivados del granito y que posteriormente se agostaban en el estío implacable de la penillanura cacereña.

El lugar desde siempre constituyó un sitio de expansión y de ocio para los malpartideños que lo usaron para el paseo, la pesca o el baño en épocas en las que no existían las piscinas artificiales. Este paraje delicioso fue respetado por los lugareños que han conseguido que se conservara prácticamente en su estado prístino con muy pocas alteraciones.

Este espacio idílico, en el que se puede escuchar el silencio sólo interrumpido por los cantos de las aves que anidan en sus rocas y por los mugidos o balidos del ganado, fue descubierto por un artista de vanguardia, el alemán Wolf Vostell, casado con una extremeña, que se enamoró de este rincón y consiguió fusionar en él un arte nuevo rompedor de moldes con un paisaje viejo de siglos.

El éxito ha sido notable y hoy día este paraje es conocido además de por su belleza natural, por el museo Vostell ubicado en las instalaciones del lavadero de lanas, que abandonado en el siglo XX por la evolución negativa del precio de este material, fue convenientemente restaurado, así como por las esculturas al aire libre que se integran en el paisaje.

Juan José Lancho, tristemente fallecido, un clarividente alcalde de Malpartida que apoyó desde el principio y sin reservas la labor de promoción llevada a cabo por el artista alemán, fue la autoridad que primero impulsó la idea de Vostell, cuando todavía no se conocía el resultado de su apuesta y en el pueblo no todos apoyaban la idea de invadir este espacio bucólico con la ruptura que suponía la introducción de un arte  vanguardista de nuevo cuño.

Afortunadamente el alcalde mantuvo su apoyo y sus sucesores en el gobierno local y también la Junta de Extremadura atisbaron que el éxito conseguido iría en aumento y continuaron apostando por la fusión del arte y del paisaje granítico de los Barruecos. Acertaron en ello el alcalde Antonio Jiménez que por desgracia no está ya entre nosotros y Víctor del Moral y Alfredo Aguilera los últimos ediles de Malpartida.

Recientemente Los Barruecos han sido declarados con todo merecimiento el Mejor Rincón de España para el año 2015.

Esta mención es el reconocimiento a la belleza de un lugar deleitoso en el que la geología, la variada flora propia de terrenos ácidos y la fauna de áreas secas y húmedas, con presencia destacada de la cigüeña, conviven con el espacio artístico aportado por Vostell, ya fallecido, y sus seguidores y es un ejemplo de integración del arte dentro de un paraje idílico y espectacular que sin duda merece ser visitado.

¡Enhorabuena a las gentes de Malpartida de Cáceres por este galardón otorgado a Los Barruecos¡



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