viernes, 11 de septiembre de 2015

CATALUÑA: ELECCIONES SIN DEMOCRACIA

En unas condiciones políticas y sociales que están muy lejos de ser democráticas, los políticos catalanes que propugnan la secesión de este territorio de la nación española, han montado unas elecciones a las que, por su cuenta, les han atribuido el carácter de plebiscitarias, pretendiendo que sus resultados se conviertan en la expresión, supuestamente democrática, de la voluntad de un pueblo para separase del resto de España.

La democracia exige unas condiciones que están muy lejos de darse en Cataluña, donde la manipulación de los políticos que allí gobiernan aliados en una lista común con otras formaciones independentistas, están impidiendo que los comicios se realicen en un ambiente de libertad en el que los electores tengan la posibilidad de recibir una información veraz e imparcial sobre las consecuencias de su voto.

La primera cuestión a considerar es la declaración unilateral por la que a estas elecciones se les otorga la categoría de convertirse en un plebiscito para determinar la independencia de Cataluña. Las elecciones plebiscitarias no están previstas en el ordenamiento jurídico que regula la autonomía de Cataluña y por tanto las del 27 S no pueden tener dicha condición. Son sencillamente unas elecciones al parlamento catalán y no puede otorgárseles otros fines ya que estos serían espurios e ilícitos.

Los organizadores independentistas pretenden además que, siendo plebiscitarias, lo que determine el resultado sea el número de escaños obtenidos y no el número de votos conseguidos, cuando la esencia fundamental de un plebiscito (opinión de la plebe, del pueblo) o de un referéndum es que todos los votos tengan el mismo valor.

En las elecciones catalanas los votos no valen lo mismo, por las diferencias existentes entre las distintas circunscripciones electorales: por ejemplo, para obtener un escaño en Barcelona se necesita un número de votos distinto al de Lleida y, también, por aplicarse la conocida ley D’Hont que favorece en el proceso de adjudicación de escaños a los partidos más votados. Por estas razones se puede obtener mayoría absoluta en el número de escaños sin que se obtenga la mayoría absoluta en el número de votos. No rige el principio de un hombre, o mujer, un voto con igual valor.

El partido en el gobierno de Cataluña capitaneado por Más, un ilustre inepto que trata de escamotear la corrupta y desastrosa gestión que ha llevado a cabo en su mandato, disfrazándola con la independencia y envolviéndose en la “estelada”, la bandera independentista, toma partido y apoya las posiciones separatistas poniendo a su disposición todos los medios y recursos administrativos de la Generalitat, demostrando de esto modo una absoluta parcialidad, cuestión que por sí sola ya pondría bajo sospecha que estas elecciones tengan un ápice de democracia en su desarrollo.

De igual modo todos los medios de comunicación públicos están volcados y manipulados para conseguir que los catalanes voten la secesión a toda costa. Esta manipulación de los medios públicos es un escándalo propio de países bananeros y  no de sistemas democráticos en los que los electores reciben una información imparcial y rigurosa para que puedan emitir su voto en libertad y con conocimiento de causa, sabiendo lo que votan y las consecuencias que asumen con su sufragio.

Pero es que los medios de comunicación privados con sede en Cataluña se encuentran también mediatizados porque su subsistencia económica, y más en época de crisis, depende de las subvenciones y publicidad institucional que reciben de la Generalitat, por lo que están teledirigidos y tampoco proporcionan una información veraz al votante.

De lo antes expuesto puede deducirse que estas elecciones se realizan en un ambiente de ausencia de democracia y están mediatizadas. Cualquier observador internacional imparcial no calificaría a estas elecciones como libres y democráticas.

Siendo ilegal su condición plebiscitaria al estar fuera del ordenamiento jurídico, las consecuencias de las mismas conllevan el mismo signo de fuera de la ley y los dirigentes que opten por rupturas unilaterales a partir de los resultados de estos comicios están expuestos a que pueda aplicárseles la ley también a ellos.

Eso no quiere decir que no hayan de buscarse caminos en el marco de un diálogo democrático para dar solución a las aspiraciones catalanas, cosa que debía haber sucedido mucho antes de llegar a la situación límite en la que nos encontramos.

Pero la cerrazón de Más y de Rajoy lo ha impedido. Y por esta razón estamos donde estamos.


2 comentarios:

  1. Estas elecciones se celebran de manera plebiscitaria, porque nadie ha impedido que se prodruzca un fraude de Ley. Nunca debieron consentirse, algo que podrían haber hecho simplemente aplicando la Ley en vigor. Confundir la Democracia, con la Cobardía, es algo muy común en España. Cada vez que escucho las palabras, dialogo, consenso, en el marco de la vida política, siempre leo: cobradía y pasteleo.Este buenismo insitucional y social que nos inunda, lo pagaremos caro. Muy caro.
    Fdo. Angel Sánchez Sánchez-Mora

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  2. Los votos en España, no tienen el mismo valor, desde el principio del llamado Estado democrático, y ningún "partido", ni sus "gobernantes" de este país llamado España ha cogido el toro por los cuernos, porque a nadie les interesa, solo quieren poder, y así nos va

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